Será sometido a las últimas pruebas antes de ser lanzado al espacio.

El equipo de ingenieros a cargo del desarrollo del primer satélite uruguayo, el Antel-SAT, viajó ayer a Estados Unidos para realizar las últimas pruebas sobre el sistema.

En primer lugar, el satélite deberá demostrar resistencia a las altas vibraciones producidas por el despegue. Por otra parte, tendrá que probar su capacidad para soportar los fuertes cambios de temperatura, ya sean las altas producidas al atravesar las distintas capas de la atmósfera como las muy bajas de estar suspendido orbitando la Tierra.

El Antel-SAT mide tan solo 20 x 10 x 10 centímetros, pero es capaz de tolerar la hostilidad del espacio, fotografiar Uruguay con cámaras normales e infrarrojas a 600 kilómetros de distancia y enviar las imágenes de vuelta a la Tierra.

El satélite, desarrollado por Antel y la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, es de clase CubeSat, un estándar creado para hacer más accesible esta tecnología espacial. En el caso del Antel-SAT, la inversión inicial para su creación fue de US$ 695 mil, una cifra que hoy permite a Uruguay soñar con el espacio.

Ese pequeño aparato estará orbitando la Tierra por seis meses en el peor de las hipótesis y por 20 años en el mejor de ellas, dice Juan Pechiar, ingeniero líder del proyecto en la Facultad de Ingeniería.

En el espacio, la función del satélite celeste será tomar fotografías del territorio uruguayo tanto normales como infrarrojas. Esas imágenes podrán después ser usadas para investigaciones como medir la temperatura de una nube o prever zonas de riesgo de incendio, cuenta Enrique Maciel, gerente de Transmisión Antel.

Sin embargo, en la Tierra, el satélite ya está cumpliendo con su otro objetivo: generar conocimiento. Es que, con excepción del esqueleto de aluminio, el Antel-SAT fue diseñado o directamente creado desde cero por uruguayos. Por ejemplo, el software es nacional, mientras que los paneles solares de los que se alimenta fueron comprados en el exterior con las especificaciones pensadas en el país.

Fuente: El Observador