El programa “Un Pueblo al Solís” apunta a facilitar el acceso a la cultura a personas que residen en pequeñas localidades del interior del país. Entre 2010 y 2014 unas 9.000 personas viajaron hasta Montevideo para disfrutar de espectáculos en el escenario mayor de la cultura uruguaya. En esta oportunidad, se convocó a personas no videntes que a través de la audiodescripción disfrutaron de “El Misántropo” de Moliére.
El director de Centros MEC, Roberto Elissalde, explicó que este programa es un emprendimiento conjunto del Ministerio de Educación y Cultura, a través de la Dirección Nacional de Cultura; Centros MEC; la Intendencia de Montevideo, a través de su Departamento de Cultura; el Teatro Solís, conjuntamente con Fundación Amigos del Teatro Solís, y empresas asociadas.
Consiste en el traslado de público procedente del interior de Uruguay, especialmente desde localidades con menos de 5.000 habitantes, a Montevideo para presenciar espectáculos en el Teatro Solís. En muchos casos las personas no conocen la capital, y se realizan paseos turísticos por los principales puntos de la ciudad incluyendo el Palacio Legislativo, el Aeropuerto Internacional de Carrasco, el Hotel Casino Carrasco, la fortaleza del Cerro de Montevideo y la rambla.
Este proyecto está destinado a ciudadanos de localidades menores a 5.000 habitantes. Se intenta cubrir el mayor rango posible de edades. Una vez al año llega el «Gran pueblo», se trasladan 700 personas desde una localidad, o varias localidades cercanas, en tren o en ómnibus hasta Montevideo.
Entre 2010 y 2014 viajaron de más de 20 pueblos del interior unas 9.000 personas que disfrutaron de espectáculos de música y teatrales.
Teatro accesible
En esta oportunidad, se organizó una visita exclusiva para unas 300 personas ciegas provenientes de todo el país. Se utiliza un sistema de audiodescripción que permite al espectador conocer las características de la obra, la escenografía y los gestos visuales de los actores.
Para quien observa la obra de teatro, ésta transcurre de manera normal, sin embargo quien utiliza los audiodescriptores escucharán, entre diálogo y diálogo, elementos de la escena para comprender lo que sucede en el escenario.
Elissalde señaló que así como este sistema de audiodescripción ya se practica en el teatro Solís debería poder extenderse a cada sala de cine y teatro, para que las personas ciegas puedan tener el mismo acceso a la oferta cultural.
Fuente: Presidencia