20 de julio de 2020. Ese día quedó documentado como el momento en que se concretó la primera exportación de cáñamo industrial bajo la Nomenclatura Común (NCM) 1211909020. Se trató de un kilo de “biomasa industrial”, el que fue despachado por avión desde el aeropuerto de Carrasco. Lo cierto es que basado en definiciones legales que amparan esta nueva corriente comercial, al momento Uruguay lleva exportados 20.939 kilos por superior a los 2.595.000 dólares. Mirando hacia adelante aparecen señales promisorias.

La corriente comercial concretada en un poco más de tres meses supera, separadamente, las exportaciones de manzanas y peras frescas, sorgo de grano, caviar, muebles, azúcar de caña y cerveza de malta. Suiza es el principal destino, seguido de la Zona Franca del Parque de las Ciencias, ubicada sobre la ruta 102, Canelones.

Al momento Uruguay cuenta con 116 licencias otorgadas para la producción de cánamo industrial, según un relevamiento del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Allí se incluyen productos de uso no médicos, aceites comestibles, proteínas y fibras de uso industrial. En ese número también están los productos para investigación científica, materia prima y productos de uso médico e insumos para la industria farmacéutica y psicoactivos de uso adulto.

Un reciente informe técnico preparado por Uruguay XXI revela que “este mercado es potencialmente el principal rubro de exportación agroindustrial del país”. En ese sentido se agrega que el país “ya cuenta con importantes inversiones en el sector de cannabis medicinal, orientadas exclusivamente a la exportación”. Asimismo, cuenta con un alto potencial en otros usos, sobre todo el alimenticio.

Considerado como un sector clave para el desarrollo y la captación de inversiones, se indica que “el uso del cannabis como planta medicinal se basa en su contenido de cannabinoides, grupo de compuestos químicos que Cannabis sativa es la única planta que los produce en cantidades significativas”. En ese sentido, se trata de un producto que “ha sido usado como planta medicinal durante miles de años para muchas dolencias, principalmente como calmante del dolor.

En el informe de Uruguay XXI se afirma que ya hay inversiones importantes en Uruguay, orientadas exclusivamente a la exportación y es un área en la que Uruguay puede cosechar los resultados más tangibles en el corto plazo. Cuenta actualmente con ventajas claras frente al resto de los países del Mercosur, mientras que otros países como Chile, Colombia y México se encuentran en etapas más avanzadas en el proceso de regulación. Además de la competencia regional, debe tenerse en cuenta el avance de esta industria en países como Canadá e Israel.

A nivel global se estima que el mercado medicinal es el de mayor prospectiva, lo que permite estimar un mercado de US$ 200.000 millones. A raíz de este crecimiento, y de las oportunidades que el país ofrece, Uruguay XXI desarrolló una estrategia para la atracción de inversiones en este sector. Como parte de las mismas, este informe presenta información nacional e internacional del sector, su funcionamiento en el país, los principales actores involucrados y las oportunidades que ofrece.

El especialista del MGAP, Sergio Vázquez, vislumbra en 2021 a Suiza como la puerta de entrada para flores de uso no médico y biomasa para industria. También entiende que la colocación de flores o biomasa para uso medicinal e industria farmacéutica en Alemania significará para el Uruguay un aumento del valor de la producción.

 

Fuente: Brokers & Trading