La edición 2015 del South by Southwest o SXSW, el festival que se realiza en Austin, Texas, Estados Unidos desde 1987, contó con la presencia de las bandas uruguayas Max Capote —reincidente, pues ya había ido en 2014—, los raperos de AFC & Los Warriors (en su formato de banda completa), Fede Graña y Los Prolijos, Boomerang, Santullo y Once Tiros, todos elegidos por el Departamento de Industrias Creativas (DICREA) de la Dirección de Cultura en el marco del Clúster de Música.

Habiendo tomado distancia temporal y emocional de este mega evento que tuvo 20 escenarios y decenas de artistas de todo el mundo, Fede Graña le contó a El País que la experiencia de vivir desde adentro el SXSW fue «espectacular». «Para la carrera lo más importante fue una grabación que hicimos para la radio NPR, pero lo más importante fue la parte humana», asegura el cantante.

Desde Estados Unidos, Graña había resumido su experiencia en Facebook y entre el entusiasmo demostrado resaltaron las palabras: «condiciones de toque infrahumanas». «Eso fue el segundo día», aclara, cuando les tocó compartir escenario con unas bandas «rarísimas» y donde vivieron la experiencia que fueron a buscar: enfrentarse a un público objetivo.

En la primera fecha habían tocado con el resto de los uruguayos y estuvo «lleno de yoruguas». En la segunda «estuvo alucinante»: «había gente de distintas nacionalidades y después vinieron a comprarnos remeras y discos al kiosquito que teníamos ahí».

Así como Los Prolijos esperaban encontrarse con muchos extranjeros y tuvieron que esperar para eso, Santullo también lidió con las expectativas. «Tenés que bajarlas porque vas y hay dos mil músicos tocando el mismo día. Las posibilidades de que ocurra un golazo, que digas me vio Obama y me quiere llevar a tocar a la Casa Blanca, son pocas», resume.

Para él, la balanza quedó bastante equilibrada porque pudo sacarle lo positivo al hecho de recorrer Austin «cargando fierros, montando, desmontando» y trabajando en equipo, algo que en Uruguay no les corresponde hacer. «Yo si fuera público no sé si iría a ver los shows, porque lo veo más como una feria del sector. Pero es una gran experiencia y no hay que decirle que no», dice a El País.

La cuestión de las expectativas no fue ajena tampoco para los chicos de Once Tiros. ¿Qué esperaban ellos? Encontrarse en Texas con los rednecks (los típicos granjeros de películas norteamericanas), por ejemplo. Sin embargo, lo que se les apareció en el camino fue mucha gente «alucinante, muy predispuesta». «Además estuvo buenísimo poder viajar con bandas que admiramos y con otras que no conocíamos pero con las que pegamos buena onda», cuenta Pablo Silvera a El País.

Si tiene que verle un lado negativo a la experiencia de Austin, se centra en el aspecto económico: «nos dejó un poco de sabor amargo ver que la gente pagaba entradas para ver a los artistas y a los artistas no les correspondía nada».

AFC y las calles del rap del primer mundo

Para Felipe Cracel, uno de los rappers de AFC, haber ido al South by Southwest fue llegar «al primer mundo»; además, como fueron con banda completa tuvieron un «power» mayor que potenció su espectáculo. Pero su experiencia la disfrutaron más por el lado del público: «dormimos lo menos que pudimos», cuenta Felipe a El País, y eso les permitió ver a muchos raperos y entender que en Estados Unidos el rap «es como la cumbia acá», y que a la gente le importa más el show que el producto. Él admite que le faltó ver rock, pero todo fue útil: «pudimos robar unos piques», bromeó.

Fuente: El País