Cualquiera que haya visto el primer debate Democrático pudo escuchar el grito esperanzador de Bernie Sanders a Dinamarca, así como el posterior degradación de Hillary Clinton de la aplicación de las normas que funcionan en Dinamarca a los Estados Unidos. Se ha convertido en una práctica común para los políticos del mundo aplaudir constantemente al norte Europeo como un conjunto de países modelo: su sistema de salud, su participación política, su educación y su compromiso con la protección del medio ambiente. En lo que refiere a medioambiente, Europa del Norte es un jugador pesado que deja su dinero en un segundo plano implementando políticas que resultan en un cambio substancial. Dinamarca, por ejemplo, ha invertido tiempo y fondos en energía eólica en todo su territorio y busca usar 100% energías renovables en el 2035. Nadie proclama que Europa del Norte merece nada menos que respeto por sus esfuerzos, pero vamos a alejarnos de la Reina del Baile de Energía Elétrica por un momento y hablemos del renegado que está haciendo acciones sin atención de los medios mundiales. Damas y caballeros, miremos a Uruguay.

Uruguay es una central eléctrica de energía hidroeléctrica y eólica en Latinoamérica, siendo anfitrión de decenas de proyectos que están empujando a la energía alternativa hacia el frente de la economía del país. En los primeros cincuenta años, el país ha transformado de una comunidad agraria inestable plagada por insurrección e inestabilidad económica a un líder próspero y estable en el hemisferio occidental. Debido a que Uruguay está ubicado en “el sur global”, la comunidad internacional raramente se toma tiempo de aplaudir su compromiso hacia la energía renovable. Tomémonos un minuto para actualizarnos sobre lo que te has estado perdiendo de Uruguay:

Los logros de Uruguay

Uruguay, con una población de aproximadamente 3.3 millones de personas, es el segundo país más pequeño del continente. Las mejores cosas vienen en pequeños envases: el Departamento de Estado posiciona a Uruguay como el primero en América Latina por su democracia, calidad de vida, paz, libertad de expresión y otras tantos atributos. Uruguay es el destacado por libertad política, fuerza financiera y una fuerza para la paz tanto en la región como en el exterior (es uno de los más contribuyentes a las fuerzas de paz de la UN). Además, Uruguay ha legalizado la marihuana, matrimonio igualitario y el aborto. Su sistema de salud es de alta calidad y costeable, tal como su educación superior y Uruguay es considerado como uno de los países más seguros de América Latina. La frutilla de la torta es que el expresidente uruguayo José Mujica, quien dejó su cargo en Marzo, era conocido como el “presidente más humilde del mundo” porque vive con un estilo de vida extremadamente modesto y dona la mayor parte de su salario. Aunque obviamente no todo es perfecto, Uruguay tiene mucho de qué estar orgulloso: particularmente su compromiso a la energía alternativa.

Uruguay y la energía alternativa

Dinamarca será mejor que se cuide- Uruguay tiene como objetivo llegar a que el 38% de su energía sea eólica en el 2017 y ese objetivo parece que podrá ser alcanzado fácilmente. En comparación, Dinamarca comenzó su transición a la energía alternativa en 1970 y actualmente obtiene el 30% de su energía a través de los molinos de viento. Uruguay aspira a alcanzar el mismo objetivo numérico en la mitad de tiempo- ambicioso, pero totalmente alcanzable si el desarrollo de turbinas de viento continúa a estas agresivas tazas. Uruguay está por fuera de la actual guerra entre la energía eléctrica y los combustibles fósiles que copa en el resto de Latinoamérica- ya que es una nación sin cantidades significativas de carbón, petróleo o depósitos de gas, la energía alternativa fue una necesidad. Históricamente, Uruguay ha sido dependiente de Argentina y Brasil en la importación de energía pero el cambio a energía alternativa está garantizando a Uruguay un camino de autoabastecimiento en una taza destacable. De hecho, Argentina y Brasil podrían llegar a importar energía desde Uruguay pronto.

Comenzando en 2005, Uruguay invirtió más del 3% de su PBI cada año en el reacondicionamiento de su sistema de energía. Esto ha transformado la nación en un gran centro de turbinas de viento y energía hidroeléctrica. El paisaje llano de Uruguay lo hace ideal para energía eólica, algo que ha sido probado como especialmente importante cuando significativas sequías interrumpieron la productividad hidroeléctrica en 2014. Miles de millones de dólares han ingresado a Uruguay en los años recientes ya que UTE (compañía eléctrica del Estado) subvenciona proyectos para inversores internacionales buscando crear campos de viento de gran escala. Uruguay tiene el crecimiento más grande de energía limpia en el continente y ha alcanzado este crecimiento sin excluir a los trabajadores nativos. Uruguay requiere que los centros de control de estos proyectos estén construidos en Uruguay y que luego del primer año de operación, 80% de los empleos de mantenimiento vayan a empleados locales. Expandiendo el mercado de trabajo para trabajadores locales es darle al país una tracción en su camino a la independencia energética. Además de energía eólica, Uruguay tiene dos proyectos únicos en desarrollo: hacer que el Aeropuerto de Carrasco sea el primer aeropuerto sustentable y usar la energía eléctrica para todo su transporte público para el año 2030.

