Mick Jagger lo anunció al comienzo del show: “Este va a ser nuestro Maracanazo”, y lo fue. Más de 55.000 uruguayos –y unos cuantos argentinos, brasileños y vecinos de Latinoamérica que llegaron especialmente- celebraron cantando, bailando, haciendo pogo y arengando, cada uno a su manera pero sin respiro, durante las más de dos horas en las que los Rolling Stones tocaron por primera vez en el Estadio Centenario el martes 16 de febrero.

La mítica banda llegó a Montevideo en la tarde del día anterior y desde que sus integrantes llegaron al aeropuerto de Carrasco y saludaron desde la puerta del avión, un ambiente especial inundó algunas zonas de la capital uruguaya, hasta que el martes, el día del recital, se vivió una jornada particular con un ambiente festivo que llegó a rincones inesperados.

Tras las largas colas que hicieron los fanáticos para acceder al que se estima es el concierto de rock más grande que vivió Uruguay hasta el momento, sobre las nueve de la noche y una vez que se fue del escenario la banda local Boomerang telonera de los Stones, la ansiedad en el Estadio se multiplicaba, así como el calor –fue uno de los días más calurosos del año- y las bolsas de agua fresca que repartían jóvenes voluntarios.

Apenas pasadas las 9 de la noche y desde el vamos los Stones se ganaron al público con una sucesión de temas que arrancó con Start me up, y siguió con It’s only rock n’ roll y She’s so cold –el tema elegido por los uruguayos para escuchar esa noche, tal como lo hizo el público de cada país que tocó el South American Olé Tour, que no será un nombre muy seductor pero es fiel al “Olé olé olé olé” grito con que se los arenga por estos lados.

La sucesión de hits continuó por dos horas con temas eternos que fueron de «Jumpin ‘Jack Flash» a «Sympathy For The Devil», incluyendo clásicos como «Gimme Shelter», «Brown Sugar», “It’s Only Rock n’ Roll” y “Paint it Black”.

El Centenario estalló como pocas veces y si bien fueron muy aplaudidos Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts, fue Jagger el que atrapó todas las miradas de forma hipnótica. El cantante – que la noche anterior cenó en un restorán de Pocitos y cayó de sorpresa en el cumpleaños de Fernando “Lobo” Nuñez, uno de los principales exponentes del candombe uruguayo, logró desde el arranque varios momentos de complicidad con el público, y se empeñó por hablar y bromear en español. Hizo referencias a Luis Suárez («Todavía me duelen sus goles»), preguntó si Gardel es uruguayo y contó, «escuchamos candombe, Ronnie comió un chivito y caminamos por la “Midnight Rambla», dijo con cara de quien sabe que está haciendo un buen juego de palabras con el título de uno de sus legendarios temas. Tras las frases de Jagger, Keith Richards acometió con Slipping away, una de sus canciones propias y una de las más ovacionadas de la noche.

Al finalizar el concierto el público salió del Centenario exhausto y feliz, y varias generaciones de uruguayos se fueron a dormir con la alegría de haber cumplido un sueño que mucho no se atrevían a soñar: ver a los Stones en Montevideo, junto a amigos y familia.

¿Montevideo en la grilla de los bandas del mundo?

De a poco Montevideo se va perfilando como un escenario más en la grilla de las grandes bandas del mundo. Costó y cuesta porque el mercado sigue siendo chico y la oferta es grande, pero solo a modo de ejemplo vale destacar que el ex Beatle Paul McCartney visitó Montevideo en dos ocasiones casi seguidas en 2012 y 2014, y artistas de la talla de Blur, The Pixies, Franz Ferdinand, Vampire Weekend, Beck, Norah Jones, Black Keys, New Order y Queens of the Stone Age, llegaron por estos años. El año pasado actuaron en diversos escenarios montevideanos Belle and Sebastian, Morrissey y The Chemical Brothers y nombres más indie como Hot Chip, Mac Demarco o Cocorosie.

Minutos antes del recital de los Rolling en el Centenario, el intendente de Montevideo Daniel Martínez entregó la medalla de “Visitante Ilustre” a Keith Richards, Ronnie Wood, Mick Jagger y Charlie Watts. Por su parte, la ministra de Turismo Liliam Kechichian y el subsecretario de Economía Pablo Ferreri regalaron a la banda una réplica de la pelota utilizada en el Mundial de Fútbol de 1930, junto a una bufanda con la inscripción “Uruguay Natural” y un libro con fotografías de destinos turísticos uruguayos.

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Fuente: Marca País – Fotos: El Observador