El blog especializado en vinos del diario español El Mundo, mundovino.com, publicó un reportaje sobre viñedos y bodegas uruguayas.

Del suroeste de Francia llegaron las castas de uva que han dado su personalidad a los vinos de Argentina y Uruguay: es bien conocida la malbec argentina, que proviene de Cahors y Burdeos, y algo menos la tannat uruguaya, oriunda de la zona de Madiran. Ocupa alrededor de 1.800 de las 7.515 hectáreas dedicadas a viñedo en Uruguay, es decir, un 24% del total, pero se ha erigido por méritos propios, por su perfecta adaptación al terruño y por el dominio de los enólogos en su elaboración, en el buque insignia de la vitivinicultura uruguaya.

Sería impensable hablar de Uruguay, autodenominado «el país de la tannat», sin esta casta y hablar de esta casta sin situar en el mapa al pequeño país charrúa. Y es que la tannat, pese a la tanicidad que anuncia su nombre, y a su amplio esqueleto, es esencia atlántica, tanto en su procedencia como en su adaptación en ese Río de la Plata que funde sus aguas en el Océano.

Su procedencia francesa, donde reinan grandes tannats como los elaborados por Château Montus o Domaine Mouréou-Chapelle Lenclos, no ha sido suficiente para contrarrestar el mejor arraigo de la variedad en las tierras cercanas al Río de la Plata en Uruguay, donde se comercializa desde 1873 tras su introducción por el vascofrancés Pascual Harriague que, como muchos otros, especialmente canarios, gallegos y catalanes, llegaron a probar fortuna a un país que algunos denominaron «la Suiza de América», tanto por sus riquezas naturales como por la importante colonia llegada desde ese país y que da nombre a lugares como Colonia Suiza o Nueva Helvecia.

El vino uruguayo, que con una producción este año de 68 millones de litros y que en sus mejores momentos supera los 90 millones, atesora una amplia cantidad de variedades que van desde la lambrusca frutilla, también conocida internacionalmente como isabela, brasileira o albany, a los cruces marselan (cabernet sauvignon X garnacha)o airarnoa (merlot X petit verdot) y a la ugni blanc o la nebbiolo.

Tras las 1.830 ha de tannat, que producen cerca del 30% del total del vino uruguayo, unos 22 millones de litros este año, se sitúan la moscatel de Hamburgo con 1.435 ha, la merlot con 867 ha, la ugni blanc con 750 ha, la cabernet sauvignon con 661 ha, la frutilla con 220 ha, la sauvignon blanc con más de 150 ha y la chardonnay con casi 140 ha.

Curiosamente, Paysandú, la zona donde ahora opera la histórica bodega de Leonardo Falcone, cuarta generación de una familia italiana que se asentó en el lugar donde Harriague puso en marcha el tannat, elaborado al modo y manera de Médoc, apenas llega al 2,5% del total del viñedo nacional. Éste se asentó, sobre todo, en Canelones, no lejos de Montevideo.

Canelones alberga hoy el 63% del viñedo uruguayo y en él se sitúan la mayoría de las mejores bodegas del país, seguida de cerca por los alrededores de Montevideo que acogen el 13%. Otra zona histórica para el viñedo es la de Colonia, provincia donde se ubica Colonia de Sacramento, una ciudad de amplio patrimonio histórico que comparte a la par vestigios coloniales de origen español y portugués, merced a la confrontación entre ambos países por un lugar estratégico que queda a 20 minutos de barco de Buenos Aires y que cuenta con un gran potencial turístico impulsado desde la vecina Argentina.

La zona de San José, también en el sur del país y pegada a Canelones, acoge el 6,5% del viñedo, seguida de Maldonado, una de las áreas más turísticas y ricas del país, con el 4% y ya con superficies poco significativas desde el punto de vista cuantitativo, pero sí en algún caso, desde el cualitativo, se extienden en proporciones igual o inferior al 1% Durazno, Florida, Tacuarembó y Soriano, en el centro del país; además de Rocha y Lavalleja, en el sur; y Salto, Artigas y Rivera, en la zona norte, estas dos últimas pegadas a la frontera con la zona sur de Brasil.

Tanto Canelones como el área de Montevideo combaten sus extremadas temperaturas, que en verano pueden llegar a los 40 grados y en invierno rozar o bajar por debajo de cero, gracias a una pluviometría media que supera los 1.100 litros anuales.

La región sudeste, la más joven de Uruguay y con apenas 250 hectáreas de viñedo, se extiende por las provincias de Maldonado, Rocha y Lavalleja, con gran influencia atlántica merced a su proximidad con el Océano. Estos vinos, cuyas vides cuentan con un clima más benigno que el resto del país, destacan por sus tonos minerales, más acusados que sus vecinos de la zona centro-sur, más compotados.

