Emociones y disrupción en clave de emprendedurismo

La historia propia para inspirar a otros. Con esa premisa, la Mega Experiencia Endeavor convocó el jueves 13 en el LATU a la comunidad emprendedora para conocer las historias de éxito de cuatro empresarios argentinos que, como ellos, un día pensaron en grande.

Guibert Englebienne, cofundador de Globant, contó cómo su empresa usa tecnología para convertir a sus colaboradores en «guardianes de la cultura de la organización». Vanesa Durán, hoy dueña de un imperio joyero, relató su historia reforzando la idea del coraje como la herramienta del emprendedor para salir adelante.

De superación también habló Daniel Cerezo, quien salió de la pobreza y se convirtió en el primer gerente de la felicidad de Argentina. Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, habló del futuro que asoma y de cómo la figura mitológica del centauro (mitad hombre-mitad tecnología) nos hará mejores.

Guibert Englebienne
La tecnología tiene un efecto expansivo en las empresas. No extraña que Mercado Libre se convirtiera en pocos años en la de mayor valuación de Argentina. «Antes a las empresas grandes les llevaba generaciones ser hechas», comparó. Aplicada a la cultura, la tecnología puede elevar a la organización de modo «exponencial». Globant usa inteligencia artificial para «digitalizar emociones» bajo un sistema que premia las actitudes alineadas a valores corporativos. Además, permite entender a los «nuevos consumidores», cuyas demandas obligan a las empresas a no solo ser «mejores que su competidor más cercano, sino tan buenas como Netflix o Uber».

Vanesa Durán
«Romper paradigmas» es una máxima que la acompaña desde que emprendió hace más de 20 años. Primero se arriesgó en el Chaco, donde se crió, «un lugar donde las personas aspiran a estudiar y trabajar para alguien». Se desafió luego, al expandirse más allá de su provincia y probar fortuna en Comodoro Rivadavia, donde no la conocían. Aunque al inicio no le fue bien, persistió armada de coraje, la «gran herramienta» del emprendedor. Hoy, emplea a más de 25.000 micro emprendedoras en su país y prevé salir al exterior. Para cumplir tus sueños, «no hace falta venir de una capital, tener un máster o ser un genio», reflexionó.

Daniel Cerezo
«Para dar no hace falta que tengas nada en los bolsillos, solo hace falta tener ganas de dar». La definición no viene de un célebre libro de autoayuda, sino de su experiencia vital, acuñada desde su infancia en una villa hasta su camino como empresario. Ese término le rechinaba y veía a los de esa clase como «garcas». Sin embargo, luego de trabajar en barrios de contexto vulnerable y con reclusos, rompió con su prejuicio para desempeñarse en la firma de alpargatas Paez, donde se convirtió en el «primer gerente de la felicidad del país». Hoy está al frente de su propia empresa Creer Hacer, certificada B, que se dedica a potenciar el talento en empresas y comunidades.

Fuente: El País