«Mientras el mandato presidencial de cinco años de José Mujica llega a su fin, Uruguay se ha convertido en un bastión de las políticas económicas pragmáticas que favorecen los negocios y la inversión extranjera”, dice el artículo dedicado a la economía uruguaya.

No es lo que usted se había imaginado de un exguerrillero con inclinaciones socialistas». Así comienza una nota de la revista estadounidense Fortune que destaca el crecimiento económico de Uruguay, las inversiones como la de Montes del Plata y la reducción de la pobreza.

«Creo que tenemos que favorecer el capitalismo, para que sus ruedas se mantengan girando» y «luego tomar nuestra cuota de recursos para dar a los más débiles. Pero no hay que paralizarlo», dice Mujica a la publicación.

Además de detallar su accionar como guerrillero en la década del 60, Fortune señala que Mujica en la actualidad todavía cree en revoluciones desarmadas, pero que estaba dispuesto a cumplir con los pesos y contrapesos de la democracia, ya que no le obstruyen de efectuar algún cambio.

«Estamos muy acostumbrados en este mundo a ver que la economía y la desigualdad crecen juntos», dice Mujica. «En Uruguay, que no ha sucedido. La economía creció y la gente salió de la pobreza», añade.

Mujica señala que su gobierno ha optado por un término medio, favoreciendo proyectos del sector privado para impulsar el crecimiento económico y modestas intervenciones para distribuir la riqueza. «Los números hablan por sí mismos», dice Oya Celasun, jefa de la misión del Fondo Monetario Internacional para Uruguay.

«Mujica decidió no volver a crear las divisiones del pasado», dice Jimena Blanco, quien supervisa los países del Cono Sur para Verisk Maplecroft, una firma de análisis de riesgos en Londres.

Fuente: El País