Este ránking elaborado por la organización británica Global Age Watch, incluye a 96 países que elabora cada año la organización británica de ayuda a la vejez HelpAge International, es el resultado de la combinación de cuatro factores: seguridad de los ingresos, salud -esperanza de vida y bienestar psicológico-, capacidades -posibilidad de trabajar o educarse, por ejemplo- y entorno -seguridad, libertad cívica, relaciones sociales.

Los cinco primeros países de este índice, cuya difusión coincide con el Día internacional de los ancianos de la ONU, son Noruega, Suecia, Suiza, Canadá y Alemania.

En la región, Chile se destaca como la mejor opción para los ancianos ocupando el puesto 19, seguido por Uruguay que está en el 23.

Venezuela es uno de los peores países del mundo para los ancianos, ocupando el lugar 76 de la lista. Otros países de la región que engrosan la nómina son: Costa Rica (26), México (30), Argentina (31), Ecuador (33), Perú (42), Bolivia (51), Colombia (52), Nicaragua (54), El Salvador (57), Brasil (58), República Dominicana (62), Guatemala (63), Paraguay (66) y Honduras (75).

Los resultados de Venezuela se explican por la inseguridad y porque tiene la tasa más alta de pobreza en la tercera edad de los países latinoamericanos evaluados, si bien sus pensiones están en la media.

Que Brasil, la mayor economía latinoamericana, aparezca en el furgón de cola regional se debe a la insatisfacción de las personas mayores con la seguridad y el transporte público.

Las personas mayores de 60 años son el 12% de la población mundial, unos 868 millones. Se estima que en 2050 serán el 21%, casi tantos como los menores de 15 años (unos 2.000 millones).

Los autores afirman que «el índice dice que el crecimiento económico no basta por sí solo para el bienestar de las personas mayores y que hay que poner en marcha políticas específicas que aborden las implicaciones de envejecer».

En el caso de Latinoamérica, el informe elogia la expansión de las pensiones sociales, que se conceden aunque el anciano no hiciera aportaciones a la seguridad social durante su vida laboral.

«Mexico (30) y Perú (42) son ejemplos de este giro hacia las pensiones sociales. El esquema de pensiones contributivas que se introdujo en México en 1943 cubre alrededor de un cuarto de los mexicanos. Pero la rápida expansión de las pensiones sociales en la pasada década significa que cerca de 9 de cada 10 mexicanos de más de 65 años están cubiertos», afirma el documento.

Fuente: El Observador