Instalada actualmente en Austria, la muestra aspira a presentar las ciudades de Montevideo y de Viena a través de estos dos artistas.

Una, a orillas del Río de la Plata y otra cruzada por el Danubio. En medio, más de 11.500 kilómetros y la voluntad de un joven pintor uruguayo, Camilo Núñez, de unir Montevideo y Viena a través del mundo del arte.

«From Blanes to Klimt» es la exposición que acaba de inaugurarse en Viena y con la que Núñez ha querido unir a una de las ciudades exponentes de la literatura hispanoamericana y a la capital de la música clásica.

Lo ha hecho usando a los dos referentes de la pintura de finales del siglo XIX en cada país: el uruguayo Juan Manuel Blanes y el austríaco Gustav Klimt.

Camilo Núñez, miembro del grupo artístico Colectivo Licuado, lleva desde el pasado julio realizando una gira por Europa, durante la que ya ha decorado los muros de más de una decena de ciudades.

«El objetivo es presentar a las ciudades de Montevideo y de Viena a través de estos dos autores (…). Tanto Blanes como Klimt tuvieron su momento más alto a finales del siglo XIX» explica a Efe.

Nuñéz también señala que ha tomado como referencia la época más clásica y academicista de Klimt, un estilo en el que Blanes se situó toda su carrera.

El autor ha elegido a una mujer para representar a la capital austríaca y a un hombre para la uruguaya. Ambos se muestran elevados sobre dos obras arquitectónicas de cada ciudad: la Puerta de la Ciudadela de Montevideo y la Secesión de Viena.

Dos símbolos muy vinculados también a los autores elegidos. La Puerta de la Ciudadela es la entrada al casco antiguo donde residió Blanes y el edificio de la Secesión es el símbolo del movimiento de vanguardia que lideró Klimt.

Con estos dos cuadros, que se exponen por primera vez en la capital austríaca, el artista quiere trasladar al público a una época muy concreta y, al mismo tiempo, a dos puntos del planeta muy alejados entre ellos.

Núñez utiliza una fusión de diferentes ramas artísticas para establecer un hilo de conexión entre ambas ciudades.

«En el caso de Montevideo, quise representar a un trabajador del puerto, el elemento por el que fue reconocida mundialmente la ciudad, sosteniendo dos obras literarias de Juan Zorrilla de San Martín, uno de los escritores ilustres del romanticismo en Uruguay» explica el autor.

Para representar a Viena, Núñez ha optado por una mujer, en homenaje a la obsesión de Klimt por las figuras femeninas. En sus manos, una paleta de pintor y una flauta griega, objetos que encarnan dos de las dos disciplinas artísticas por las que es conocida la capital austríaca.

Fuente: Montevideo Portal