Petróleo en el horizonte

El plan de energía 2005-2030 al que Uruguay se ha comprometido ha tenido resultados increíbles hasta ahora, pero gobiernos nacionales tienen que planear escenarios para el peor de los escenarios. El peor escenario para Uruguay tendría que ser abandonar la energía sustentable para pasar a combustibles fósiles. Uruguay, a pesar de su falta de recursos en tierra, ha sido explorado para la perforación en alta mar por una suma de más de 1.6 mil millones de dólares en 3 años. La actual administración quiere alcanzar un consenso antes de comprometerse con empresas petroleras pero con compañías como BP, BG Group y Tullow Oil golpeando las puertas de Uruguay, la presión aumenta. La energía alternativa está funcionando en Uruguay, pero el señuelo de inversiones de petróleo sin duda es tentador para el pequeño país. La transición a petróleo daría paso a un gran cambio en la cultura política del país, ya que nuevas entradas y asociaciones políticas abrirían la puerta para la corrupción y conflicto. Uruguay ha hecho casi zancadas en el desarrollo de energía, pero todos esos esfuerzos pueden desmoronarse si el país accede al desarrollo de petróleo.

Entonces, ¿por qué nadie hincha por Uruguay?

¿Por qué está Uruguay volando bajo el radar mientras que Europa del Norte está arriba del escenario mundial por su trabajo en energía alternativa? Uno podría decir que es por el tamaño de Uruguay- ¿quién mantiene seguimiento de un país tan pequeño? Bueno, Latvia y Estonia son ambos más pequeños que Uruguay pero una búsqueda rápida en Google te llevará a docenas de listas alabando al compromiso de estas naciones a la energía verde. Uruguay puede tener una pequeña población pero eso no significa que se nos escape de las manos. Uruguay no ha hecho nada para enojar a la comunidad internacional, al contrario, esencialmente ha sostenido cada estándar posible de buen gobierno. Entonces, ¿por qué no están todos planeando para jubilarse en Montevideo?

En su lugar, muchos sospechan que se debe a la división global Norte-Sur. El Norte (Europa, América del Norte – el primer mundo) y el Sur (Centro y Latinoamérica, África, Asia y el Medio Oriente- el tercer mundo) desarrollados en diferentes maneras pero a pesar de que la prosperidad económica ha sido redistribuida en las décadas más recientes, el Norte todavía está siendo considerado como la máxima autoridad en materia económica. Derivamos nuestra atención a exitosos países europeos que atrapan nuestra atención porque históricamente el “sur global” ha estado atrasado años en lo que se refiere a desarrollo. Nos gusta pensar que Latinoamérica en términos de cocos y junglas más que como un continente diverso con un conjunto de economías emergentes que desafían a las nuestras. Estamos acostumbrados a que los países de Europa del Norte tengan éxito en todo lo que intentan de primera, así que verlos tener éxito en la implementación de energía alternativa es parte del curso. Sin embargo, el éxito de Uruguay es más que impresionante porque no vino de la economía más estable de Europa del Norte. Uruguay se ha reconstruido a sí mismo luego de la turbulencia de la década del 70- el movimiento guerrillero Tupamaros, del cual Mujica fue parte, derivó a una insurrección nacional por más de una década y se transformó no sólo en un líder regional, sino tal vez en el centro eólico más impresionante del hemisferio. Uruguay está dando vuelta el estereotipo de una nación latinoamericana plagada por corrupción y violencia que se queda detrás del resto del mundo. El crecimiento continuo de la energía eólica en Uruguay le garantizará una mayor exposición pero hasta entonces, la presión de la inversión petrolera coloca el destino del plan de energía de Uruguay en una posición vulnerable. Para poder continuar con estos increíbles cambios energéticos, Uruguay debe recibir más atención internacional-los medios deben promover a la nación como una locación ideal de inversión. Mientras tanto, los políticos van a seguir escribiendo cartas de amor a Dinamarca mientras Uruguay se sigue arrastrando hacia adelante para lograr ser la nación más amigable con el medioambiente del mundo.

Ignorar los logros de Uruguay no es sólo insultar al país, sino que hace crecer la posibilidad de que Uruguay se convierta dependiente del petróleo. Un esfuerzo dedicado para reconocer a los logros de Uruguay en la energía le darán a la nación el apoyo público que necesita, y merece, para alcanzar sus metas energéticas.

CONCLUSIÓN

Uruguay es un elemento sumamente subvalorado en lo que se refiere a independencia energética. El avance del país hacia la energía limpia amenaza con pasar a sus colegas europeos, pero no recibe ni siquiera cerca de la cantidad de reconocimiento como las naciones europeas. Mientras eso pueda ser, en parte, por los sesgos endémicos en los Estados Unidos y Europa, es importante reconocer la tecnología innovadora usada en el cielo de energía verde latinoamericano.

Fuente: Law Street Media | Por