Vivienda compartida será en Ciudad Vieja, tendrá 1.200 metros cuadrados y unas 20 habitaciones.
Nómadas, autónomos y sin apego a las estadías de muy largo plazo, los emprendedores han convertido al coliving (un tipo de residencia compartida) en un formato en ascenso en el mundo.
Uruguay se sumará a esta corriente con el primer coliving del país, un proyecto a cargo de Sinergia Cowork y la inmobiliaria ACSA, que comenzó a gestarse en julio de 2016 y que verá la luz en mayo de este año en pleno corazón de Ciudad Vieja.
Este emprendimiento busca dar la posibilidad de vivir junto con otras personas integrando lo mejor de la experiencia de pertenecer a una comunidad (de emprendedores) con la flexibilidad de contar con un hogar sin tener que desembolsar una gran suma de dinero ni garantía o atarse a largos contratos.
El espíritu es alquilar apartamentos compartidos o exclusivos por el mínimo de un mes en un lugar donde priman los espacios comunes, explicó Martín Larre, director de Sinergia Cowork. El proyecto, del cual Sinergia y ACSA son socios, se ubicará en un edificio de cinco pisos, a pocos metros de la Plaza Matriz y la Peatonal Sarandí. En su espacio de 1.200 metros cuadrados, tendrá capacidad para unas 30 personas.
La elección de ese punto no fue casual. Mateo Campomar, director de ACSA aseguró que, en parte, optaron por Ciudad Vieja porque es un lugar muy buscado por empresarios que vienen del exterior. «Recibimos muchas consultas por alquileres cortos en esa zona», indicó. De todas formas el abanico de usuarios es amplio. Jóvenes emprendedores, estudiantes que llegan a la capital o todo aquel que necesita un lugar donde vivir por un período corto de tiempo es un posible inquilino. En todos los casos, los interesados deberán «aplicar».
Las opciones son apartamentos completamente amueblados de unos 35 m2 (en promedio), algunos con living y kitchenette. Los alquileres irán de US$ 500 a US$ 700, según el tamaño del apartamento y si es compartido o no. Ese valor incluye servicios como agua, electricidad, Internet, TV por cable, limpieza y lavandería. «Estamos evaluando incluir también comida», adelantó Larre.
Construir comunidad
Si bien los apartamentos serán amplios y algunos tendrán un living, el espíritu de los creadores es que los usuarios estén en los espacios comunes. Para ello, el proyecto incluye una gran cocina con comedor, sala de cine, sala de reuniones y de trabajo, play room, un gran living central y gimnasio.
Además, quienes estén en el coliving tendrán acceso los eventos de la comunidad de Sinergia Cowork (afteroffice, cenas mensuales, talleres y fiestas). «Queremos que el espíritu de colaboración que existe en Sinergia se replique en el coliving, que las personas se junten en los espacios comunes para intercambiar ideas, se hagan amigos, surjan trabajos o parejas», recalcó Larre.
Es más, los usuarios accederán a las instalaciones del cowork con un descuento. Y quienes están en Sinergia tendrán una tarifa promocional en el coliving. Para promover esa idea de comunidad, Sinergia destinará a una persona para encargarse de la gestión comercial y la generación de actividades.
De cal y de arena
Así como Sinergia aporta el conocimiento para la generación de comunidad, la inclusión de ACSA como parte de la fórmula tiene como fin garantizar la buena administración y gestión inmobiliaria del proyecto.
«Seremos los responsables del área administrativa y de servicios del coliving. Volcaremos nuestra experiencia de más de 50 años en el mercado y la administración de más de 3.000 propiedades y sus servicios para garantizar las mejores soluciones», dijo Campomar.
Para el director de ACSA, apostar a este negocio es una forma de adelantarse «a la llegada del ‘Uber’ de la industria inmobiliaria. Buscamos invertir en algo nuevo, en lo que en el mundo es tendencia. Hoy los jóvenes son nómades, quieren todo resuelto y algo flexible», analizó.
En febrero será la presentación oficial y el lanzamiento del primer coliving. El plan de los socios es culminar 2017 con dos espacios funcionando, para una vez evaluada la experiencia, preparar las valijas para ir a la región.
Fuente: El País