Una visita a Estancia Gaucho permitió ver en acción a las cosechadoras John Deere S680, que fueron adaptadas y con buenos logros por primera vez trillan en chacras arroceras.

Uruguay es un país muy desarrollado en la tecnología arrocera, que ha sido pionero en la región en la incorporación de diversas herramientas, destacó a El Observador Agropecuario el ingeniero agrónomo argentino Julio Beltramino, gerente de Producto de John Deere.

“Hace muchos años que vengo a Uruguay, un país que ha estado siempre a la vanguardia, donde además no se aprecia una brecha entre los que aplican más y menos tecnología, según las características de sus empresas”, añadió.

El experto realizó ese análisis durante una visita que El Observador Agropecuario realizó a Estancia Gaucho, empresa de variada y voluminosa producción agrícola y ganadera en el país, en tanto se desarrollaba la cosecha de arroz en una de sus chacras en la localidad rochense Costas del Cebollatí.

En la región conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, países donde existe una modalidad productiva similar, la producción de arroz se caracteriza por ser muy intensiva y de alto costo, por el manejo del agua que implica, “siendo una región en la que el sector arrocero siempre tuvo muy buena tecnología”, manifestó Beltramino.

Señaló que en esos países se logran productividades similares, “muy buenas”, con una diferencia y es que Bolivia se caracteriza por presentar mayoritariamente productores de pequeña escala.

Beltramino elogió a Uruguay por haber sido el primer país de la región en iniciar el uso de las sembradoras de tipo Air Drill, hace ya más de 10 años, cuando en Argentina aún no han desembarcado. Sí están en Paraguay, hace tres años. Esa tecnología reduce los costos, perfeccionando además la implantación.

“Uruguay también fue pionero en la incorporación en las chacras de las plataformas Draper para la cosecha de arroz, algo que hoy todos utilizan”, agregó.

Esos liderazgos ocurridos en Uruguay responden, además de la confluencia de un oferente de la tecnología John Deere como Interagrovial y productores con la adecuada actitud, a que el país posee una economía abierta. “No hay restricción para importar un equipo, sea nuevo o usado, uno ve algo que sirve en un país de avanzada y puede traerlo; en Argentina eso no sucede”, dijo.

John Deere genera la tecnología que necesita el usuario. “No podemos independizarnos del cliente, a nivel mundial hacemos reuniones con clientes líderes, como con esta gente de Estancia Gaucho, para ver cómo visualizan el negocio a 10 años y brindarles respuestas adecuadas”, acotó.

Tras remarcar que “el camino lo traza el usuario”, puso como ejemplo que “si el productor plantea que necesita que la máquina avance a más velocidad o plante de determinada manera, nos ponemos a trabajar en eso”.

Consejos uruguayos

Recordó que hace dos años llevó a un grupo de productores uruguayos a Estados Unidos para que vieran los prototipos de equipos que se diseñan y ajustan para ser lanzados al mercados dentro de algunos años, “para ver si estaban de acuerdo, para que nos guíen”.

Para contribuir a una mayor eficiencia, aspecto clave en estos tiempos de márgenes ajustados, “las tres patas son aportarle al agricultor equipos más productivos, que consuman menos y que exijan un mantenimiento menor”.

Por otra parte, precisó, deben ser equipos que, cada vez con mayor tecnología, sean amigables con el operador, “que no sea necesario que los maneje un ingeniero aeronáutico”, ejemplificó.

Además, en un detalle nada menor, “la máquina debe servir, ser amigable y además que tenga un precio que el productor pueda pagar”.

En ese marco, tras subrayar que “todo lo que no busque eficiencia se excluye solo del mercado”, destacó que John Deere se diferencia por producir máquinas científicamente preparadas para trabajar en la región.

Beltramino, precisamente, ha liderado un equipo dedicado a diseñar la tecnología de cosecha de arroz que hoy se utiliza en el país y en la región.

Para validar esa tecnología se realizan testeos en forma permanente, incluso hay un equipo que se dedica específicamente a ello, lo que permite que por ejemplo en el caso del establecimiento Estancia Gaucho el responsable de las máquinas haya comentado que el porcentaje de pérdida de granos es de 0,8%, menos de la mitad de tolerancia, que es 2%.

Cuidando un recurso clave

Quienes administran Estancia Gaucho están en todos los detalles. Basta citar un ejemplo: las cosechadoras John Deere que poseen, todas de última generación, las adquirieron con la tecnología de picado y desparramador de la paja del arroz; pese a que la empresa posee una explotación ganadera han decidido no enfardarla para su uso como alimento animal, estrategia frecuente en muchos establecimientos arroceros, pues prefieren que ese material quede en el suelo para reincorporar el recurso potasio y no tener luego que invertir para hacerlo de otra manera.

