La congregación Marista preparó una casa de retiro para recibirlos.

Decenas de uruguayos se ofrecieron como voluntarios para ayudar a las 120 familias sirias que llegarán como refugiados. El primer contingente de 40 personas arribará en setiembre y el siguiente en febrero.

Cocineras, estudios jurídicos, traductores, educadores, alumnos, trabajadores y gente con determinada manualidad, anunció su disposición a colaborar con quienes llegarán tras una iniciativa del presidente José Mujica y el canciller Luis Almagro.

La idea de ofrecer refugió surgió luego que el ministro pasó por un campo de refugiados en Jordania donde viven decenas de miles de personas que huyeron de la guerra en Siria.

También, para recibirlos, ya está todo listo en la Casa San José de la congregación Marista de Uruguay que les dará alojamiento.

Esa edificación del año 1946, tiene capacidad para alojar a 108 personas en cuartos compartidos que cuentan con baño privado y agua caliente.

Las instalaciones, ubicadas en un predio de 14 hectáreas sobre el kilómetro 16 de camino Maldonado –al que ayer ingresó El Observador– cuentan además con aire acondicionado, salas para reuniones, cocina, canchas de fútbol y un gran espacio verde. José Kuhm, presidente de los Marista en Uruguay, dijo ayer a El Observador que se trata de ayudar en todo lo que se pueda.

Incluso hay disposición para retirar algunas imágenes religiosas, si así lo solicitan, para no ofender a los visitantes que tengan otras creencias.

En todos los cuartos, hay una imagen de San Marcelino Champagnat, fundador de los Marista, congregación que hoy tiene proyectos sociales en 79 países. La “apertura para ayudar” se muestra también con la disposición a acondicionar alguna sala de la residencia para rezar. “El gesto más grande es lo humanitario”, explicó Kuhm.

La idea de colaborar por parte de esta comunidad católica se aceleró luego de leer cartas de la misión Marista en la ciudad de Alepo, la más grande de Siria, que actualmente está sumida en el caos, desabastecida y controlada por fuerzas insurgentes.

En la casa San José de camino Maldonado, los sirios que lleguen se podrán cocinar, realizar algunas tareas –se piensa en instalar una huerta– y la intención es que de inmediato empiecen a interactuar con el barrio yendo al almacen. El gobierno también prepara una serie de paseos para que conozcan Montevideo.

Los Marista trabajan también en proyectos recreativos que incluirán desde plástica hasta fútbol. Además se hará una presentación cultural de Uruguay para que conozcan el mate, el asado y los deportes más populares.

Varias unidades del Estado coordinan esfuerzos para ayudar.

El Ministerio del Interior, por ejemplo, se encargará de la seguridad de la casa de retiro hasta el 30 de noviembre, día en que finaliza el acuerdo firmado, para esta primera etapa, entre la organización religiosa y el Poder Ejecutivo.

Javier Miranda, director nacional de Derechos Humanos, dijo ayer a El Observador que la semana próxima viajará al Libano para definir con los representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el grupo que vendrá a Uruguay.

“La misión oficial tiene por objetivo entrevistar a los jefes de familia siria que califican para reasentarse”, dijo Miranda.

Fuente: El Observador