ENTREVISTA JUAN JOSÉ TACCONE – REPRESENTANTE DEL BID EN URUGUAY

A punto de pasar a retiro tras una carrera internacional de 35 años, Juan José Taccone, el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Montevideo, repasa cómo han impactado las redes sociales en las formas de hacer negocios y de acceder a diferentes capacitaciones, cuál es el rol de las Agencias de Cooperación en este nuevo escenario, el valor del Programa Bien Público Regional (BPR) y la relevancia que han adquirido en Latinoamérica las diferentes marcas país, como instrumento de promoción.

¿Cómo se da el intercambio de capacitación en los tiempos actuales en los que la conexión es permanente y, por poner un ejemplo, la efectividad de las rondas de negocios está en duda?
Internet y las redes sociales, han cambiado la forma de hacer negocios y obligaron a replantearse todas estas formas. Las Agencias, que son las que hacen ese tipo de actividades, deben aprender las nuevas formas porque ese intercambio favorece la posibilidad de que todos estos proyectos regionales aprendan juntos.

¿Qué implica esta capacitación conjunta?
Implica aprender de los aciertos y los errores mutuos. Los aprendizajes se comparten y ese tipo de experiencias compartidas son muy valiosas para los proyectos. Ese es el valor de los Bienes Públicos Regionales y tiene un alcance que no se queda en un solo país, sino que puede llegar a las que participan de los proyectos y también a través de medios digitales se puede llegar a otras Agencias que no participan del proyecto.

Las diferentes marcas países son un concepto que siguen fortaleciéndose y desarrollándose en la región como agentes de promoción de cada país. ¿Cómo valora el BID este instrumento de promoción?
Lo vemos como un instrumento sumamente valioso. Para todos los que trabajamos en temas de desarrollo, vemos que cada vez que algún desafío se fue encaminando y ha tomado una hoja de ruta con certidumbre, con hechos concretos, el desafío aumenta y nos proponemos ir a más. Incluso creemos que hay posibilidades de pensar en un futuro en tener una marca regional para usar en algunos ámbitos, productos y países. La marca país es vital por un tema de identidad e inclusive para la población en general para identificarse. Y Uruguay en ese sentido tiene una marca fuerte. Ningún uruguayo se puede sorprender ni con el logo ni con lo que implica la marca país, porque todo el mundo está muy consustanciado. Creemos que eso puede llegar a ser trasladable a la región. En algunos espacios específicos, obviamente, porque estamos convencidos de que ese activo que es la marca país va a ayudar también a encontrar las afinidades en los distintos países, para poder hacer cosas juntos.

¿Cómo vive su retiro? ¿Espera desde hace tiempo este momento?
La verdad que no porque disfruto mucho de mi trabajo. Desde muy chico en mi casa recibí una formación en la que era muy importante la posibilidad de pensar en el prójimo, de ser sensible ante determinadas cosas, y creo que en este trabajo encontré la posibilidad de desarrollar esas ideas a través de la labor que hacen los gobiernos, tratar de ayudar a mejorar la calidad de vida de la gente. Eso satisface mucho y desde hace 35 años que son los que trabajo en el BID, he disfrutado mucho todo ese trabajo.

Su primera representación en Uruguay fue en 2005, luego se fue y volvió a mediados de 2012 hasta la fecha. Son tiempos bien interesantes por los cambios políticos que se han producido. ¿Cómo vivió estos cambios y cómo los vive ahora?
Uno aprende todos los días. He disfrutado mucho, tengo mucha gente amiga en Uruguay porque antes de venir como representante me tocó trabajar con el país desde Washington, y siento que el país ha tenido logros realmente muy importantes en muchas áreas. Uno mira los indicadores sociales de Uruguay y los compara con el resto de la región y se ve que Uruguay está prácticamente en todos los índices en los primeros o segundos lugares. La evolución o el crecimiento económico que tuvo Uruguay en la década pasada, y el haber logrado en épocas de crisis un crecimiento sostenido cuando otros países han tenido reducciones de crecimiento muy importantes, es destacable. Valoro mucho el comportamiento macroeconómico y la convicción de los gobernantes en ese sentido, y también algo muy particular de la sociedad uruguaya que son los consensos. Posiblemente para los uruguayos es más difícil verlo, pero para quienes hemos visto otros entornos, ver cómo las decisiones se toman de forma consensuadas es muy asombroso. Poder llegar al máximo nivel de consensos posible es algo que tiene mucho valor para la calidad de lo que se termina ejecutando. Hay muchas evidencias en la región de esa importancia. Los consensos permiten garantizar la calidad de las políticas públicas y Uruguay logra alcanzarlos, por eso se destaca en la región.

¿Qué debate queda pendiente según su opinión?
El debate más visible, del que todo el mundo habla, es el de la educación. Sin duda es un tema central. Pero desde mi punto de vista el debate que el mundo debe hacer es en torno a la desigualdad. Cómo van a hacer en el futuro nuestros países para que de alguna manera se logre equilibrar de la mejor manera la distribución del ingreso, porque las estadísticas internacionales que vemos, suenan como no sostenibles. Habrá que encontrar los mecanismos para abatir las inequidades y ese es un debate muy difícil de encarar políticamente, pero habrá que hacerlo, porque hay que estar alerta.

Fuente: Marca País