El mate facilita el consumo, administra mejor el gasto de la yerba y también hace de yerbera.

Imagínese un 125 en hora pico y en él una muchacha intentando dar vuelta su mate. Sí, el saldo fueron varias manchas de yerba y pasajeros enojados. Este hecho fue el que hizo que a Bruno Pereira se le encendiera la lamparita para crear Kokko, un mate que facilita el consumo, ahorra yerba y también hace de yerbera. Pereira es un barman que ha representado a Uruguay en varias competiciones internacionales y no toma mate. Lo empezó a hacer hace un año y medio atrás para poder investigar a fondo el rendimiento de la yerba y así perfeccionar cada vez más su producto.

Bajo el ala protectora de Emprenur, la red de emprendedurismo de la Universidad de la República, Pereira comenzó a trabajar en su proyecto y actualmente se encuentra culminando el plan de negocios para salir a vender Kokko.

Ahora bien, ¿cómo es eso que inventó un mate que ahorra yerba? ¿Cómo funciona? Se trata de un recipiente de silicona forrado en cuerina con un sistema manual de cerámica, que divide el mate en cuatro sectores, y además cuenta con una tapa también de silicona. La idea es poner yerba en cada uno de los sectores e ir haciendo giros de 90º con el sistema manual para pasar de uno a otro.

“En este mate hacés lo mismo que en el mate común. Se hace montañita, pero más chica, para que la gente pueda seguir haciendo sus rituales. Pero la gran diferencia está en que acá hay sectores y cuando estás tomando de uno, los otros tres están totalmente secos. En el caso de la montañita del mate común, si bien arriba está seca, por dentro se humedece”, explicó Pereira. Es decir, el uruguayo está acostumbrado a dar vuelta la yerba para aprovecharla al máximo, sin embargo, no deja de estar húmeda. Con Kokko, la que se consume una vez se empieza con un sector distinto está totalmente seca, por lo que el rendimiento es aún mejor. “Tomando un sector te va a durar menos que tomando un mate grande entero, pero no hay que olvidarse que sumás los tiempos de los cuatro sectores para llegar a un único mate”, agregó Pereira.

Por otra parte, el diseño de Kokko permite que el líquido vaya directamente a la bombilla y no tanto a la montañita. “Eso ayuda también al que no es buen cebador de mate, para que la yerba le dure más”, explicó. Asimismo, el hecho que tenga tapa, hace que no sea necesario cargar con una yerbera, ya que el contenido queda dentro de sus respectivos sectores para consumir más tarde. Y si luego la persona no tiene ganas de tomar más, la yerba seca de los sectores que no se utilizaron se puede devolver al paquete.

¿Cuánto costará? Según su creador va a estar entre los $600 y $650. Si bien es $150 más caro que los mates de silicona que ya hay en el mercado, Pereira destacó que el dinero se termina recuperando en el largo plazo por el ahorro de yerba y al no tener que comprar yerbera.

Fuente: Infonegocios