Uruguay XXI lanzó en agosto la nueva marca sectorial Uruguay Wools, con el objetivo de apuntalar a un sector magullado, pero con un enorme potencial. En la siguiente entrevista, Inés Bonicelli, subdirectora de Uruguay XXI explica por qué se definió apoyar a este sector y cuáles son las perspectivas para las lanas uruguayas.

¿Por qué en esta etapa Uruguay XXI resolvió apoyar al sector lanero específicamente?

La lana ha sido un producto tradicional de las exportaciones del Uruguay por muchísimos años. Sin embargo, es un sector que en algunos sentidos se ha sentido olvidado o dejado de lado, incluso por el propio consumidor uruguayo.

Al profundizar en el estudio sectorial, detectamos la necesidad de brindar un mayor apoyo a este sector. Esto motivó la necesidad de trabajar en la creación de una marca sectorial que actuara como un paraguas dentro del cual se podrían incluir una serie de iniciativas de promoción y visibilización del sector. Uruguay tiene una lana de excelente calidad y reconocida a nivel mundial, y también tiene un sector productivo activo y comprometido desde la cría y la esquila, pasando por la clasificación artesanal y la fabricación de tops hasta la confección de prendas de diseño que son incluidas por las grifas más exclusivas en todo el mundo. Somos uno de los cuatro mayores productores de tops del mundo y es una posición que desde Uruguay XXI creemos que no se debe perder.

En paralelo, vemos cómo el mundo está cambiando y hay una vuelta a la preferencia por las fibras naturales y en ese sentido, creemos que la lana es un producto con potencial.

¿Qué oportunidades surgen para las lanas uruguayas en este contexto de pandemia mundial?

Por un lado las oportunidades se dan a nivel producto: en el mundo la gente se ha tenido que quedar en su casa y ha vuelto a tejer como hobby, sobre todo en el hemisferio norte. Por otro lado, la pandemia ha potenciado el comercio electrónico y muchos diseñadores y artesanos uruguayos que trabajan con lana han podido mostrar y vender sus productos a consumidores finales que comenzaron a utilizar más el comercio electrónico. Por último, algunos mercados compradores de lana en su estado primario, es decir sin confección alguna,  empiezan a cuestionarse la dependencia de China y el “origen Uruguay” puede comenzar a tener un valor interesante. Esa es la apuesta. También tenemos que lograr que el uruguayo se identifique con esta fibra. Que se sienta orgulloso de la calidad de su lana. Que entienda la diferencia entre las fibras naturales y las sintéticas y porqué utilizar las fibras naturales es mejor para el mundo, para el medio ambiente, para los océanos y para los propios animales.

¿Cuál es la ventaja de Uruguay en estas circunstancias?

Uruguay tiene una oportunidad única para posicionarse como productor de lana premium, producida de forma sustentable, con animales criados en pasturas naturales, sin extremos de temperaturas, en estado de bienestar animal, esquilados sin ser lastimados y por cuadrillas profesionales. Aquí la lana se procesa en plantas que utilizan energías renovables, que realizan tratamientos de sus efluentes, no contaminan y pagan salarios justos. Creemos que todos estos atributos serán valorados cada vez más por los consumidores más sofisticados. Una buena cosa es que próximamente todas estas características se van a poder reflejar en un código QR que las prendas confeccionadas con lana uruguaya tendrán. Si Uruguay logra contar bien esta historia y posicionar bien sus lanas a través de la promoción, creemos que será la oportunidad de que se reconozca a las lanas uruguayas como las mejores del mundo.

 

Fuente: Marca País