El presidente de UTE estimó que en el período 2015- 2016 el 90% de la energía eléctrica de Uruguay provendrá de energías renovables: el 45% tendrá origen hidráulico, el 30% eólico y el 15% biomasa.

Por primera vez en al menos una década y media Uruguay completó en 2013 un año entero en que no requirió la importación de energía eléctrica para abastecer la demanda doméstica. Incluso, en los últimos meses del año pasado el sistema de generación eléctrica local asistió con hasta 500 megawatts (MW) de potencia a las necesidades energéticas del vecino país Argentina, que atravesó una profunda crisis de abastecimiento que coincidió con las altas temperaturas registradas en diciembre y enero.

La última vez que Uruguay importó energía de Argentina o Brasil fue en octubre de 2012. A partir de allí, la demanda doméstica se atendió con generación interna e incluso se exportó a Argentina durante gran parte de los meses de 2013, con excepción de mayo, junio, agosto y octubre.

Eso marcó un quiebre respecto a la dinámica de abastecimiento de la demanda local al menos desde 1999, el primer año de la serie estadística que publicó la Dirección Nacional de Energía, y a la que accedió El Observador.

Además, la última vez que Uruguay importó energía eléctrica desde Brasil –país con el que existe una interconexión relativamente pequeña de 70 MW– fue en enero de 2010, de acuerdo a los datos publicados.

Uruguay y Brasil están en la etapa final de la instalación de una interconexión energética que incluye el montaje en Melo de una conversora de frecuencia de 500 MW, lo que permitirá multiplicar el intercambio entre los dos sistemas eléctricos. Hasta ahora, cuando Uruguay requería comprar a Brasil energía eléctrica en volúmenes relevantes debía hacerlo a través de territorio argentino, por la conversora instalada en la represa de Garabí sobre el río Uruguay, en el límite de la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Río Grande del Sur.

La clave para la menor dependencia de la importación estuvo dada por un año que fue benigno en el plano de la generación de base hidráulica. A diferencia de años anteriores, en que la sequía había golpeado la capacidad de generación de UTE forzando la importación y la generación de base térmica –con importantes sobrecostos–, en 2013 más de tres cuartas partes de lo generado y consumido provino de las represas hidroeléctricas.

Para el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, la situación del último año es, además, fruto de la combinación de varios factores. Por un lado, “no tuvimos un año malo desde el punto de vista de la hidrulicidad”, lo que permitió generar con buenos niveles en las represas del río Negro y en Salto Grande. A eso se sumó la planificación realizada desde 2012 con la contratación bajo arrendamiento de respaldo térmico, que permitió asimismo una mejor gestión de las reservas de agua en los embalses. “El 2012 fue un año en el cual tuvimos una situación de baja hidraulicidad en el río Uruguay y nos obligó a importar”, explicó el titular de UTE.

En tanto, en un entorno regional con Argentina y Brasil complicados en materia energética, “tuvimos una incertidumbre de abastecimiento que no tenía sentido”, lo que llevó a que ya en 2012 “se hicieron las previsiones de un escenario de no dependencia”.

En ese marco, se realizó una convocatoria pública para el arrendamiento de equipos de generación térmica que resultó “muy conveniente”.

Generación diversificada

La economía produjo el año pasado 10,6 millones de megawatt/hora (MWh), lo que representó un incremento de 1,2% frente a 2012. Por tanto, el crecimiento de la demanda y la exportación fue asumido íntegramente por generación doméstica, lo que implicó un incremento de la producción de electricidad del sistema local de 8,9%.

De ellos, el 77% fue generado en Salto Grande sobre el río Uruguay o en las tres represas instaladas en el río Negro. Salto Grande explicó 47,2% del total generado en el año mientras que los diques del río Negro (Terra, Baygorria y Palmar) aportaron otro 29,8%.

El resto de la generación fue cubierta por las usinas térmicas instaladas en el país –ya sea de UTE o privadas, operando en base a hidrocarburos o biomasa (21,6%)– y la todavía marginal generación eólica (1,3%). El año pasado y por primera vez en la historia también se registró un ínfimo aporte de generación solar a partir de agosto, que representó 0,003% del total consumido en el año.

En este sentido, Casaravillas expresó a la revista Información Comercial de la Cámara de Comercio Uruguayo-Española, que en el período 2015- 2016 el 90% de la energía eléctrica de Uruguay provendrá de energías renovables, de modo tal que el 45% tendrá origen hidráulico, el 30% eólico y el 15% biomasa.

Más generación hidráulica

La generación hidroeléctrica en 2013 fue la mayor en valores nominales y de participación sobre el total producido a nivel local desde 2010. Hace cuatro años, la producción de las represas alcanzó los 8,7 millones de MWh, lo que explicó 85,3% de la generación uruguaya. A eso se sumó la importación desde Brasil y Argentina, que en 2010 representó 4,7% del total consumido por la economía, de acuerdo a los datos procesados por El Observador en base a información de la DNE.

La última crisis energética provocada por el déficit hídrico se produjo en 2012, y llevó el rojo en las cuentas fiscales a 2,7% del PIB por un sobrecosto por generación que superó los US$ 500 millones. Ese año, la producción de las represas explicó solo 55,7% del total generado a nivel doméstico, mientras que 43,1% fue obtenido en usinas térmicas de mayor costo de generación por el uso de combustibles fósiles. El restante 1,1% provino de la generación eólica. La importación aportó en 2012 el 7,1% de lo que demandó la economía.

Ayuda a tu vecino

Argentina sufrió entre noviembre y enero una fuerte crisis energética producto de las altas temperaturas, que implicó una serie de apagones en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires acompañados de un creciente malhumor social. En ese contexto, la exportación de energía desde Uruguay registró picos de hasta 500 MW de potencia en los momentos puntuales de mayor demanda del día.

Los datos de la DNE muestran que a lo largo de 2013 las ventas de energía eléctrica con destino a Argentina aumentaron 7,8% respecto al año anterior. No obstante, casi la totalidad de esa electricidad (93,8%) fue suministrada en el bimestre noviembre-diciembre, cuando los efectos de la crisis energética en el país vecino se hicieron latentes. Los 208.812 MWh suministrados a Argentina en 2013 implicaron 2% del total generado por el sistema uruguayo en todo el año.

La ola de calor que afectó a la capital argentina en diciembre también afectó a Uruguay, que elevó 10,2% el consumo doméstico, informó ADME. Ese mes, la generación del sistema eléctrico local aumentó 13,6% respecto al mismo mes del año anterior, suficiente para abastecer la demanda doméstica y suministrar un excedente a Argentina.

Fuente: El Observador, Revista Información Comercial