Griezmann, Messi y todos los Celestes tienen uno. Están hechos en oro y plata y son personalizados.

Cuando Antoine Griezmann baje del ómnibus de la Selección francesa este viernes para enfrentar a la Celeste por cuartos de final lo hará con un mate y una bombilla que tienen el escudo de Uruguay. Ese fue el regalo de bienvenida que Diego Godín le entregó apenas llegó al Atlético Madrid en 2014.

El Faraón sabía que era fanático de esta tradición uruguaya y quiso que el francés, que dice ser el mejor cebador europeo, tuviera implementos acordes a esa definición. Así que le mandó a hacer una bombilla de oro y plata a Bresciani Platería Criolla. Le gustó tanto el obsequio que al tiempo Godín le encargó un mate. Y poco después el propio Griezmann mandó a pedir a través de su amigo uruguayo una bombilla de caño más gruesa con sus iniciales.

Bresciani Platería fue fundada en 1922 y se dedica a la venta de artículos para el gaucho: mates, bombillas, cuchillos, rastras, hebillas y rebenques. El “Cebolla” Rodríguez es fanático del campo y descubrió el lugar buscando un cuchillo para obsequiar a un dirigente del Atlético de Madrid. Se enteró de que había mates personalizados y se mandó a hacer uno con el nombre de su primera hija, Lola.

El Cebolla hizo correr la bola, pasó el contacto a otros futbolistas y hasta Messi anda con un mate de la platería uruguaya abajo del brazo.
Luis Suárez es el único futbolista que no llama directamente, hace los encargos a través de un intermediario. Pero Federico Bresciani, dueño de la platería, dice que ya conocen sus gustos. Pide mates grandes, lisos y con bombillas anchas. Tiene uno con el escudo del Barcelona y otro con el nombre de su mujer (Sofía), de sus dos hijos (Delfina y Benjamín), el número 9 y la bandera de Uruguay.

Suárez encargó otro parecido al suyo para regalárselo a Lionel Messi cuando nació su segundo hijo con los nombres de su familia y la bandera de Argentina. Cuando estaba en el Liverpool le obsequió otro a Daniel Sturridge.
Cavani le mandó un whatsapp a Federico, le contó que es fanático de los ciervos y hoy su mate tiene uno de estos animales en oro y la inscripción “Edi”. Quedó fascinado con el trabajo. Le dijo a Federico que siempre había querido tener un mate así y que no imaginó que podía quedar tan perfecto.

Hace poco le encargó otro para el alemán Julian Draxler, a quien introdujo en esta tradición. “Quiero que tome en uno bueno”, le comentó sobre su compañero del PSG.

Nicolás Lodeiro quiso que Federico llevara sus mates a la concentración de Boca cuando los xeneizes jugaron contra Nacional por la Copa Libertadores 2016. A Carlos Tévez le encantó y se mandó a hacer uno para él y otro para su esposa. Federico le preguntó si quería que se lo llevara a Buenos Aires y le salió redondo porque cruzó el charco un fin de semana que jugaba Boca – River.

El argentino Augusto Fernández consiguió el teléfono de Federico a través de Godín y le mandó un mensaje para que llevara muestras de mates al Hotel Sheraton cuando la Selección albiceleste se enfrentó a Uruguay por la Eliminatoria para Rusia 2018.

Los jugadores se coparon con la idea de armarlos a medida, y en doce horas tuvo que soldar a mano letra por letra seis mates y seis bombillas.
Le pidieron Éver Banega, Ángel Di María, el “Pipa” Benedetto, Augusto Fernández y Mauro Icardi. El jugador del Milan encargó uno para él con los nombres de todos sus hijos y otro para llevarle de regalo a su mujer, Wanda Nara.

Todos los jugadores de la Selección uruguaya tienen su mate personalizado hecho en Bresciani Platería Criolla y andan con él a cuestas en las concentraciones. El único que todavía no encargó el suyo es Naithan Nández.

Este kit de piezas de joyería ronda los 600 dólares: el mate cuesta entre 300 y 400, y la bombilla 200.
Jonathan Urretaviscaya fue el último en hacer una solicitud. Cuando vuelva de Rusia le regalará un mate a su hermano que cumple años en julio, pero todavía no pensó un diseño. El suyo tiene el nombre de su señora, el de su hija y el escudo de Aguada.

La gran mayoría de los futbolistas elige poner sus iniciales, o algo vinculado a sus familiares y su país (la bandera o el escudo). De esa forma mitigan la distancia y extrañan un poco menos.

Hay quienes tienen más capacidad de inventiva que otros a la hora de pensar los motivos ornamentales y diseños. El mate del “Mono” Pereira tiene una casa y el de José María Giménez dice “Toledo, kilómetro 23”. Aunque el primero que se mandó a hacer tenía un escudo de Uruguay y al lado la inscripción “amor y familia”.

Fuente: El País