En la región centro y norte destacan sobre todo los suelos de Rivera, pegado a Brasil, que ofrecen alguna de las mejores versiones de la variedad tannat; mientras en el Noroeste, antaño paraíso vitivinícola y hoy más dedicado a frutales y cítricos, destacan algunas bodegas legendarias como Falcone y Ariano, en Paysandú, y H. Stagnari, en Salto.

La bodega Carrau

La familia Carrau, de la localidad barcelonesa de Vilassar de Mar, llega a Uruguay a mediados del siglo XIX y empiezan a comerciar con vinos y alcoholes desde un modesto negocio. También contaban con viñedos en Cataluña. Durante este periodo y parte del siglo XX el trasiego de la familia fue constante entre América y España, país que abandonan tras la depresión económica del 29 para establecerse definitivamente en Uruguay. A partir de finales de los 40 del pasado siglo, dividen sus negocios vitivinícolas entre Uruguay y Brasil.

Justamente en la zona de Cerro Chapeu, en Rivera, se ubica uno de los mejores viñedos de los Carrau, con cepas de más de 30 años de edad y una bodega que data de 1997. Ahí surge precisamente el Amat Tannat 2009, considerado por muchos expertos, entre ellos Patricio Tapia, de ‘Wine and Spirits’, uno de los mejores tannat de la historia uruguaya. Es un vino que combina las notas refrescantes de las frutas rojas con la gran estructura de un vino de elevado poder tánico y buena guarda. Y un precio que oscila en torno a los 25 euros.

En la bodega de Las Violetas, situada en la zona de Canelones a 39 kilómetros de Montevideo, surge el Juan Carrau Reserva 2012, uno de los mejores vinos en relación calidad precio, en torno a 10 euros, y que ofrece un atractivo aroma de frutos rojos y notas de tierra que se conjugan en un vino de elevada acidez y fácil de beber.

Los Carrau elaboran también algunos de sus vinos más interesantes en la bodega Colón, en el área de Montevideo, que data de 1887 y que alberga una preciosa casa colonial y una amplia zona arbolada donde abundan las cotorras monje, una de las especies más invasivas del país.

La familia Deicás, descendiente de emigrantes lombardos, adquirió el Establecimiento Juanicó en 1979, un área vitivinícola ubicada en Canelones que ya cuenta con viñedo y bodega desde 1830 gracias a sus anteriores propietarios. Los empresarios, que comercializan sus vinos de calidad más elevada con el nombre de Familia Deicás, han puesto en el mercado un Massimo Deicás Tannat 2008 que es una explosión de aromas y sabores, un vino con gran esqueleto y hasta un punto salvaje que necesita de guarda para expresarse con todo su esplendor a partir del sexto o séptimo año de reposo. De la Sierra de Mahoma, en San José, y de Garzón, en Maldonado, es otra de sus joyas, en este caso un Atlántico Sur Reserve Tannat 2013 con aromas frutales, especiados y florales. Un vino para todos.

Estancia La Cruz es una pequeña bodega propiedad del italiano Fabio Balzarini que tiene en el mercado su Jano 2012, un tannat de corte moderno elaborado por la excelente enóloga uruguaya Estela de Frutos, discípula en Madrid de Luis Hidalgo, en el que la fruta de estas cepas de más de cien años se presentan en todo su esplendor gracias a una maravillosa acidez.

No muy lejos del mar, a menos de 25 kilómetros, se encuentra Bodegas Marichal, una empresa familiar que data de 1910 y que fue fundada por emigrantes canarios, que puede considerarse una de las más dinámicas del país. Ubicada en Etchevarría en el departamento de Canelones, el joven enólogo Juan Andrés Marichal, encabeza junto a su familia un emprendimiento que da lugar a grandes vinos como el Tannat Gran Reserve 2011, un vino complejo en el que destacan las confituras de frutos rojos y el cacao y que gana en botella a partir del quinto año.

En el departamento de San José, de escasa población y naturaleza virgen, se encuentra Castillo Viejo, una bodega de 1927 fundada por la familia de origen vascofrancés Etcheverry. Estos paisanos de Harriague lograron establecer un vergel de 87 hectáreas en un área que ofrece vinos de la categoría del Grand Tannat 2010, un vino que combina los tonos afrutados con los licorosos y de una gran vivacidad gracias a su excelente acidez.

En el departamento de Colonia se erige Los Cerros de San Juan, una bodega que data de 1872 y que fue fundada por emigrantes alemanes llegados desde la Selva Negra. Esta bodega, declarada patrimonio nacional, cuenta con singulares edificaciones de piedra y uno de los paisajes más bonitos del país circundado por los ríos San Juan y de La Plata. Entre las 45 hectáreas de viñedo, surge uno de los mejores tannat del país, Cuna Tannat 2013, un compendio de frutas rojas muy frescas y notas terrosas y minerales.

Y es que la tannat es uno de los grandes tesoros que guarda este pequeño país que, entre sus impresionantes joyas gastronómicas, ofrece unos excelente cortes de carne de vacuno y cordero y una interesante riqueza micológica.

Fuente: www.mundovino.com.es