Representando a la Udelar, futuros abogados, médicos y contadores, entre otras carreras, se sintieron durante 15 días jugadores profesionales y fueron campeones del mundo.

Día a día estudian, entrenan y trabajan, pero durante 15 jornadas en la otra parte del mundo 18 jóvenes uruguayos se sintieron jugadores profesionales de fútbol y lograron ganar la Copa del Mundo FISU (Federación Internacional de Deportes Universitarios).
Se trata de la selección de fútbol de la Universidad de la República, que representa a Uruguay a través de la Liga Universitaria de Deportes.

En la primera edición del Mundial, Uruguay superó en fase de grupos 1-0 a la Universidad de China y 2-1 a la de Croacia y 1-1 con la de Rusia. En cuartos venció 2-0 a la de España y en semifinales a la de Corea del Sur 2-0. Ayer, cuando en Uruguay eran las 10 y en Jinjiang, China, las 22, la Celeste venció 2-1 en alargue a University of Wollongong de Australia.

“Te juro que fue un partido con mucha intensidad. Estuvo a la altura de las circunstancias para ser una final del mundo”, le asegura el entrenador del equipo, Alejandro Heguy a Ovación.

Estudiar al rival no fue fácil. Tanto él como su ayudante Rodolfo Trullen lo hicieron con los “highlights” de los primeros partidos o “buscando en internet los partidos completos”.

“Los gurises estudian, trabajan y de noche entrenamos dos veces por semana. El proceso empezó hace cinco años; algunos van quedando y otros saliendo por un tema de edad”.

Aunque estaba seguro de su equipo. “Hasta hoy el rival directamente no nos había convertido. Contra Rusia fue gol en contra y el segundo (Croacia), se desvía, Andrés Ferreira fue para un lado y la pelota al otro”, comenta, agregando que el de ayer, del australiano, fue “un golazo”.

Heguy, entrenador también de una categoría juvenil de Liverpool, destaca la importancia del proceso que ha llevado a cabo la Liga Universitaria hace cinco años. “De ese proceso algunos van quedando y otros saliendo por un tema de edad”, sobre todo porque ahora el reglamento marca el límite en los 25 años, en vez de los 25 de hace un año. “Eso marca la importancia del trabajo en proceso”.

Aunque también se sumaron tres futbolistas que actualmente no juegan en la Liga Universitaria. “Hicimos llamados abiertos. De la Udelar quedaron tres jugadores de buen nivel que juegan en el campeonato inter facultades”. Los tres jugaron, al igual que 17 de los 18 futbolistas (sólo el arquero suplente no sumó minutos). Aunque para todos fue una experiencia “única e inolvidable”, como asegura el guardameta Andrés Ferreira tras los festejos.

“No solo por el resultado sino por todo lo que abarca la preparación, la estadía acá (en China), lo profesionales que somos estos días”, agrega. “Suma en todo para la vida”.

Además afirma que “para nosotros que somos un país que por ahí en lo deportivo a nivel universitario no está tan desarrollado, es único. Por ejemplo, jugamos una final contra un equipo que tiene 10 jugadores profesionales y también universitarios”.

El entrenador australiano es el ex jugador profesional Luke Wilkshire, que pasó por la Premier League de Inglaterra, el fútbol de Holanda y de Rusia, pero que también es uno de los 10 futbolistas con más partidos en la selección de Australia y estuvo convocado (teniendo 21 años) en el repechaje para el Mundial 2006, festejando la clasificación al ganarle a Uruguay. Jugó tres mundiales FIFA.

“Es una experiencia única que nos va a quedar para siempre”, sentencia el mejor arquero del campeonato, que ataja en Nacional Universitario.

Jóvenes de 20 a 25 años tuvieron una experiencia enriquecedora, pero que se puede repetir. “Tenemos un promedio bajo que no llega a 23 años. Ojalá algunos puedan replicar la experiencia y representarnos dentro de dos años”, dice el técnico. En la Jinjiang también se disputará el Mundial en 2021, 2023 y 2025.

