La semana de la moda de Nueva York, el evento de moda más importante de Estados Unidos, ha sido cuna para que varios profesionales uruguayos comenzaran sus carreras y se dieran a conocer. Este año contó con representantes locales en sus pasarelas.

El caso más contundente es sin dudas el de Gabriela Perezutti Hearst, quien con su marca Candela NYC se ha convertido en una de las recurrentes del evento.

Desde 2011 Perezutti Hearst participa en la semana de la moda con un formato denominado “presentación”: los diseños son mostrados por las modelos en escenografías fijas en lugar de en pasarela. En esta edición la diseñadora estrenó el viernes su nueva colección con el nombre Gabriela Hearst.

Sin embargo, en estos últimos años, no ha sido la única local que ha dado que hablar en Nueva York. Modelos como Pía Bongoll y Federico Gómez han recorrido la pasarela que más ojos atrae del mundo.

Mirando hacia afuera

Tanto Bongoll como Gómez se encuentran en este momento trabajando en el exterior.

Luego de participar durante dos años consecutivos en la semana de la moda de Nueva York, la modelo decidió este año cruzar el Atlántico para desarrollar su carrera en Europa.

Bongoll comenzó a modelar a los 15 años y su primera participación oficial en la Gran Manzana fue en realidad a los 16. “Era muy chica y tenía cero experiencia. En Uruguay casi no había desfilado tampoco. Así que en verdad diría que empecé en la Fashion Week hace dos años”, contó desde Milán.

Con 19 años volvió a Nueva York en 2012 y desde entonces ha trabajado con diseñadores de la talla del español Custo Barcelona, el brasileño Alexandre Herchcovitch, la marca japonesa Comme des Garçons, los estadounidenses Christian Siriano, Venexiana y Barneys NYC, entre muchos otros.

En Montevideo ha sido una de las caras fundamentales en la Itaú MoWeek y se la vio en desfiles de Rotunda, Black & Liberty, Ana Livni y Manos del Uruguay.

Para ella la experiencia fuera de fronteras ha sido fundamental: “Claramente trabajar en el exterior con gente tan profesional te deja mucho aprendizaje. Diría que soy quien soy ahora en parte por mi carrera en el exterior”.

Gómez, por su parte, tras su primera experiencia el año pasado, se encuentra en Nueva York y se apronta para el gran evento; luego de realizar los castings está a la espera de las “buenas noticias”.

Gómez comenzó a desfilar a los 8 años, y al tiempo decidió hacer del modelaje su profesión. Con 24 años hace cinco que viaja por el mundo trabajando, y es Nueva York su “base”.

Su primera experiencia en una semana de la moda fuera de Uruguay fue en Shanghai, China. “Gracias a esa primera experiencia se me abrieron muchas puertas en agencias de otras partes, como Milán, París, Hong Kong, Buenos Aires, Santiago de Chile, Dubai, Catar y la misma Nueva York”, contó.

El año pasado fue que decidió dar el salto y probar suerte en Manhattan. “Luego de un par de temporadas entre Asia y Europa, sentí que era el momento, y luego de actualizar mi porfolio, me sentí preparado para enfrentar el mercado americano, que sin dudas es la elite para los que estamos en este ruedo”, explicó. Y obtuvo buenos resultados: como una “cara nueva” pudo conseguir cuatro trabajos, con las marcas Fri:hand, Blasser, Carlos Campos y Stud Muffin, cuyo show fue en formato presentación.

El proceso

Antes de llegar a la pasarela, los modelos tienen que pasar por una rutina que comienza con la selección. La llamada “casting week” comienza una semana previa al evento y es, según Gómez, “sin dudas la locura más extrema que existe en el mundo del modelaje”.

Allí cada modelo, con la información de los castings otorgada por su agencia, debe armarse un cronograma de visitas a los diseñadores y realizar pruebas de vestuario. Muchas visitas las pierden por falta de tiempo o largas distancias, pero en promedio pueden hacer entre cinco y seis.

Luego de que el diseñador elige al modelo, el proceso puede continuar en sucesivas (y a veces tediosas) pruebas de vestuario. Sin embargo, en el caso de Gómez, que ya cuenta con experiencia en el evento, conocer y tener clientes fijos acelera el proceso. “Hay que relajarse y saber llevarlos”, afirmó Gómez. “Hay que tener una actitud positiva y, sobre todo, respetuosa”.

Sin embargo, todo vale la pena a la hora de salir a la pasarela. “Mentiría si digo que no me pongo nervioso”, confesó el modelo. Y agregó: “Los segundos antes de salir son los que realmente cuentan”. El resto es ir paso a paso.

Fuente: El Observador