La muestra llamada Cooperativas Habitacionales en Uruguay – Medio siglo de experiencias, es el resultado de un trabajo de documentación e investigación conjunta de la facultad de Arquitectura de Montevideo y la Ciudad Escolar de San Pablo, en Brasil.

Desde el pasado 3 de junio, la Casa Museo de Brasil (MCB) de San Pablo, homenajea con una muestra el medio siglo de experiencia uruguaya en el desarrollo de cooperativas de viviendas.

En el marco de esta muestra que se extiende hasta el mes de agosto, se presentará un catálogo que contiene imágenes y hojas de datos de los proyectos representados en la exhibición. Este catálogo cuenta con textos de los arquitectos uruguayos Alina del Castillo, Benjamin Nahoum, Miguel Cecilio Raúl Vallés y Rubén Otero, que narran la experiencia de las cooperativas de vivienda como una solución de calidad para la producción de vivienda económica en Uruguay.

También es posible apreciar el avance del movimiento cooperativo en Uruguay a través de la reproducción de fotografías, planos y maquetas de 20 obras construidas en Montevideo desde hace 50 años. De esta forma se puede apreciar las diversas formas de gestión, despliegues urbanos y las modalidades de realización de los proyectos.

La experiencia uruguaya en la producción de vivienda social por el sistema cooperativo es uno de los episodios más interesantes de la arquitectura sudamericana en los últimos 50 años. El movimiento cooperativo para la construcción de viviendas asequibles surgió en los años ’60 por iniciativa de un pequeño grupo de profesionales que logró articular un modelo eficiente para facilitar el acceso de los trabajadores a una vivienda de calidad. Todo esto ocurrió en un contexto de profunda crisis económica que, entre otros efectos, generó una fuerte huelga en el sector de la construcción.

El trabajo de este equipo promovió la creación de la Ley de Vivienda Nacional de Uruguay de 1968, un logro de la clase obrera organizada, con experiencia en el trabajo colectivo.

El posterior desarrollo de esta modalidad de construcción se consolidó gracias al apoyo de una generación de arquitectos con sólida formación técnica y comprometida con la mejora de la calidad de vida de las personas.

La experiencia cooperativa alcanzó su madurez en los mediados de los años 60, con una producción significativa, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. El movimiento se mantuvo latente aun cuando fue desmantelado por la dictadura militar.

Posteriormente la producción creció lentamente con la restauración democrática, y la incorporación de nuevas formas de acción, como el reciclaje de edificios existentes en las zonas patrimoniales de la ciudad.

La cooperativa ha demostrado ser un gran sistema de potencial para la construcción de soluciones habitacionales. Durante los 50 años que se registran en esta experiencia pionera, el sistema cooperativo acumuló propuestas, conocimientos, historias, experiencias de vida y éxitos colectivos.

Fuente: Museo de Casa Brasileira