Pero no solo fue especial para los futbolistas, los estudiantes. También para Heguy, Trullen y el resto de la delegación. El profe Gustavo Mariño, el médico Carlos Voituret y el presidente Julio Jakob. Más que para el técnico fue su último partido en el cargo y hace casi 30 años, cuando era jugador, también participó de una instancia así en las Universíadas sin poder salir campeón. “Fue la frutilla de la torta”, dice Alejandro.

“Uno se siente orgulloso que nos deje bien representado a nivel internacional Uruguay, un país pequeño con una cantidad de dificultades, con gurises que estudian, trabajan y entrenan de noche y en invierno, que cuando llueve no se puede entrenar. Desde el punto de vista del comportamiento también, en la cancha y en el vínculo con los organizadores y la población. No tuvimos ningún expulsado”, expresa el DT. Y añade: “Desde el comportamiento también. En la cancha no tuvimos ningún expulsado; y en el vínculo con los organizadores y la población también”.

Cómo fue la final contra la universidad australiana.
«El partido fue durísimo. Ellos jugaban muy bien con pelota, eran muy físicos. Nosotros también generamos y supimos ser efectivos. Cuando tuvimos que defender, dejamos la vida; al atacar lo hicimos. Traer el partido fue fruto del esfuerzo de todos», le dijo a Ovación el goleador, Santiago Pallares.
«En la charla previa tuvimos tratar de mantener ciertos parámetros. La motivación sobra, pero sabemos qué estabamos jugando. Hicimos historia merecidamente porque nos rompimos el alma; en fútbol 5, corriendo en la rambla… muy a lo uruguayo, muy diferente a las comodidades de estas universidades», agregó el mejor jugador del torneo.

Se sintieron profesionales durante 15 días.
El ganador del Balón de Oro en 2000, el portugués Luis Figo, fue el invitado para el sorteo y la “Brujita” Juan Sebastián Verón para la final. La organización de la primera Copa del Mundo FISU no tuvo nada para envidiarle a la de FIFA del fútbol profesional.

Ello hizo que durante las dos semanas que duró la actividad los 18 jugadores se sintieran estrellas. “Quedaron totalmente fascinados. Había sesiones de foto posando con la camiseta, firmaron autógrafos y pelotas, haciendo entrevistas; la gente pedía autógrafos por la calle, sacarse fotos permanentemente. Prácticamente fueron profesionales por 15 días. Quedaron sorprendidos por el nivel del hotel, de las habitaciones, los campos de entrenamiento, la infraestructura que había. Teníamos un menú para nosotros solos”, explica el entrenador Heguy.

Andrés Ferreira, por su parte, afirma que “es algo superlativo. Tuvimos la chance que se hizo en Asia. Están despegados, posta. Están en todos los detalles: en el orden, en las ceremonias; están por encima de todo sobre Europa”.

“La final la jugamos con cinco mil personas y estaban a cada rato gritando o haciendo ruido con palos inflables. Tenía que gritar bastante”, suma.

Para los 18 fue es algo inolvidable, para su vida y sus carreras. Si bien hay mayoría de estudiantes de educación física, medicina y derecho, también hay de nutrición, economía, contaduría y genética.

El plantel estuvo integrado por: Andrés Ferreira (Nacional), Mathías Álvarez (Playa Honda), Santiago Antonini (Náutico), Agustín Baroffio (Tenis El Pinar), Nicolás Chaia (Círculo de Tennis de Montevideo), Germán Correa (UdelaR), Francisco Dos Santos (Independiente), Agustín Etchegaray (ELF), Enzo Galeano (UdelaR), Mauricio González (UdelaR), Christopher Larrosa (CALI), Jerónimo Lima (Nacional), Santiago Pallares (Old Christians), Germán Pazos (Náutico), Franco Polacchini (Independiente), Gianfranco Ponzio (Náutico), Matías Prado (Independiente) y Bruno Sarasúa (Defensor Sporting). Pallares, además de goleador del equipo (5), fue elegido el mejor jugador del Mundial.

Fuente: El País