De cara a una cosecha de aceite de oliva histórica en el país, los productores anuncian que se abren mercados en el exterior, mientras el paladar de los uruguayos se refina y consume más el producto.

Se está produciendo un cambio en el paladar de los uruguayos en cuanto a consumo de aceite. Los que antes no gustaban del aceite de oliva, ahora lo están consumiendo. Y los que ya lo consumían, ahora se están volcando hacia el aceite de oliva de origen nacional.

Los motivos son varios, según explicó a El Observador Daniel Davidovics, presidente de la Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur), que nuclea a productores del sector.

Por un lado, cada año que pasa los olivos plantados de manera sistemática entre 2004 y 2008 en diversos departamentos del Uruguay crecen y maduran, lo que da como resultado que mejore la calidad de las aceitunas con las que se elabora el aceite. Además se afinan las técnicas que se van experimentando los años anteriores.

Las primeras producciones eran de árboles jóvenes y por lo tanto las producciones fueron muy desparejas. Pero el tiempo ha hecho su trabajo y el panorama cambió para bien.

“Además, los aceites uruguayos han tenido destaques internacionales y premios en ferias en el exterior, y eso se siente”, explica Davidovics.

En las catas de promoción que se realizan con consumidores “primerizos” la reacción es unánime: quienes prueban aceites de oliva extra virgen uruguayo no solo les gusta sino que vuelven a probarlo. “Al que antes no le gustaba, ahora le gusta. Es un camino de un solo sentido. Una vez que prueba, cambia su manera de apreciar el aceite, que a nivel básico es jugo de aceituna”, dijo Davidovics.

Pero la realidad es que el mercado interno es pequeño, y conjuntamente con lo cualitativo, es lo cuantitativo lo que está a punto de despegar.

Porque según explicó Davidovics la próxima cosecha 2014 puede significar un récord en la producción nacional. “Estamos calculando que para 2014 podemos tener una producción de un millón de litros de aceite de oliva extra virgen, la máxima de la historia”, dijo.

El año pasado Uruguay produjo 700 mil litros, por lo tanto la proyección de crecimiento es de casi 25%.

Varios factores explican esta predicción. La floración de los olivos en esta primavera más seca que de costumbre es muy buena, y eso augura un volumen de aceitunas abundante para el otoño que viene, época de cosecha.

“La primavera ahora es seca, con vientos suaves, que promueven que el polen pueda ir de un árbol a otro, y las lluvias salteadas ayudan mucho”, dijo Davidovics, quien hizo mención a la cosecha como una de las mejores épocas del año para el olivo.

“Es un lindo momento para visitar las plantaciones, porque se recoge la aceituna, se puede apreciar el proceso y se puede probar un aceite recién preparado, exquisito”, opinó el presidente de Asolur.

La abundancia trae exceso en la oferta, por lo que de manera irremediable ese excedente de aceite uruguayo deberá salir del país en busca de compradores.

“Uruguay apunta, claro está, a público interno culto y conocedor de lo que consume, pero también al exterior. Con el tiempo creemos que se va a transformar en un país netamente exportador. A partir del año que viene va a producir valores mayores a los que el mercado interno puede consumir”, dijo Davidovics.

Hasta ahora los principales destinos del aceite uruguayo han sido Brasil, Estados Unidos y Canadá, aunque se intente ganar otros mercados no tan tradicionales.

Y si bien las cantidades todavía no son demasiado significativas las presencia internacional comienza a hacerse sentir. “Los volúmenes no son grandes, pero se diversifica la llegada. Se han producido brechas interesantes para mercados distantes, como Japón”, explicó el presidente de los productores.

Apoyo interior

La producción oleícola uruguaya trabaja dentro del marco de un conglomerado, donde participa la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), más la intervención del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Industria y la oficina de promoción Uruguay XXI.

Además, Asolur recibe el apoyo directo del departamento de Alimentos de la Facultad de Química, donde se realizan análisis y catas guiadas a tener un feedback y mejorar la calidad de los productos auditados. Gracias a la participación de este conglomerado, los aceites de oliva uruguayos han participado en ferias internacionales de relevancia, como por ejemplo la Fancy Food de Estados Unidos y otras en países árabes y en Rusia.

Un futuro positivo

La perspectiva para el mediano plazo parece alentadora si continúan las tendencias de consumo interno y de expansión externa.

“En los próximos cinco años cinco años veo un panorama positivo, de crecimiento en el mercado local y también en el internacional. El consumidor uruguayo seguirá creciendo y el país aumentará su volumen de aceite de oliva extra de calidad. Para reflejarlo bien, creo que tomará un camino parecido al del vino”, resumió Davidovics.

Si bien los cambios culturales en el área gastronómica son lentos, la tendencia marca que más compatriotas se animan a comprar aceite nacional. Hacia afuera, los destaques siguen sucediendo cuando se los compara con el resto y los mercados se pueden ampliar. El dorado parece no estar solo en el color del aceite.

Fuente: El Observador