Uno de sus propietarios cuenta los secretos para alcanzar ese posicionamiento.

Instalado en plena Ciudad Vieja, sobre la calle Ituzaingó 1447, el Café Brasilero, un clásico montevideano ha logrado ubicarse entre los mejores cafés del mundo, según lo destaca por ejemplo la sección Viajes del new York Times que lo describe como “una de las cafeterías más venerables de la ciudad, con sillas de madera curvada Gerbrÿder Thonet, ventanas con marco de lapacho y candelabros de 1877”. También el diario español La Vanguardia lo describe como el más antiguo de la ciudad, dentro del cual, “se respira un aroma único y encantador que envuelve y seduce a quienes visitan su hermoso salón que conserva la arquitectura, el diseño y la decoración simbólica intacta de su fundación en 1877”. Por su parte la guía Tripadvisor lo señala como el N°1 entre los mejores 22 cafés y casas de té de Montevideo y el N°27 entre 740 lugares calificados para comer en Montevideo, además de otorgarle su Certificado de Excelencia.

Estos reconocimientos a nivel internacional llegaron de la mano de los extranjeros que visitaron el lugar pero también de la prensa especializada que además de acercarse al mítico café donde pasaba sus horas el escritor Eduardo Galeano, recibe información permanente de parte de sus responsables. Andres Sardi, uno de los propietarios del Café Brasilero contó a Marca País cuál fue la estrategia que siguieron para posicionarlo en el mundo.

¿Cuándo fue la primera vez que recibieron reconocimiento internacional y cómo fue el proceso para llegar a ellos?

En el año 2013 fue la primera vez que aparecimos en una lista. Nosotros venimos trabajando con prensa internacional desde el 2010. Nos llevó un tiempo ajustarnos a las expectativas de lo que es la visión externa del Uruguay,  que es un poco distinta a la interna. Una vez que logramos entrar en los canales justos se nos empezó a dar otro tipo de atención.

¿Qué implicó ese ajuste de parte de ustedes?

Sobre todo una sistematización de lo que veníamos haciendo. Es decir, no solo mandar una vez al año un mensaje convocando a los públicos externos para que vengan a visitarnos, sino invertir fuerte en la parte edilicia y en la selección y capacitación del personal . Elevamos enormemente el nivel de cocina con cocineros de experiencia internacional, vino un repostero alemán directamente a trabajar con nosotros. No es solo pintar la fachada y a mostrarla para que vengan, sino el trabajo constante que, debemos reconocer, estuvo acompañado de un montón de desaciertos, porque se trata de un trabajo de ensayo y error en el fondo. Lo que la gente veía es que más allá de los errores, nosotros estábamos siempre buscandole la vuelta para tratar de mejorar todo.

¿En qué año se consolidó el posicionamiento del Café a nivel internacional?

Viene de mucho tiempo, desde hace tres o cuatro años venimos saliendo en medios importantes como el New York Times, en revistas españolas y brasileñas, la BBC hizo un nota en el café, también el diario La Vanguardia de España, portales de México, etc.  Sentimos en un momento que desde afuera se nos daba mucha más atención que acá. Acá había reticencia de la gente al pensar en Ciudad Vieja, pero eso pasó.

¿El trabajo con la gente local fue mucho más arduo que con los extranjeros?

Si mucho más difícil. Con los extranjeros, tras la aparición en medios y listas internacionales abrimos un abanico muy grande cuando dimos la oportunidad para que la gente opinase sobre la calidad de nuestros servicios y así establecimos un vínculo de ida y vuelta. Todos los comentarios que recibimos fueron respondidos, siempre hay un retorno y de esa forma la gente se dio cuenta de que no chocaba contra el lugar sino que hay un feed back y también hay soluciones. Porque además la mirada del consumidor externo es totalmente distinta y por eso muy bienvenida.

¿El público local como tomó estos cambios y reconocimientos?

Estamos totalmente agradecidos por el apoyo que nos brindó y nos brinda el público de Ciudad Vieja. La gente empezó a venir buscando algo interesante para comer en el Café y apostamos a eso. Al principio no fue muy fácil pero hoy ya es un clásico. El mix de público local y extranjero durante la semana es muy interesante y fundamental para los resultados del negocio. Los sábados es diferente porque es un día que acá se respira una magia distinta porque la Ciudad Vieja está  en standby y el tiempo del disfrute es otro. Llega mucha gente del barrio, sobre todo de Plaza Zabala y alrededores, que es un público que ama la Ciudad Vieja por sus valores edilicios y demás.

¿Cómo se compone hoy el mix de locales y extranjeros que conforman la clientela del Café?

En la temporada regular, es decir de marzo a noviembre o principio de diciembre, entre un 60% y un 50% es público local, pero en verano, a partir de diciembre se invierte la cosa y más del 60% son extranjeros y hay días en los que no se ven locales, solo extranjeros.

Fuente: Marca País