Para el experto español Ignacio Solano, más que jardines verticales sus obras son ecosistemas verticales. Estuvo en Uruguay dirigiendo el primero que tendrá el país, en el icónico edificio Celebra de Zonamerica.

Sobre un muro de 52 metros de largo y 4 y medio de altura se extiende una tela especial, compuesta por diversas fibras, color tierra, que se mantiene húmeda por un sistema de fertirrigación artificial e incluye pequeños bolsones, como los marsupios de un canguro hembra.

Dentro de ellos se colocan las plantas que sobrevivirán gracias a la humedad y los nutrientes, interactuando como en un ecosistema de hidroponía vertical, que en estos casos incluye sensores y alarmas, y demanda controles exhaustivos.

La obra se encuentra en un patio exterior del subsuelo del edificio de oficinas Celebra, proyecto de los arquitectos Carlos Ott y Carlos Ponce de León, ubicado en Zonamerica.

El experto español Ignacio Solano llegó a Uruguay para dirigir el montaje del jardín, realizado por una cuadrilla de jardineros locales sobre 250 metros cuadrados de pared.

La primera obra de su tipo que tendrá el país se terminará el próximo martes 19, contando con 6.000 ejemplares de plantas, de 35 especies de unas 10 familias, que podrán ser apreciadas desde un gran restorán que se situará a su lado.

En entrevista con El País, Solano destacó que la complejidad de un ecosistema vertical comprende el principio de aleopatía positiva, o sea la manera de armar la obra para que las plantas interactúen con otras y se protejan entre sí.

«La menta piperita, por ejemplo, es muy propensa a tener plagas, por la mosca blanca; pero si se planta al lado de ajos no tiene plagas porque el ajo es un potente repelente».

Para Solano, la estética se cuida en estos trabajos, puesto que hay un diseño y combinación coherente, pero se deben vigilar muchas más cosas: cómo va a interactuar también el sistema con una serie de hongos y bacterias que son fundamentales, básicos para que todo funcione.

«También nos gusta mucho que se convierta en un reclamo para la fauna local. Uno de los grandes problemas de la jardinería en las ciudades es que, al tener tantas plantas exóticas, la fauna local se aleja, porque muchas de las cosas son tóxicas. En el pasadizo o patio inglés del Celebra hemos puesto plantas que son un verdadero reclamo para los picaflores. Los jardines a lo andaluz no me van. Me gusta mucho imitar a la naturaleza, lo que sería una pared en una quebrada de una selva, un caos ordenado. Lo que algunas personas pueden percibir como un jardín desordenado, yo lo veo como una maravilla. Aquí en el Celebra hemos jugado con todas las tonalidades del verde, desde el amarillento, al glauco o azulado. También habrá hojas rojas, y flores según el dinamismo de las estaciones, pero de un modo sutil, como se encuentran en un bosque», comentó Solano, quien terminó sumergido en la botánica después de haberse recibido de biólogo y dedicado a la herpetología, una rama de la zoología que estudia reptiles y anfibios, animales muy sensibles a los cambios de los ecosistemas y su posible contaminación.

Así fue que al llegar al mundo de las plantas se interesó sobre todo por las litófilas, o sea las que crecen en las paredes, asociadas a las piedras que hay en las quebradas.

«Ese tipo de plantas son muy interesantes, porque están en esos pocos sitios en donde el hombre no ha podido meter la mano, donde queda la vegetación original de los países. Trabajamos rescatando flora con gran valor botánico».

Solano ha perdido la cuenta de la cantidad de jardines verticales que ha diseñado; es autor de más de veinte obras de gran porte, como ser una en Quito, Ecuador, que es el ecosistema vertical más grande de América y otro en Bogotá, Colombia. En esta última ya inició la obra de uno de los mayores jardines del planeta en cuanto a la superficie ocupada; se trata de un edificio de 3.000 metros cuadrados forrado completamente.

La empresa Paisajismo Urbano fundada por Solano tiene representaciones en varios países del planeta. Uruguay se sumó a la lista y el trabajo efectuado en el edificio Celebra de Zonamerica es el primero hecho en el país.

