Marcelo Daglio fue laureado en festival donde compiten los mejores diseños del planeta.

El arquitecto uruguayo Marcelo Daglio, de 58 años, ganó el primer premio mundial en la categoría «Producción, Energía y Reciclaje» en el «World Architecture Festival», celebrado en Singapur en el mes de noviembre. El profesional obtuvo el reconocimiento internacional por su diseño de la Almazara Boutique, un moderno complejo destinado a la fabricación y degustación de aceite de oliva extra virgen, en José Ignacio.

El proyecto fue uno de los dos mil diseños presentados por los principales estudios de arquitectura del mundo en el concurso celebrado entre los días 4 y 6 de noviembre pasado.

Del tablero de diseño de Marcelo Daglio han surgido varios de los complejos más conocidos de la costa de Maldonado como también residencias de primer nivel. Entre ellos se encuentran la Estancia Vik y Bahía Vik de José Ignacio y el Hotel Viña Vik, de Chile. También ha diseñado residencias particulares en Bahamas, Montevideo, Nueva York e Italia.

Daglio, quien viajó a defender su obra en este concurso, dijo que cuando se planteó este proyecto trató de «vincularlo de alguna manera con el lugar donde está emplazado, a 8 kilómetros de José Ignacio. Lo que se intentó fue integrar esa planta al circuito turístico», agregó.

También el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly presentó en el festival mundial un proyecto suyo de trama urbana en Manhattan.

Este festival es el evento de arquitectura más grande del mundo y se celebra cada año en distintas ciudades. Varios estudios de renombre, como el de Norman Foster, entre otros, son participantes habituales.

Los jurados que dieron ganador al proyecto de Daglio calificaron la planta de aceite de oliva como un «ejemplar sublime» que ilustra cómo la arquitectura puede dar relevancia y diseño a una fábrica.

Este año, los ganadores de los premios, divididos en 15 categorías, incluyeron una aldea vertical, un edificio helicoidal y un parque resistente a inundaciones.

«El diseño arquitectónico de la Almazara se compone esencialmente de placas de cemento con incrustaciones de vitrales de colores cuyos destellos se ven desde la plantación (de olivos), con sorprendentes obras de arte que acompañan la integración del paisaje», sostuvo el fallo del jurado.

Fuente: El País