La apertura, prevista para diciembre de 2020, no solo permitirá conocer la obra de maestros latinoamericanos sino también generar intercambios culturales con otros similares de todo el mundo.

Sin duda, es una noticia muy esperada desde hace años en Punta del Este. Un lugar donde el arte y la arquitectura vayan de la mano. Un importante anuncio también esperado en el resto del país. En tanto, algunos, más aficionados al fútbol, califican el anuncio que se conocerá esta tarde como una suerte de “maracanazo” del arte. También por aquello que algo es importante no sólo por su simple enunciación. También por quien lo dice.

Al caer la tarde de este sábado el artista Pablo Atchugarry y su amigo el arquitecto Carlos Ott anunciaron que el Uruguay contará con su esperado Museo de Arte Latinoamericano.

El anuncio se cumplió en la sede de la Fundación Pablo Atchugarry de Manantiales que, como ocurre en cada hecho importante que allí sucede, se vio colmada de público en este caso atraído por el boca a boca de la buena nueva para el país.

El propio Atchugarry recibió a un periodista de Correo de Punta del Este en su taller donde, además, atiende con la misma amabilidad a los clientes y amigos que se acercan al predio de la fundación. Además del lógico ir y venir de personas, en su mayoría turistas que llegan para conocer la obra de Achugarry, el lugar exhibía el nerviosismo que precede a un acontecimiento como el que se cumpliría esa tarde en Manantiales.

Sucede que fue el principal acontecimiento cultural, social y artístico en mucho tiempo en la costa del departamento de Maldonado. Y que se dio a fines del primer mes del año. No como ocurre con la mayoría de los denominados “eventos de verano”.

Nacimiento
“La idea fue naciendo hace dos años. La propuesta apunta a colocar lo que es todo el arte uruguayo en un contexto más amplio. En un contexto latinoamericano. Pensamos en el Malba de Buenos Aires. En algunos museos específicos en el mundo. Este es un territorio fértil para este tipo de iniciativas culturales. El Museo se colocaría en medio del predio de la Fundación. De esta manera se potenciaría lo que constituye una visita clásica para aquellos que concurren al lugar”, dijo.

“Punta del Este necesita iniciativas culturales que generen otro ámbito de interés para los visitantes que se sienten atraídos por el sol y la playa o la propuesta gastronómica. Más cuando tenemos un enero tal lluvioso como éste”, agregó. “Un Museo de Arte Latinoamericano será un punto muy atractivo para toda la región”, precisó.

Atchugarry recordó que en su colección hay artistas tanto locales como extranjeros. Destacó que tanto en Manantiales como en su fundación de Manantiales como en la de Miami, ésta de reciente apertura, se expone la obra del maestro uruguayo José Pedro Costigliolo (1902-1985). “Hablamos del maestro Costiglioli como también de otros grandes maestros como la obra de Julio Le Parc que él hizo para la fundación y que formará parte del futuro museo”; enfatizó.

Un par de años
La apertura del museo, prevista para diciembre de 2020, no solo permitirá conocer la obra de maestros latinoamericanos sino también generar intercambios culturales con otros similares de todo el mundo. “Así muestras programadas y curadas en nuestro museo podrán ir hacia otros museos.

Y viceversa, aquí aceptaremos otras muestras de distintas partes del mundo. Sobre todo, de aquellos que tienen obras latinoamericanas”, afirmó.

El museo también será un lugar de trabajo para los jóvenes artistas latinoamericanos como también un lugar de discusión y de debate sobre el arte.

“Como debe ser”, afirmó. En este sentido, en Miami además de la exposición del maestro Costigliolo, fue incluida la obra del joven artista compatriota Martín Pelenur. “Esta idea de que los jóvenes artistas tengan su espacio es la que siempre hemos mantenido en esos once años de vida de la Fundación”; explicó.

El escultor recordó que en el caso de Punta del Este como en otros lugares, la arquitectura y la escultura van de la mano. No existe una negra y ancha línea que los separa. Sí una zona común. “Tanto la arquitectura como la escultura tocan casi los mismos aspectos. Es el espacio, es la luz. Son los 360 grados. En la arquitectura habita el ser humano. La escultura atrae como si fuera un imán donde el ser humano está alrededor de la misma. ambas tienen problemáticas bastante similares”, indicó.

Ott
El arquitecto Carlos Ott, autor del diseño del futuro museo destacó el hecho que el mismo albergará la colección privada del dueño de casa. “Este museo no es tanto para sus obras. Sí para su colección privada conformada por artistas que le han donado sus obras. Otras que él ha ido comprando a tantos artistas. Todos ellos latinoamericanos. Allí estarán las obras de pintores y escultores latinoamericanos. Es un gran gesto de Pablo”.

El celebrado arquitecto compatriota describió su diseño a partir de un intenso trabajo que llevó adelante con su equipo. “Es un edificio de varios niveles, uno abierto al público y uno subterráneo que oficiará de depósito. El proyecto se integra al parque de esculturas del lugar. El parque es un lugar único con una magnífica vista con una topografía muy interesante. Hay lagunas y árboles de todo tipo. A lo lejos se visualiza el perfil, la silueta de la ciudad de San Carlos”; explicó Ott.

“La idea se basa en un edificio muy abierto hacia todo el parque y que formará parte junto a los otros edificios del lugar. De tal manera que se destacarán varias cosas. Para empezar, el trabajo y las obras de Pablo. Su taller de trabajo donde elabora sus piezas escultóricas y recibe con su amabilidad a sus amigos y clientes. En ese ámbito se sumará la colección de arte latinoamericano que será exhibida en el museo”; reveló.

“Esto se debe a la generosidad de Pablo Atchugarry que si bien trabaja acá y en Italia, su alma sí está aquí, en nuestro país. No tengo ninguna duda que Pablo ha puesto todo su generoso corazón en el Parque de las Esculturas de Manantiales”, añadió.

Ott recordó que no existe en el ámbito humano dos actividades tan juntas y que vayan de la mano como la arquitectura y el arte. “Es así en todo el mundo. En el caso de la Ópera de París el estado francés nos obligó a invertir entre un dos y un cuatro por ciento del presupuesto en obras plásticas elaboradas especialmente para este proyecto. En mi caso trabajé con el artista estadounidense Cy Twonbly, un maestro del arte. El nos hizo el telón de la Ópera”, recordó Ott. “En el caso de la Torre de Antel el entonces presidente Julio María Sanguinetti nos obligó a incorporar obras del taller de Torres García”, añadió. Ott dijo que los murales del Saint Bois del maestro Torres García fueron recuperados por expertos italianos traídos al país. “En Playa Vik incorporamos obras increíbles. incluso, se me ocurrió que para el proyecto la puerta principal debía ser esculpida en bronce por el propio Pablo Atchugarry como las legendarias puertas de Ghiberti en el baptisterio de Florencia. Esa puerta es una obra de arte que pesa más de una tonelada”, explicó.

Fuente: Diario Correo de Punta del Este