El uruguayo Ignacio González estrena disco grabado en EEUU con artistas de todo el mundo

El camino de Ignacio González en la música tiene peculiaridades. Si bien desde niño ha estudiado diferentes instrumentos, no fue hasta los 27 años que decidió dedicarse de lleno a esa carrera. Ya había tocado como guitarrista suplente con Abuela Coca, pero su profesión era la de periodista, además de tener un trabajo en organizaciones como Un techo para mi país y Socialab, la cual fundó junto a un grupo de compañeros de aquella ONG.

A pesar de ese desvío, la música siempre estuvo en su órbita. Con su trabajo combinaba clases de guitarra (a la que define como su instrumento) con Julio Cobelli y de otros instrumentos y disciplinas, conformando lo que González llama su «escuela de música popular personalizada». Entre sus docentes se contaba el pianista Gustavo Casenave, radicado en Nueva York, pero que durante seis meses estuvo en Uruguay por razones personales, momento en el que impartió clases a González.

Fue Casenave quien le recomendó que viajara a estudiar a Estados Unidos y fue entonces que gracias a una beca se inscribió en la academia Berklee, uno de los centros de estudio musical más prestigiosos del mundo.

«La carrera que estudié fue la de composición de jazz. Lleva cuatro años pero la hice en dos años y medio porque revalidé materias por mis estudios acá y por lo que me enseñó Casenave», contó González a El Observador.

La carrera le permitió estudiar con docentes ilustres, pero también aprender música popular, algo que reconoce que en Sudamérica es difícil.

En 2016 terminó sus estudios, y ahora, a sus 32 años, se prepara para presentar su primer disco, Illegal Grooves.

En paralelo desarrolla un proyecto junto a la cadena de televisión estadounidense Univisión, llamado ULab, en el que combinan sus dos facetas profesionales. En ULab se presenta a nuevos músicos, en tres tandas por año. Cada grupo está compuesto por entre cinco y siete músicos, que presentan dos canciones cada uno y una entrevista que se publica en la web de Univisión.

Cada grupo de estos tiene como eje un tema. El más reciente es el de músicos inmigrantes, un asunto que también está presente en Illegal Grooves.

«Las minorías en Estados Unidos viven un momento muy especial, y de ahí viene el nombre del disco«, dijo González, quien explicó que el álbum también se basa en el concepto del glitch, término que refiere a un error en un sistema perfecto, como los fallos en los videojuegos que permiten al jugador ganar más vidas.

«Las minorías, que supuestamente son imperfecciones, son en realidad las que hacen que el sistema sea pujante, intenso y variante», consideró, apuntando que en Illegal Grooves participan músicos de procedencias de Japón, Cuba, Brasil y Estados Unidos, además del toque uruguayo que da la mezcla del lenguaje del jazz con elementos rítmicos del candombe, por ejemplo.

«En Uruguay tenemos una riqueza rítmica que en otros lugares no se conoce», comentó el músico, que también busca difundir los sonidos locales a través de este trabajo.

Esa experimentación rítmica fue heredada de otro de sus maestros, el percusionista Jorge Trasante, antiguo colaborador de Eduardo Mateo, entre otros.

En Illegal Grooves participan músicos que son considerados de los mejores en sus respectivos instrumentos, pero también dos ilustres artistas uruguayos: Rubén Rada y Hugo Fattoruso. Los conocía de antes y se animó (a insistencia de Casenave) a enviarles dos canciones para que grabaran sus colaboraciones, si les interesaba. Y ambos respondieron a los pocos días, encantados con la propuesta. «Cuando hablás de ellos en Berklee los reconocen como eminencias», acotó González sobre los dos artistas.

El disco saldrá esta semana de forma independiente y digital. La intención de González es, además de las presentaciones ya confirmadas en Boston y Nueva York, es hacerlo en Uruguay con artistas locales.

Música y periodismo

Ignacio González combinó sus dos profesiones en un documental para Univisión que se estrenará el próximo año, tras un paso por festivales. Es un proyecto sobre la nueva música cubana, realizado con la productora uruguaya Mueca Films.

Fuente: El Observador