Las 70 mil hectáreas de palmares rochenses brindan el fruto del butiá, con ricos valores nutricionales y del cual se logran 11 productos que son una fiesta para la gastronomía local. Desde hace algún tiempo apareció un producto estrella consumido en las celebraciones locales y por los deportistas: el refresco de butiá.

La empresa Caseras de India Muerta, ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Rocha y a una distancia igual de la localidad de Velázquez por la ruta Nº 15, elabora licor de butiá, salsas, mermeladas, jaleas y a esto sumó la bebida que usan algunos deportistas locales: el refresco de butiá. Este producto es sin conservantes, sin alcohol, sin colorantes, y un formidable antioxidante.

La maestra Marisa Zubía, integrante de esta empresa artesanal que elabora productos del palmar, dijo que se buscó una bebida que sirviera para toda la familia, ampliando el espectro de consumidores más allá de la caña con butiá, un licor representativo de la región.

En su momento se presentó un proyecto ante el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), haciendo realidad el refresco de butiá sin alcohol, cuyos valores nutricionales resultan más que interesantes, según el estudio elaborado por la Facultad de Química, relató Zubía a El País.

Vitaminas

El butiá es muy rico en Vitamina C y aún sometido el fruto a cocción logra conservar más del 40% del valor. Como jugo tiene un proceso de pasterización que asegura que no se pierda la Vitamina C y con excelentes valores de potasio, de manera que puede resultar una bebida muy interesante para los atletas, especialmente para aquellos que llevan a cabo ejercicios prolongados en el tiempo.

«Puede constituir un fantástico reconstituyente de las pérdidas por el propio esfuerzo realizado», se indicó. Maratonistas, ciclistas y otros deportistas rochenses en general, ahora consumen este producto local y artesanal.
A eso se agrega que este refresco «es delicioso», afirmaron varios consultados.

Este producto también tiene una dificultad, puesto que al no tener conservantes su duración es de ocho días como máximo, de manera que no es ofrecido en los comercios de plaza. Pero, «si el jugo de butiá se congela puede mantenerse durante un año», explicó la entrevistada.

Por el momento este refresco se comercializa de manera particular, llegando los interesados hasta el lugar de su elaboración, en plena casa de campo, siendo muy demandando en cumpleaños, fiestas del turismo o sencillamente por familias que lo adquieren para consumir el fin de semana.

Apuesta fuerte por el butiá

Así como este emprendimiento hay otros en Castillos, tales como El Brocal y Conservas del Este, que apuestan fuertemente al butiá. En el caso de Caseras de India Muerta, la empresa cuenta con nueve personas trabajando, cuatro de la familia y otros cinco que hace mucho tiempo viven en esa zona del departamento de Rocha.

Fuente: El País