«Nos interesa trabajar con la botánica de cada lugar, generar una especie de museo botánico sobre una pared. Pero los primeros trabajos los realizamos con plantas del mercado comercial. Lamentablemente el mundo de las plantas está muy globalizado y lo que encuentras en Uruguay es lo mismo que encuentras en México DF, por nombrar un país, si bien es cierto que depende también de la temperatura y el clima de cada zona. El mercado de estas plantas lo impusieron los holandeses y los ingleses en la época victoriana, muchísimas plantas vienen de Sudáfrica».

Salud ambiental.

El sistema de Paisajismo Urbano es hidropónico, y por eso «el metabolismo de la planta va un 35% más rápido, y filtra un 35% más de gases. El jardín vertical del muro del Celebra va a filtrar unas 166 toneladas de gases al año, va a producir el oxígeno de unas 255 personas al año, y atrapar unos 130 kilos de polvo. Es una manera para que los edificios tengan un paliativo o den tributo por su impacto en la huella de carbono, en la totalidad de gases de efecto invernadero. Y no solo eso. En edificios de oficinas, está demostrado que la gente que trabaja rodeada de plantas es mucho más productiva y menos propensa a bajas por enfermedad», afirmó Ignacio Solano.

Enumerados los beneficios de un jardín o ecosistema vertical artificial, resulta necesario interrogar acerca de posibles contrariedades para los residentes en un inmueble tapizado de verde. Por ejemplo la presencia de insectos y otras criaturas del reino animal.

Solano se ríe y pregunta: ¿Yyyy…! Enseguida responde: «No se puede vivir en un entorno totalmente aséptico; los seres humanaos debemos aprender a convivir entre nosotros y con una serie de seres ´inferiores´ que nos rodean, lo cual es un poco budista, ¿no? Pero hay que ser más respetuoso. Me gusta que vengan muchos polinizadores a los ecosistemas, que se llenen de abejas, de mariposas. ¿Por qué no? -Y es que las abejas me pueden picar- dirá alguien. Yo le diría: ¡Es que no pasa nada, respeta! Pero si la situación se descontrola, siempre hay formas de solucionarlo. Se usan repelentes naturales. Y si la propiedad no quiere ese tipo de cosas, se hace una selección de especies para que eso no suceda. Nosotros decidimos cómo hacer el ecosistema, hay un acuerdo, se puede trabajar en una línea o en otra, con plantas para que lleguen colibríes y mariposas o con otras para que no, con plantas que no tengan valor alimenticio o que no florezcan».

Por el mundo.

Desde fachadas vegetales hasta jardines verticales de interior, pasando por muros verdes y azoteas verdes, las composiciones verticales creadas por Paisajismo Urbano, creado por Solano, tienen detrás muchas investigaciones o expediciones botánicas por parajes remotos, actividades que desembocaron en un sistema patentado.

Solano ha incursionado en selvas del Chapare Boliviano o Misiones de Argentina, el desierto chileno, Madagascar, o Islas Reunión, entre más.

Sus jardines verticales se han desarrollado y perduran en ciudades con climas tropicales, continentales o desérticos.

Obras y presencia de Solano.

Ignacio Solano nació hace 37 años en Ceuta, una ciudad autónoma de España, al norte de África. Sus padres eran españoles que se fueron a Marruecos en tiempos del Protectorado. Sin embargo, se crió en Alicante, en la costa mediterránea, en donde reside actualmente y como él dice: resulta uno de los peores lugares para trabajar con plantas.

La empresa Paisajismo Urbano que fundó Solano en el año 2007, tiene representaciones en Colombia, Ecuador, Bolivia, México, Argentina, Brasil, California, Florida, Nueva York y España.
Solano ha intervenido con sus ecosistemas verticales varias obras, desde residencias privadas, hasta restoranes, universidades, edificios inteligentes, grandes librerías, centros comerciales, hoteles o parques empresariales. La información e imágenes sobre investigaciones y obras puede hallarse en el sitio: http://www.paisajismourbano.com/ignacio-solano.html

FUENTE: EL PAÍS