Estancia Gaucho, establecimiento que hasta 2012 se denominaba Ana Paula –propiedad del empresario brasileño Ernesto Correa–, estructura su producción en Uruguay en dos divisiones: la ganadera y la agrícola.

Para el manejo ganadero no hay feedlots, se hace todo en pequeñas parcelas y todo en base a pasturas, por eso la agricultura se hace en otros campos.

La agricultura, en cuyo marco trabajan 55 personas, la desarrolla en 9.000 ha, en tres áreas: en Costas del Cebollatí y en Rincón de la Paja (ambas en Rocha), y en San Gregorio (en Treinta y Tres).

Héctor Olano, gerente general de la división agrícola, explicó que en agricultura se produce arroz, soja y sorgo, en el marco de las normativas establecidas por los planes de uso y manejo del suelo, con una rotación anual de arroz, sorgo y soja, en ese orden, dependiendo de variables como la disponibilidad de agua, que en este caso se obtiene del Cebollatí y de un represamiento propio.

El 60% de la siembra de arroz se realizó entre el 2 y el 9 de octubre pasado, luego llovió mucho, unos 100 mm y hubo que esperar para completar el área 15 días después. La cosecha se activó el 13 de marzo y se extenderá hasta el 15 de abril, luego de lo cual comenzará la cosecha de la soja (que ocupa casi 3.000 hectáreas).

En cuanto a la variedad, se utiliza en 100% arroz híbrido, Inov, de RiceTec. “Tuvimos que aprender a manejar el arroz híbrido, es un tema delicado comparado con el uso del arroz común, por ejemplo en todo lo relacionado con el paquete tecnológico de productos químicos y con la entrada del agua a la chacra. Eso nos tenía un poco asustados, pero hace tres años lo iniciamos y ahora lo tenemos dominado con un arroz que macolla mucho más, de 16 a 17 por planta de promedio”, dijo.

Otro detalle, citó, “es hacer una buena distribución de las semillas, se plantan en filas a 19 centímetros y la idea es buscar en el futuro plantadoras que nos permitan además administrar la separación entre las plantas dentro de la misma fila”.

Se siembran de 42 a 45 kilos de semilla por ha y en la zafra actual al momento de la visita a ese campo (a fines de marzo) se habían cosechado 700 de las 2.074 ha con arroz, con un rendimiento de 212 bolsas por ha, es decir 10.600 kilos, muy por encima del promedio nacional histórico (8.000 kilos).

“La calidad fue un poco mejor la del año pasado. Bajó algo por un tema del clima que fue muy seco sobre el final de la formación del grano, lográndose esta vez del 57% al 58% de grano entero”, explicó Olano.

El arroz, que se ha recogido con una buena sanidad, se remite a las industrias Saman y Glencore.

A diferencia de lo que sucedió con el área nacional, donde desde la zafra anterior se registró una caída en la superficie cultivada del orden de 10%, esta empresa incrementó su producción 20%.

En el aspecto tecnológico, “utilizamos sembradoras grandes, de 12 y 13 metros, de John Deere, del modelo 1890 Air Drill. Los tractores poseen piloto, tienen el paquete completo de software para hacer el monitoreo de toda la siembra. En la cosecha, aumentamos el ancho de plataforma a 30 pies, usamos bandas que es más conveniente, aunque eso lo vamos a notar en años más húmedos que este, y además las cosechadoras S680 tienen mayor capacidad”.

Para la cosecha poseen cinco máquinas S680, “en un plan de inversión que se ideó para ganar en velocidad de cosecha, trabajamos un área grande con arroz híbrido que debemos recogerlo rápido, para no perder granos en la planta. Para eso precisamos máquinas más grandes, más anchas, con más capacidad en la tolva, que nos permitan cosechar más cada día, algo fundamental en el híbrido porque para alcanzar la calidad adecuada hay que arrancar a cosechar con una humedad más alta de lo normal y hacerlo rápido”.

Olano destacó que decidieron recurrir a la tecnología John Deere “por la eficiencia de los equipos, su durabilidad, el servicio y además porque son máquinas muy amigables con el operario, le facilitan mucho la tarea, se la simplifican”.

Finalmente, destacó que Interagrovial los asiste con charlas de capacitación para el personal, que al igual que los campos y la maquinaria es 100% propio de Estancia Gaucho.

