Los Teros ganaron la Nations Cup sacando a relucir aspectos de la vida cotidiana de jugadores que se comprometieron con un proceso en el que el esfuerzo no se nogocia y que tiene un gran objetivo: clasificar al Mundial de Japón 2019.

El domingo jugaron frente a España, ganaron y salieron campeones de la Nations Cup. El lunes la vida continuó. Muchos se levantaron a trabajar como todos los días y otros a estudiar, pero con un claro objetivo: seguir mejorando.

“Entrenamos como profesionales, jugamos contra profesionales y les ganamos. La clave está en dar siempre un poquito más y trasladar a la cancha lo que hacemos en el día a día”. Las palabras son de Juan Manuel Gaminara, el capitán de Los Teros que con 45 caps y un Mundial arriba se transformó en una pieza clave del equipo, no solo por su juego, sino también por la entrega en cada partido.

Y la entrega forma parte de la idiosincracia de Los Teros y del rugby uruguayo. El sacrificio no lo negocia ningún jugador, ningún integrante del staff técnico y eso, a la larga, le dio resultados a Uruguay.

“Suena el despertador un rato antes y venimos a entrenar al Charrúa para después ir a nuestros trabajos. Salimos del laburo y volvemos a entrenar. Creo que lo que nos diferencia de los rivales profesionales es que nosotros sabemos hacer más cosas durante el día y eso se traslada a la cancha a la hora de enfrentarlos”, explicó el capitán uruguayo.

Con una racha de nueve triunfos al hilo en lo que va del 2017 en 11 partidos disputados, Los Teros no se conforman y van por más, pero sin apartarse del camino y del trabajo que los trajo hasta acá.

Uruguay se ganó la confianza de la World Rugby y ésta le otorgó la organización de la Nations Cup que por primera vez desembocó en Sudamérica para la disputa de su duodécima edición.

“Para la Unión de Rugby del Uruguay (URU) fue una gran alegría haber organizado un torneo de esta magnitud con países Tier 2 y seleccionados de Argentina e Italia, y encima poder lograr el título”, le contó a Ovación Sebastián Piñeyrúa, presidente de la URU.

“Que la World Rugby confíe en nosotros como Unión es una responsabilidad y no solamente era un objetivo cumplir en la parte organizativa, sino también lograr ser competitivos y en este caso haber logrado salir campeones es un sentimiento muy positivo y nos reconforta devolver esa confianza y apoyo que recibimos con este resultado”, agregó.

Durante más de una semana, cinco selecciones de primer nivel entrenaron en diferentes clubes y el presidente de la URU resaltó ese hecho: “Para el rugby de clubes fue una oportunidad de crecimiento porque interactuaron con profesionales. Por otra parte, hubo 140 voluntarios que trabajaron en el torneo, vivieron una gran experiencia y estamos seguros que ganaron una cuota de fanatismo importante para seguir sumando en este deporte”.

Por último, Piñeyrúa resaltó lo hecho por el plantel de jugadores y remarcó que “para el grupo es una muestra de que se puede ir por más y que el trabajo y el esfuerzo tienen su recompensa. No dudo que esto será un empuje tremendo para lograr el gran objetivo que clasificar al Mundial”.

Fuente: El País