En Uruguay teníamos una penetración móvil del 18%, pero con el advenimiento de nuevas reglas y la presencia de operadores privados sumados al operador público, el sector tuvo un crecimiento exponencial en el entorno del 160%, de los mayores en Latinoamérica, dijo a El País el Ing. José Pedro Derrégibus, presidente de la Cámara de Telecomunicaciones del Uruguay.

Las inversiones que requiere el sector son enormes, comentó el ejecutivo, quien señaló que en los últimos diez años se invirtió más de USD 1.300 millones en nuestro país.

Mientras tanto, en Latinoamérica, en siete años se invirtieron US$ 81.000 millones, “cifra que tendrá que duplicarse en función del crecimiento que se avecina”.

El sector genera más de 10.000 empleos directos e indirectos, formales y de calidad ya que el sector otorga capacitación, oportunidades y desarrollo constante.

Derrégibus indicó que los usuarios quieren cada vez más variedad, mayor cobertura, poder conectarse con los contenidos en cualquier momento, en cualquier lugar y demandan cada vez más velocidad.

Esto implica que los operadores deben realizar mayor inversión en las redes, mientras que los clientes pretenden precios cada vez más bajos, comentó el empresario.

Ante los desafíos, los operadores deben optimizar sus inversiones. La competencia empresarial no pasa por la infraestructura; eso es lo que se está haciendo hoy en el mundo racional, liberando capital para invertir mejor y más en otras actividades, indicó el ejecutivo.

Por otro lado, sostuvo Derrégibus, hay que actualizar y adaptar las reglas; los servicios “offline” de los operadores tradicionales están fuertemente regulados, controlados y condicionados, mientras que los servicios “online” que brindan facilidades similares, estas condicionantes no existen.

Según Derrégibus, algo similar ocurre con las redes sociales, los videos en línea y los buscadores de información. Consideró que la situación se soluciona “modificando el modelo, para volver al equilibrio y que todos tengan reglas similares; caso contrario no será sustentable en el tiempo».

Fuente: El País