El ex futbolista y entrenador argentino Jorge Valdano manifestó que «este Uruguay es la hija orgullosa de su historia futbolística y su forma de entender el juego», en una columna sobre la selección uruguaya que publicó el diario británico The Guardian, luego de la eliminación de la celeste

«En 2018, Uruguay sigue siendo Uruguay. En esta Copa del Mundo, fueron el mismo colectivo que siempre fueron, una lección de vida y también de derrota», dice en el tramo final de la nota en la que repasa la historia de la selección y el Maracanazo.

«Aparecieron en el hotel del equipo en pantalones cortos y chancletas, con el mate en la mano. Siento admiración cada vez que veo al primer equipo en enfrentarse a la gloria futbolística viviendo con una extraordinaria normalidad. Extraordinario y normal pueden parecer términos mutuamente contradictorios, pero en este caso y en estos tiempos van de la mano porque permanecer tan normal al haber alcanzado un nivel futbolístico tan alto es una hazaña casi heroica. Y este es un tema que vale la pena seguir. Dado que más de un equipo salió de la Copa del Mundo por el pecado de la frivolidad, afligido por algo parecido a la vanidad, Uruguay plantea una pregunta: ¿podría ser que la humildad es más importante de lo que creemos?», dice Valdano.

También destaca la demografía de Uruguay frente a otros países. «Se han ido ahora, es verdad. Pero lo hicieron el mismo día que Brasil, una nación de tres millones contra un país de 208 millones. (…) Esto es una derrota, sí. Pero también es una lección. Uruguay es diferente, único. Pueden carecer de los recursos que otros en el continente tienen en abundancia, pero tienen algo que esas naciones no tienen, que el resto podría beneficiarse de abrazar.

Eso le permite a Uruguay competir, pero va más allá del terreno de juego. Es duradero».

Y en ese sentido señala que el primero en levantar la bandera de la «normalidad» es el Maestro Tabárez, «un líder simpático». «Cuando se encuentra ante un grupo de jugadores, en lugar de una exhibición de poder, el único medio de liderazgo aceptable para él es uno basado en el conocimiento y un estricto sentido de la justicia. Y la justicia solo se puede impartir a través de la meritocracia», dice sobre el DT celeste.

«Tabárez es la encarnación del típico uruguayo y conoce las cualidades humanas y profesionales de sus jugadores como nadie más después de 12 años a cargo. Tabárez está tan preocupado por educar al hombre como de educar al jugador. Nunca se sobreactúa, nunca busca crear una escena: el mejor ejemplo de eso son sus palabras después de la derrota con Francia: «este sueño ha terminado, otros vendrán». El fútbol en el lugar que le corresponde en la sociedad», agregó.

«Este Uruguay es la hija orgullosa de su historia futbolística y su forma de entender el juego. Se fueron habiendo dado todo: eso puede no ser suficiente para ganar, pero es suficiente para saber que no hay remordimiento ni reproche», agregó Valdano. «Lucharon por cada centímetro de césped; asesinaron por cada pelota; nunca se sintieron visitantes en ningún lado. Un equipo real, con clase y espíritu, que mostró un talento superior y la ambición del guerrero en ambas áreas. En la suya, Diego Godín y José María Giménez defendieron como si el área fuera territorio sagrado; en la rival, Suárez y Edinson Cavani invadieron como si el territorio conquistado fuera la puerta de entrada al paraíso», señaló.

El argentino expresó que la ausencia de Cavani en los cuartos de final dejó a Uruguay «ciegos de un ojo, pero no hubo una queja, ni un solo lamento».
«He nombrado dos defensas centrales y dos delanteros centrales, pero las malas noticias, la muy mala noticia, para sus oponentes es que los otros siete jugadores también son uruguayos. Y cuando se fueron, Uruguay dejó algo. Una lección. Son futbolistas y son personas y llegaron allí con su juego y su personalidad también, la historia y el carácter que los construyó. Si Inglaterra hubiera llegado a la gran final contra Uruguay, no tengo idea de cuál hubiera sido el marcador, pero sé una cosa: al final del partido, (los ingleses) se habrían arrepentido de haber enseñado mucho sobre cómo jugar fútbol».

Fuente: El Observador