La mejora en la distribución del ingreso se dio después de un período de estancamiento entre 2002 y 2008.

La bonanza económica y los programas de transferencia trajeron consigo una reducción de la desigualdad en Uruguay durante los últimos años. Sin embargo, esa mejora en la distribución del ingreso se dio de manera tardía y los resultados solo se vieron a partir de 2008, cuando Uruguay fue el país que registró una mayor caída de los indicadores de desigualdad en toda la región.

El informe Panorama Social 2013, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, muestra que los niveles de desigualdad en el reparto del ingreso prácticamente se mantuvieron estables durante el período 2002-2008, a pesar de la fuerte reducción de la pobreza.
La desigualdad es medida a través del índice de Gini, en el cual un mayor valor representa una mayor concentración del ingreso en los hogares de más poder adquisitivo, mientras que niveles más bajos hacen referencia a una sociedad más equitativa. En ese sentido, el informe muestra que entre el año 2002 y 2008, el índice de Gini se redujo en Uruguay a una tasa anual menor a 0,3%. En ese sentido, solo tres de los 15 países de la región “República Dominicana, Colombia y México” registraron una reducción más moderada de la desigualdad o incluso un incremento durante el mismo período.

Sin embargo, esa dinámica de reducción de la pobreza sin mejora en la distribución de la riqueza cambió en los últimos años. Entre 2008 y 2012, el indicador de desigualdad de ingresos en Uruguay tuvo una fuerte caída, de 4% promedio anual, la más acelerada entre los 15 países de la región.

Otra manera de medir la evolución de la desigualdad es comparar qué porcentaje del ingreso total concentra el 20% más rico de los hogares con la participación del 20% más pobre en la distribución del ingreso. Esa medida muestra que Uruguay era en 2002 y seguía siendo en 2012 el país menos desigual del continente. Aún así, acompañó la tendencia de la mayoría de los países de la región. Guatemala es la única excepción de reducir la brecha entre los que más y los que menos tienen.
En Uruguay, en los últimos 10 años relevados, el 20% más rico de la población pasó de percibir 10,2 veces el ingreso que percibe el 20% más pobre, a 7,3 veces. Esta reducción se dio por dos razones. Por un lado, la participación del quintil más pobre en el ingreso total del país aumentó de 8,8% a 10%, y por otro, se redujo la concentración del ingreso en el quintil más rico, de 41,8% a 34,8%.

La menor diferencia entre los ingresos extremos de la población en Uruguay respecto a la región, se explica no solo porque a nivel local los más pobres concentran un mayor porcentaje del ingreso generado en el país, sino también porque los ricos concentran el menor porcentaje en comparación con el resto de los países. Los casos extremos en el continente se dan en Honduras -donde al 20% más pobre de la población solo le corresponde 3,5% del ingreso generado-, y Brasil -donde el 20% más rico concentra 55,1% del ingreso total-.

Pobreza

La CEPAL es menos exigente que el Instituto Nacional de Estadística (INE) uruguayo a la hora de considerar que un hogar se encuentra por debajo de la línea de pobreza. Mientras que el INE considera que en 2012 la pobreza por ingresos a nivel local se ubicó en 12,4%, para CEPAL, el 5,9% de la población uruguaya vive en hogares que se encuentran en esa situación.

Bajo el criterio del organismo internacional, solo Argentina se ubica por debajo de ese registro, con 4,9% de su población percibiendo ingresos insuficientes para la mínima satisfacción de sus necesidades básicas. Honduras es, por otra parte, el país más pobre del continente, con 67,4% de su población que no satisface sus necesidades básicas y 42,8% que no percibe ingresos suficientes incluso para cumplir los mínimos requisitos de alimentación.

Los bajos niveles locales de pobreza medidos en términos de ingresos aumentan a 10% si se consideran aquellos hogares que, a juicio de CEPAL, presentan efectivamente dos o más necesidades básicas insatisfechas. En tanto, al considerar únicamente la pobreza infantil -población de cero a 17 años-, vemos que en Uruguay alcanza al 12,8% en términos de ingreso, y al 18,6% si se tiene en cuenta las necesidades efectivamente insatisfechas. En ese último aspecto, tanto en la medición general como en la de pobreza infantil, Chile es el país que presenta menores niveles de privación en el continente.