Performance probada en la soja e innovadora en el arroz

En Estancia Gaucho se observó el de-sempeño de varias cosechadoras John Deere S680. Diego Maisonnave, licenciado en gestión agropecuaria y especialista del Área de Cosechadoras de Interagrovial SA –empresa que representa a John Deere en Uruguay–, explicó que son fabricadas en Estados Unidos y que en Uruguay se utilizan en el área de secano desde hace tres años; en el área arrocera, luego de un año de preparación y adaptación, comenzaron a trabajar durante la zafra actual.

La inquietud de adaptar una máquina Clase 8, de muy buena performance en soja, para trabajar en chacras arroceras surgió a consecuencia de la buena relación costo-beneficio del equipo.

Es una máquina de 473 HP nominales y 523 HP máximo con una tolva con capacidad de 14.100 litros y menos de dos minutos de velocidad de descarga. Tiene retrilla independiente, lo que permite que la trilla opere siempre al máximo de su capacidad. El área de limpieza del grano, en la zaranda y el zarandón, es 18% y 30% mayor, respectivamente. Posee un sistema de cosecha inteligente (harvestsmart) que por ejemplo en soja permite minimizar las fatigas del operario, regulando la velocidad de avance de la máquina, garantizando que opere siempre al 100% de su capacidad.

Tiene un sistema de ajuste interactivo (ICA) que ayuda al operario con dos simples pasos a corregir cualquier detalle de calidad de grano, por ejemplo grano quebrado, suciedad que ingrese a la tolva, pérdida que se observe, etcétera.

El motor es de tipo TIER II, lo que garantiza 100% su compatibilidad con los combustibles utilizados en Uruguay. Posee gobernador isócrono, que se activa electrónicamente al encender la trilla y/o descarga, con la función de mantener constantes las revoluciones, evitando movimientos bruscos de la máquina, garantizando la eficiencia del motor y contribuyendo a minimizar su desgaste. La caja de cambios es de transmisión infinitamente variable (prodrive), con solo dos marchas, alta y baja, brindando ventajas operativas y en el consumo de combustible.

Una ventaja sobresaliente es que dispone de una tecnología única en el mercado que le permite en forma automática ajustar la velocidad de marcha en función de la cantidad de grano que extrae.

En relación a las plataformas, en secano opera con un Draper de 40 pies, flexible y rígido, y en arroz lo hace con un Draper rígido de 25 pies y/o 30 pies, siendo recomendado el último de ellos.

John Deere, que tiene entre sus máximas preocupaciones brindar el mayor confort al operario, implementó para este modelo una cabina 30% más amplia, con capacidad de ventilación interna 25% mayor, un sistema de mandos centralizado en el apoya brazo, piloto automático y la tecnología de agricultura de precisión, además de ventajas adicionales como heladera portátil y bluetooth, por citar apenas algunos ejemplos.

En cuanto a la performance de las S680 en arroz, Maisonnave destacó que son cosechadoras aptas ya para trabajar en las distintas áreas arroceras.

Considerando que hoy las ventanas de cosecha son muy cortas, “es necesario ser muy eficientes en su aprovechamiento, para lo cual disponer de un equipo de esa capacidad de trilla, con las ventajas operativas señaladas, es fundamental”, dijo.

“Los productores han comentado que el uso de estas cosechadoras permite mejorar en forma notoria la capacidad de cosecha, con porcentajes de mejora que varían dependiendo de las condiciones de la chacra, del grano y del clima”, indicó.

Estas máquinas en origen fueron preparadas para ser utilizadas en las condiciones de cosecha de Uruguay, por lo que se garantiza la máxima calidad en la obtención del grano, tanto en su limpieza como en el porcentaje de quebrado.

Maisonnave explicó que, “por un lado, hay stock suficiente de equipos para atender la demanda actual y, por otro, dada la experiencia acumulada en estos tres años, existe una capacidad técnica en el personal de Interagrovial SA y en materia de repuestos, en la casa central y en cada una de las sucursales, como para solucionar de inmediato cualquier inconveniente que pueda surgir”.

US$ 13,34 por bolsa

El precio del arroz de la zafra 2013/2014 quedó en US$ 12,81 por bolsa de 50 kilos de arroz cáscara sano, seco y limpio. A ello se agregan US$ 0,53 por concepto de devolución de impuestos, lo que suma un precio definitivo de US$ 13,34. Para la variedad Tacuarí, que se vende a Perú a mejor precio, hay un premio de US$ 0,63 por bolsa.

Hernán Zorrilla, vicepresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, informó que al inicio de esta semana la trilla casi había concluido en el norte y había alcanzado a casi 70% en la zona este del país.

“El clima ayudó y sobre todo en los arroces tardíos se ven rendimientos que superan las expectativas”, destacó. Este año, 580 productores sembraron 162.000 hectáreas.

Fuente: El Observador