Tres liceales uruguayas representaron a Uruguay durante la Feria Intelisef.

Sofía Etchecopar y Soledad Texeira volaron en avión por vez primera una semana atrás para defender un proyecto ambiental que las llena de orgullo en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Intelisef que se realizó en Arizona.

Estas dos adolescentes de 16 años cursan quinto año en el liceo Villa Tambores (Tacuarembó) y compitieron en la categoría química. Presentaron un dispositivo que usa la pirólisis térmica como alternativa de reciclaje para los desechos plásticos.

“Observamos que en Villa Tambores se descartaba mucho plástico y para reducir el volumen la gente quemaba grandes cantidades de este material al aire libre. Se contaminaba el campo afectando la flora, fauna y biodiversidad”, comenta Sofía Etchecopar en diálogo telefónico con El País desde Estados Unidos.

Ella y Soledad Texeira plantearon a su docente de química, Richard Bottino, que estaban interesadas en abordar esta problemática ambiental y pasaron un año investigando durante las horas libres para armar el artefacto que presentaron en Intelisef.

El proyecto obtuvo el primer puesto en la feria departamental de Clubes de Ciencia en Villa Tambores, ganó mención especial para competir a nivel nacional en Piriápolis, y luego se los seleccionó para representar a Uruguay a nivel internacional.
Intelisef es la feria más grande del mundo en materia de ciencia, tecnología e ingeniería. En esta edición, participan más de 1.800 jóvenes -entre 15 y 20 años- de 80 países distintos en más de 17 categorías: física, robótica, matemática, neurociencia, biomedicina, ingeniería, entre otras.

La Society for Science and the Public invitó solo a tres países de América Latina a participar del Broadcom Masters y Uruguay estuvo en esa nómina, junto a Brasil y México. Se trata de un programa que apunta a despertar vocaciones científicas en adolescentes de 12 y 13 años, y la encargada de representar a Uruguay fue Victoria Gaona, alumna del Liceo N° 2 de Colonia. Lo hizo con un proyecto sobre la alteración que provocan las sustancias psicoactivas -alcohol, tabaco y marihuana- en el sistema nervioso.

“El objetivo era concientizar a los estudiantes de mi liceo”, comenta Victoria Gaona. Las tres adolescentes viajaron acompañadas del docente de química, Richard Bottino, y Gustavo Riestra, responsable de Cultura Científica, división del Ministerio de Educación.

Buen augurio.
El trabajo de Sofía y Soledad consiste en una alternativa de reciclaje más eficiente. “Diseñamos un dispositivo donde calentar los plásticos a temperaturas muy elevadas -entre 370 y 420 grados- en ausencia de oxígeno.

En la segunda etapa, los gases se condensan y aparecen dos productos: la parafina -se usa para hacer labiales, cremas y jabones- y aceites livianos, ideales para lubricar motores en maquinarias”, cuenta Sofía.

La feria estuvo abierta al público una jornada y un docente se acercó a las jóvenes para comentarles que veía que su proyecto tenía pasta para un Premio Nobel. Muchos jueces de la competencia quisieron saber qué futuro le deparará al trabajo, y las dos alumnas contestaron que necesitan maquinaria más grande para hacerlo funcionar a otra escala. Es que “se hace todo a nivel de laboratorio en el liceo en pequeñas cantidades. Aplicarlo en Villa Tambores sería lo más lindo. Queremos empezar con nuestra comunidad y si se expandiera sería genial”.

Vivir para contarlo es un galardón suficiente

Intelisef es la feria más grande del mundo a nivel de ciencia, tecnología e ingeniería dirigida a jóvenes entre 15 y 20 años. Gustavo Riestra, responsable de Cultura Científica, contó que el Ministerio de Educación y Cultura trabaja junto a la ANEP para “propiciar la participación de proyectos uruguayos en estas instancias por su valor significativo en materia cultural, educativa y social, ya que deja marcas importantes. Estamos convencidos de que trajimos tres chicas y nos llevamos otras”. Atribuye dicha modificación a los momentos de reflexión y evaluación propuestos por el docente a cargo, con miras a redireccionar metas y objetivos: “empiezan a ver nuevos horizontes”, intuye.

Sofía Etchecopar coincide con Riestra en que retornan a Uruguay “totalmente cambiadas. Llegamos cohibidas y nos vamos más sueltas. Nos trazamos horizontes más lejanos porque vimos que hay chicos de nuestra edad capaces de hacer y pensar proyectos de alto nivel”.

El viernes fue la ceremonia de clausura y Uruguay no se llevó ningún primer premio de la competencia, aunque el principal galardón fue haberlo vivido para contarlo. “Una medalla te la colgás en el cuello o en una pared, pero las enseñanzas y experiencias que nos deja esta feria no están en ningún objeto”, sotiene Sofía, del liceo Villa Tambores.

Fuente: El País