Uruguayos encontraron en Miami el lugar ideal para apostar al negocio gastronómico; destacarse por la variedad y calidad de sus propuestas, además de proyectar una imagen universal que atraiga clientes son los objetivos.
El lunes pasado en la ciudad de Miami, al mediodía, un peruano fue el primer cliente del novel restaurante uruguayo 5to La Huella en la ciudad estadounidense, que abrió sus puertas por primera vez fuera del país. La inauguración fue el pasado 20 de mayo con una fiesta en la que se hicieron presentes desde artistas uruguayos hasta miembros del Consulado en Miami. Uno de sus propietarios, Martín Pittaluga, comentó a Café & Negocios que aceptaron la invitación de instalarse en Miami debido a que esta ciudad «está yendo por el camino de volverse más sofisticada y cultural». Se trata de un nuevo Miami que «atrae». 5to La Huella está ubicado en el hotel East, enclavado en el Brickell City Centre, que se encuentra en el centro financiero de Miami.
Es el último exponente de una tendencia que marca un crecimiento y consolidación de la oferta gastronómica celeste en la ciudad que es considerada por muchos como la capital de los latinos en EEUU.
Otro caso es el de Trouville, que inauguró su establecimiento en abril del año pasado. El gran mercado que ofrece la ciudad estadounidense, combinado con una población de gustos «muy parecidos», según el propietario de la cadena de restaurantes, Javier Cabrera, fueron los motivos que lo impulsaron a ubicarse en Collins y la 71, zona hotelera y una de las esquinas con mayor movimiento.
Pero muchos de los locales «celestes» llevan años en la ciudad, incluso décadas. Ricardo Bernasconi se trasladó a Miami hace 23 años por motivos laborales. Allí conoció a Carlos Petkovich, creador del restaurante Los Gauchitos, que abrió en 1978. Bernasconi se asoció con Petkovich y mudaron el local a su actual ubicación en el hotel Double Tree Hilton, en la zona del puerto. Los dos hijos de Bernasconi se formaron en el rubro y hoy se dedican a gerenciar el restaurante.
El restaurante Punto Sur, ubicado en la zona de Doral, cercana al aeropuerto, pertenece a la uruguaya Gabriela Olivera y a dos socios. Olivera tenía un negocio de logística en Uruguay por el que decidió instalarse en Miami. A pesar de que ya tenía otros negocios, Olivera siempre había deseado manejar un restaurante.
En el caso de Johann Lara, la causa que lo llevó a mudarse a la ciudad estadounidense hace 15 años fue la búsqueda de un mejor porvenir. Lara tenía en Uruguay un negocio de construcción y se desarrolló en ese rubro en Miami hasta que la crisis de 2008 lo obligó a cambiar de rumbo. Lara se encontraba familiarizado con los negocios gastronómicos, ya que su padre tenía una pizzería en Uruguay. Es por esto que abrió hace seis años el restaurante Yepara Mate –Arapey al revés– en la zona céntrica de Miami.
Resaltar la uruguayez
El talón de Aquiles de muchos restaurantes uruguayos en el exterior es que son confundidos con argentinos. Sin embargo, hay un ánimo cada vez más grande en los negocios de Miami por resaltar su «uruguayez». «Hoy en día ponemos restaurante uruguayo sin miedo, antes no. Hoy te ponen la bandera grandota y lo venden como marca uruguaya», señaló Bernasconi.
Trouville es un ejemplo de esto, ya que está asociado a la marca país y coloca en su local de Miami el sello distintivo de Uruguay Natural (ver foto). Según Cabrera, hubo un cambio en los últimos años con respecto a la forma en que se ve lo uruguayo. Campañas para incentivar la calidad realizadas por el Ministerio de Turismo y el surgimiento de mejores productos llevan a que se genere una corriente en la que decir «uruguayo» resulta agradable. Cabrera añadió que los estadounidenses se acercan al restaurante uruguayo por la carne, reconocida internacionalmente por ser Grass fed, hecha de animales que son alimentados en el campo. Clientes de otros orígenes, señala, se ven atraídos por la variedad de comidas que ofrecen los establecimientos uruguayos.
Universalidad
Pittaluga comentó que 5to La Huella es lo más uruguayo en cuanto a personal, elementos decorativos, productos como la carne y el vino y el dulce de leche, entre otros. Agregó que va a estar volcado al concepto «parrilla» y comentó que si bien la carne uruguaya ya es reconocida, algo novedoso para la zona será el pescado a la parrilla.
Acerca de la imagen que quieren proyectar, señaló que no pretenden venderse como un restaurante uruguayo, a pesar de que lo hacen indirectamente a través de sus productos y su decoración, sino que su intención es ir más allá y ser lo más «universales» posible. Apuntan a ser locales, a recibir público tanto turistas como residentes de la ciudad. Bernasconi aclaró que ningún restaurante uruguayo va a ser 100% uruguayo, ya que, aparte de la comida típica, deben tener una variante para satisfacer a mayor cantidad de clientes. «Si tenemos más variedad, es más fácil vender», añadió. Agrega que cuando comenzaron a brindar Room Service en 2002 en el hotel en el que se encuentran ubicados, figuraban en el menú como restaurante argentino por motivos de marketing, ya que los clientes no conocían Uruguay. Hoy en día se puede pedir un «Chivito uruguayo» desde la habitación.
Cabrera, de Trouville, mientras tanto, indicó que se identifican como uruguayos a través de su sello de la marca país, pero que no colocan bandera porque de esa forma se proyecta la imagen de un restaurante limitado.
Pedacito de Uruguay
Cabrera destacó que los clientes latinoamericanos son en su mayoría argentinos, venezolanos y colombianos. También señaló que «los colombianos comen parecido a los uruguayos» –llama la atención que coman morcilla y elijan de postre flan con dulce de leche–. Olivera, por su parte, destacó que «sea quien sea que vaya a tomar un café, lo acompaña con un alfajor de maicena».
En Punto Sur, los clientes son en su mayoría oficinistas: «en Doral es donde se mueve toda la parte de importación y exportación; apuntamos a la gente que viene del trabajo» indicó Olivera. Agrega que los viernes son los días que trabajan más: «Está el especial de la parrillada. Trajimos parrilleritos de Uruguay», señaló.
El público de Los Gauchitos está compuesto por «cincuentones a los que les gusta tomar un buen vino y escuchar a Sandro», comentó Bernasconi.
En Los Gauchitos, tres uruguayos están en la cocina. Entre los siete empleados con los que cuenta Punto Sur, hay un uruguayo encargado de la parrilla y otra como manager de las meseras. En Yepara Mate, quienes cocinan son todos uruguayos.
En Punto Sur se presentan músicos uruguayos una vez por mes; en Los Gauchitos ocurre esto todos los fines de semana.
Para los estadounidenses, la estrella es la carne, debido al Grass Fed. Chivitos y milanesas son platos siempre solicitados, y el postre Chajá nunca falla.
Fuente: Café & Negocios, El Observador