Alfonsina Maldonado cuenta todas sus experiencias en El desafío de vivir.

“Cuando sea grande voy a ser jineta y representar a mi país». Una voz aguda de niña sonaba en los pasillos del Hospital Militar. Alfonsina Maldonado, una pequeña de 5 años, pícara y valiente, permanecía internada en la Unidad de Quemados desde bebé. Lejos de victimizarse, la pequeña estaba segura de lo que quería para su futuro: ser amazona olímpica. Hoy, con 31 años, Maldonado puede decir que logró su sueño. Y lo hace en su libro El desafío de vivir, que fue lanzado ayer en Uruguay. Actualmente la joven vive en Portugal, en donde entrena y compite, y se prepara para participar en los Juegos Paralímpicos de Río. Maldonado nació en un campo de Florida en donde vivía con sus padres y su hermana mayor. Con apenas seis meses, un incendio en la casa de unos amigos de la familia en Montevideo le hizo perder la mano izquierda.

El relato de ese episodio que marcó su vida para siempre da comienzo al libro que desde ayer está disponible en todas las librerías del país a $ 470.

Su sueño de ser amazona fue la motivación para salir adelante a pesar de las adversidades. Tras abandonar el hospital y comenzar la escuela rural, los caballos estuvieron siempre en su mente. Pero fue cuando se mudó a Montevideo a estudiar veterinaria que estuvo segura: debía dejar la teoría y dedicarse profesionalmente al adiestramiento ecuestre. Para eso sabía que había que emigrar.

Tenía 19 años y un coraje enorme. Tras conseguir alojamiento en la casa de una extranjera que conoció en Uruguay, el destino elegido fue España. Fue contando monedas para llegar allí. Una vez en Europa descubrió un mundo nuevo. Se cruzó con personas que la ayudaron y le enseñaron mucho sobre el universo de la equitación. También tuvo malas experiencias, como la misma mujer que le dio alojamiento, quien le quitó todo el dinero y tuvo que irse a vivir a la casa de unos amigos de su familia en Barcelona. Pero nunca perdió la motivación. «Yo siempre me doy para adelante a mí misma». Y es que la soledad es una característica de Maldonado desde siempre. Estuvo cinco años internada en el hospital y pasaba mucho tiempo sola porque sus padres trabajaban en el campo en Florida y su hermana tenía 2 años.

Ahora siempre vive sola. En España estuvo durante cinco años en Yeguada del Lago, en una finca en donde solo vivían tres personas: su jefe, otro joven y ella, pero estaba todo el día sola en el medio del bosque. «Es muy intenso poder sobrellevar eso; o te vuelve loca o te hace muy espiritual».

Maldonado cuenta que le gusta la soledad. «Si bien me gusta compartir, tengo que estar todos los días conmigo misma. Igual que cuando entreno: antes y después de entrenar yo camino con mi caballo 20 minutos», relata. La soledad y el desapego son dos de sus características. De lo único que no se desprende es de sus caballos.

Hace una gimnasia llamada dressage, con la que mantiene un vínculo muy estrecho con el animal.

El dolor

Con la mano dentro de un tarro con agua hirviendo, para calmar el dolor de su «no mano», como ella misma la llama, dice que «el dolor y la soledad son los transformadores para haber logrado lo que hoy logré en mi vida. Porque puede transformar todo eso en enseñanza».

«No podés andar a caballo, te hace mal», le sigue diciendo cada vez que la ve el doctor Mario Arcos, el cirujano que la operó 15 veces. «Yo le respondo: si ahora salgo a la calle y me pisa un auto y todos estos años estuve sin montar a caballo por cuidarme, tengo que bajar del cielo y pegarte una cachetada», cuenta con humor. Dice que cada vez que viene a Montevideo se ve con el médico, a quien llama su «ángel en vida».

El libro

El desafío de vivir tiene un lenguaje simple y es de lectura ágil. Una editora se encargó de entrevistar a Arcos. «Yo no podía hacer esa entrevista porque una vez le pregunté por mis operaciones y no me cuenta con todos los detalles con los que le contó a ella». «Supongo que para él también debe ser movilizador», explica.

El resto de lo que aparece reflejado en el libro fue escrito en momentos en los que Maldonado se sentía inspirada para poder relatar su vida. «Ha sido de lo más profundo de mi corazón; yo lo releí tres veces y cada vez que lo leo me pongo a llorar con lo que yo misma decía. Así que ha sido también sanarme a mí misma».

Próximo desafío

«Allá voy», es la línea de cierre de El desafío de vivir. La frase se refiere a su próximo desafío: Maldonado viajará en setiembre a los Juegos Paralímpicos de Río 2016, aunque tiene experiencia y ha competido a nivel internacional será su primera vez en los Juegos.

Este es el certamen más importante en el que habrá participado, y competirá con Da Vinci: su caballo amado. «Lo que más quiero es lograr disfrutar el momento sin que me ganen los nervios«, concluyó.

Por Cecilia Presa, especial para El Observador

Fuente: El Observador