Los productores de la raza Merino Australiano buscan llegar a “la oveja 4×4”, apoyados en la buena genética.

Los productores de la raza Merino Australiano que integran el Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (Crilu) junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), alcanzaron una de sus metas al promediar sus lanas el último año las 15,3 micras, informó a El Observador Agropecuario el presidente del Crilu, Francisco Donagaray.

“Además estamos rompiendo el paradigma de que no se podía afinar la lana sin perder pesos corporal y del vellón”, acotó el directivo y productor.

Donagaray reflexionó que “las complicaciones que estamos viviendo en las ventas de lana, por la poca diferencia de valor entre las lanas medias y las finas y ultrafinas, nos hace agudizar el ingenio y estamos tratando de tener lo que Pedro Otegui (director de Lanas Trinidad) llama la oveja 4×4”.

El presidente del Crilu explicó que la oveja 4×4 es “la que produce lanas finas, buenas carcasas y además son resistentes a los parásitos gastrointestinales”.

Donagaray aseguró que con el uso de los datos genéticos –los DEP– “hemos esas cosas: bajar el micronaje, aumentar el peso del vellón limpio y aumentar el peso del cuerpo, haciendo mucho más rentable” el negocio.

Entrega de carneros

El 19 de diciembre pasado se procedió en el INIA Tacuarembó a la entrega de una nueva generación de carneros a los integrantes del emprendimiento, que entró en su quinto año. Fueron entregados 41 carneros para los 43 integrantes del consorcio.

“Lo importante es que está la genética para producir lanas ultrafinas. Y lo más importante es que es uruguaya y está a disposición”, remarcó Donagaray.

Por otra parte, Fabio Montossi, de INIA, se mostró satisfecho porque se cumplió “el primer objetivo” del emprendimiento, que era “llegar a un material genético ultrafino, definido por animales de 15,8 micras, y que eso no debía ir en contra de producir más carne, más lana. Y ser resistentes a los parásitos gastrointestinales”.

El investigador agregó que “porteras afuera se lograron sinergias” y mencionó acuerdos con Manos del Uruguay “para mostrar el producto”; el proyecto de responsabilidad social con Central Lanera Uruguaya; un proyecto de evaluación de lanas con el mercado de destino –Europa– para “ver el grado de aceptación”; y con el LATU en el análisis de la resistencia a la tracción de la mecha y en pesticidas.

“Todo ello mezclado con la idea de que generamos un producto para un mercado cada vez más exigente”, concluyó Montossi.

Fuente: El Observador