El cocinero Anthony Bourdain visitó el país y su programa dejó un buen espaldarazo promocional
En Estados Unidos, según leí tiempo atrás, el martes es el día que menos personas viajan en avión, que el sábado es el día que menos gente lee el diario, y que el domingo de noche es cuando más gente mira televisión.
El programa Parts Unknown, de Anthony Bourdain, se emite los domingos en la cadena CNN a las 21 horas. Antes de ayer, el programa estuvo dedicado a Uruguay, país al que Bourdain regresó después de 10 años. El programa del cocinero convertido en conductor televisivo es uno de los comodines de la cadena, no en vano, se emite en horario central un día clave.
Todo esto para decir que, como muy pocas veces antes, la imagen del Uruguay tuvo un fabuloso espaldarazo promocional, sobre todo entre un público, como el de CNN, que viaja y gasta. Seguramente la hora de promoción gratis que tuvo el país despertó la curiosidad de más de un viajero interesado en visitar uno de los lugares del mundo preferidos por Bourdain, tal como este lo hizo público.
Como suele pasar en este tipo de programa que mezcla la gastronomía con el turismo, muchas cosas del país visitado que podrían haber resultado interesantes quedaron fuera, y otras no tan interesantes fueron incluidas, pero este comentario poco ha de interesarle a quien nunca visitó Uruguay. A fin de cuentas, recibió la información suficiente para saber dónde queda el que por mucho tiempo era considerado por politólogos estadounidenses como simplemente un «buffer state», esto es, un país neutral situado entre dos países más grandes y hostiles.
La imagen que se tenía de Uruguay era esa, pero hoy, tal como Bourdain lo destacó, es otra diferente, que lo hace un sitio atractivo para visitar. Podemos por fin competir con las potencias turísticas del continente. México y Perú tienen ruinas indígenas, Chile la cordillera, Cuba el Caribe, Brasil el carnaval, y Uruguay un peculiar estilo de vida, democrático y melancólico, caracterizado en el presente por las libertades individuales.
Eso al visitante famoso de CNN le encantó, tanto, que lo repitió tres veces durante el programa. Ese tipo de promoción masiva y positiva, vale más que tres minutos de publicidad en las tandas del Super Bowl.
Fuente: El Observador