Los uruguayos hemos nacido y hemos sido moldeados para esto: para sufrir, pero también para hacer historia. La Celeste nunca había ganado en Asunción por Eliminatorias.

Había estado cerca en 2011, pero en la hora se lo habían empatado. Esta vez, aunque con angustia hasta el final, lo consiguió.

Héroes sobran de esta noche en la que Uruguay rompió la racha, venció a Paraguay 2-1 y prácticamente quedó clasificado al Mundial de Rusia 2018. Llegó a 27 puntos, ese número mágico que todos coincidíamos al que había que llegar para estar en la cita mundialista. Pero además quedó segundo, logrando algo que no es muy habitual en los uruguayos: aprovechar las oportunidades. Y vaya si lo hizo. Ganó cuando tenía que hacerlo.

Y para empezar a hablar de héroes hay que empezar, sin dudas, por Federico Valverde. Debutó, lo hizo como titular con 19 años, jugó un partidazo y anotó un gol, el que abrió el camino. Futuro de crack. Formó el doble cinco con Matías Vecino, también de gran partido. El doble cinco que tantas dudas había generado en la previa porque faltaba marca y sobraba fútbol respondió a las mil maravillas. Y hay que darle el mérito que se merece a Tabárez. Claro, también quedó en evidencia que lo que tanto se pedía de darle más juego al equipo y no ser tan conservador tenía su razón de ser, porque anoche Uruguay jugó muy bien, sobre todo en la primera mitad.

La Celeste recuperó ese fútbol olvidado que, en su cúspide, había significado ganar la Copa América 2011. Por momentos el juego de Uruguay recordó al de entonces, con pelota al piso, toques, triangulaciones, pases de primera y en velocidad y buena utilización de los espacios,

Paraguay, que se vio sorprendido en esa primera mitad, adelantó sus líneas en el segundo tiempo para que Uruguay no sacara la pelota bien jugada del fondo con tanta comodidad y para salir a buscar el partido, pero también dejó espacios. Fue así que Valverde se encontró con la pelota en los pies y de frente al arco, se animó (porque la camiseta nada le pesó) y su remate se desvió en un defensa rival para besar la red y desatar la locura de los 1.500 uruguayos en el Defensores del Chaco. Luego vino el segundo, cuatro minutos más tarde (Suárez no definió bien, pero entró y a festejar igual) para ponerle la tapa al partido, porque aunque Ángel Romero descontó, también Uruguay pudo hacer un tercero.

La Celeste sigue haciendo historia: ganó donde no había podido ganar y quedó a un pasito de Rusia 2018.

Fuente: El País