La celeste va a Brasil con la obligación de ganar el torneo, consolidar el mediocampo, superar el karma del debut y ser Uruguay

Uruguay tiene una forma, un estilo, que lo hace un rival incómodo y molesto. Es habitual que se meta en la pelea a pesar de que ya pasaron dos torneos desde su última coronación. En el continente es respetado. No en vano es el país más ganador de la Copa América.
Su chapa de candidato, el peso de su camiseta y los jugadores que tiene lo colocan siempre entre los favoritos a la pelea. Los últimos antecedentes en competencias oficiales dicen que Uruguay terminó cuarto en el Mundial de Rusia 2010; se vino en octavos de final de Brasil 2014 y terminó quinto en Rusia 2018.

En la Copa América ganó la de 2011, se vino en cuartos de final del torneo de 2015 y no superó la primera ronda en la Centenario de 2016.
A cinco días del debut contra Ecuador, Referí presenta los retos de la celeste de cara a una nueva edición del torneo más añejo de selecciones.

1) Ser campeón
A nadie escapa que Uruguay, por historia, tiene siempre la obligación de salir campeón de la Copa América. Lo manifestaron los jugadores en las diferentes conferencias de prensa que brindaron en el Complejo Celeste. Asimismo, y dejando la historia de lado, la selección cuenta en su plantel con jugadores de renombre mundial que la ubican en la condición de salir a pelear el torneo.

2) Superar el primer partido
El debut de Uruguay en los últimos campeonatos resulta un enigma complejo de resolver. Por distintos motivos, a los celestes les cuesta superar los nervios del primero partido. En la Copa América de 2011 igualó con Perú, en la de Chile 2015 logró un deslucido triunfo 1-0 ante Jamaica, y en la de Estados Unidos 2016 perdió 1-3 con México. Arrancar la Copa América con una victoria será clave.

3) El efecto Chile
El grupo que le tocó en suerte a Uruguay tiene otra particularidad. Debuta con Ecuador, el segundo juego es contra Japón y cierra con Chile, un equipo con el que se generó una particular rivalidad en los últimos tiempos. Los chilenos han logrado sacar de foco a los celestes en los partidos.

4) Los nuevos laterales
A nadie escapa que Uruguay sigue inmerso en su proceso de renovación del plantel. El ciclo que culminó el año pasado con el Mundial de Rusia abrió puertas a nuevas convocatorias. En los laterales se producen dos ingresos de jóvenes que comenzarán a hacer camino al andar. Para el lateral derecho, donde finalizó el ciclo del histórico Maximiliano Pereira, aparece Giovanni González. Al tiempo que por el otro sector, donde se busca la consolidación de Diego Laxalt, se convocó al joven Marcelo Saracchi. De todas formas, estos jóvenes solo aparecen como alternativa. Los laterales titulares serán Martín Cáceres por derecha y Laxalt en el otro sector.

5) Amoldarse al juego
Los nuevos jugadores deberán adaptarse al estilo de juego de Uruguay, lograr entendimiento con sus compañeros y amoldarse a las normas de convivencia del grupo seleccionado. Si bien chicos como Saracchi, Maxi Gómez, Giovanni González y Pereiro, llevan disputados algunos amistosos, la Copa América les brindará más tiempo de preparación para interpretar lo que pide el entrenador, y conocimiento con los compañeros. Esto los hará continuar en el proceso de maduración.

6) Empezar a jugar sin Suárez y Cavani
A nadie escapa la influencia de Luis Suárez y Edinson Cavani en el plantel celeste. No solo son los jugadores más desnivelantes del equipo sino que son dos de los principales delanteros del mundo. En el amistoso contra Panamá se notó claramente cómo cambia todo cuando ingresan. Por razones de edad Suárez y Cavani entran en la etapa del quiebre generacional y el equipo deberá acostumbrarse a los que vienen atrás. En este torneo de Brasil aparecerá un Maximiliano Gómez más maduro y Jonathan Rodríguez tendrá su primera oportunidad en una Copa América.

7) El líder del futuro
Si bien la cuestión del legado de la cinta de capitán en Uruguay es un tema que recorre caminos similares al de la renovación, las horas de convivencias grupal le permitirán al cuerpo técnico visualizar nuevos líderes. El actual capitán, Diego Godín, citó en conferencia de prensa que su compañero de zaga, José María Giménez, puede ser un buen sucesor a tomar el rol de capitán. Otros jugadores que pueden cumplir la función son Matías Vecino y Lucas Torreira.

8) Consolidar el mediocampo
El técnico Tabárez mencionó en conferencia de prensa del 4 de junio que el mediocampo de Uruguay es lo “más esperanzador” del equipo. Y agregó: “Lo de esperanzador es por la edad que tienen esos jugadores y quizás gente que vio esos partidos se olvidó y no le prestó atención a que hemos probado en todos los partidos formas diversas. Contra Brasil y Francia pusimos tres y cuatro jugadores de esos que tenemos y sacamos nuestras conclusiones de todo eso”. En ese sector están Nandez, Bentancur, Valverde, Vecino con un promedio de edad de 23 años. El técnico ha probado distintas alternativas y ahora llega la hora de la consolidación pensando en las Eliminatorias para el Mundial de Catar 2022.

9) La forma de jugar
De la mano de los cambios que se produjeron en la zona central del equipo va la manera de jugar. Un tema controversial en los últimos tiempos que llevaron a Tabárez a ironizar diciendo en el inicio de esta preparación para la Copa América: “Vamos a seguir jugando a nada”. Está claro que el equipo se favoreció desde el punto de vista futbolístico con el recambio en el sector central. Tiene ahora jugadores de mejor pie. Ahora podrá verse reflejado en el juego dentro del campo.

10) Ser Uruguay
Al margen de gustos futbolísticos, ideas de cómo parar el equipo, de pretender hacer 15 pases seguidos, jugar de contragolpe, fútbol de propuesta o respuesta, hay algo que Uruguay no puede perder: su identidad. A nadie escapa que el equipo celeste y su camiseta tienen una forma, un estilo, que lo llevó a ganar todo lo que ganó. ¿Qué los tiempos cambiaron? Sí. Pero Uruguay tiene una marca de origen que lo lleva a ser un rival incómodo para cualquier selección del mundo.

Fuente: El Observador