Entre el 8 y 9 de octubre está previsto el arribo a Uruguay de 42 refugiados sirios, quienes serán alojados en el Hogar San José de los Hermanos Maristas hasta diciembre. Luego se ubicarán en los lugares de radicación, para lo cual aún se dialoga con varias comunidades del interior del país, informó este miércoles el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia, Javier Miranda. Se espera que la acción de Uruguay genere un “efecto contagio” en otros países.

Miranda resumió lo hecho hasta ahora por las autoridades uruguayas para recibir a un contingente de sirios, que huyen de la guerra civil en su país, en un alto de su participación del taller sobre el particular que se realiza con funcionarios del gobierno de Suecia.

El encuentro, que se extenderá hasta este jueves en la sala de conferencias de la Unión Postal de las Américas, tiene el objetivo de conocer la experiencia sueca en la implementación de programas de reasentamiento de refugiados sirios.

Además de Miranda, en el foro participan la directora general de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, Graciela Jorge; representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores, de Salud Pública, de Desarrollo Social, del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

“Suecia tiene una larga tradición de refugio, de acoger a personas desplazadas por conflictos armados en distintas partes del mundo, en particular hoy con la guerra civil en Siria, es una experiencia acumulada importante”, destacó Miranda en rueda informal del prensa.

“Esto es una mesa de trabajo, no una conferencia, donde pretendemos escucharlos y conversar con los suecos cómo estamos programando nosotros el reasentamiento de las familias, y para que nos den los alertas, los ‘tips’ de integración social que son clave en este tema”, puntualizó.

La llegada

Miranda informó en detalle sobre la llegada de las primeras familias sirias a Uruguay. “Estamos intentando cerrarlo. Tuve una comunicación con la OIM (Organización Mundial para las Migraciones) esta mañana (del miércoles). Seguramente sea el 8 o el 9 de octubre. El atraso se debe a razones de vuelo” desde el Líbano, explicó.

En la primera tanda llegarán a Uruguay 42 personas, que conforman cinco familias, de las hasta 120 que pueden llegar. Se trata de una familia de 14 integrantes, otra de 12, dos de seis y una de cuatro. Se caracterizan por ser familias numerosas y con muchos niños en edad escolar y adolescentes.

En cuanto al perfil laboral, en esta tanda vienen varias personas con experiencia en la construcción, amas de casa y otros vinculados al trabajo agropecuario.

Acogida

El Gobierno de José Mujica desarrolla un programa que está en línea con una política de derechos humanos.

“Esto se encuadra en una concepción de defensa y promoción de los derechos humanos que lleva adelante Uruguay desde hace un buen tiempo”, dijo Miranda, quien insistió en que este proyecto se apoya en todos los uruguayos.

“Todo depende de la capacidad de acogida que tengamos de la sociedad, las fuentes laborales, que dependen de un mercado de trabajo, que es fundamentalmente privado, y en las oportunidades de vivienda”, explicó.

“Sin duda se cuenta con el apoyo de las políticas públicas, pero recibimos incluso la solidaridad de particulares que brindan viviendas para acoger a las personas”.

Las familias que lleguen al país en octubre se alojarán en el Hogar San José, de los Hermanos Maristas, en Montevideo, hasta comienzos de diciembre, ya que es la etapa de “aterrizaje”, de introducción al español y a las costumbres de Uruguay. Luego se trasladarían a los domicilios de radicación.

Algunas de las posibles localidades estudiadas son Soca y Juan Lacaze, con cuyas comunidades ya se está conversando y han demostrado buena receptividad.

Miran agregó que prefiere no nombras otras como segura porque “la posibilidad de integración de las personas reasentadas dependen, en gran medida, de la comunidad de acogida, de su capacidad de abrigo y solidaridad, y eso requiere de un diálogo con las comunidades que recién se comenzó”.

En cuanto a las oportunidades de empleo, Miranda confirmó que son muchas las empresas que manifestaron su interés en contratar a los ciudadanos sirios, un trabajo que se efectúa a través de la central única de trabajadores PIT-CNT y del gubernamental Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.

“Tenemos ofertas privadas variadísimas, desde casas de fiesta y para la construcción hasta un apicultor que ofreció tierra y conocimiento en forma solidaria. Tenemos que seguir trabajando porque la integración laboral es fundamental en el proceso global de integración”, sostuvo.

“No son animales de exhibición”

Miranda entiende que una vez que arriben a territorio uruguayo se debe ir despacio, porque son personas que habrán viajado más de 20 horas, la mayoría de las cuales nunca se había subido antes a un avión.

“Dejémoslos quietos, aterrizar, establecerse. Ya tendremos oportunidad de expresarles nuestra solidaridad, que creo que es bueno, pero hay que tener tiempo”, recomendó.

“Hay que cuidar a estas personas, sin ser paternalistas, pero no avasallarlas, incluso con el afecto se puede ser avasallante. Hay que respetar su identidad. Tampoco son animales de exhibición, sino personas que vienen de situaciones difíciles y a los que Uruguay les tiende la mano para darles la posibilidad de retomar un proyecto de vida”, añadió.

También indicó que si algún día quieren regresar a su país –“que ojalá sea muy pronto porque significaría que terminó esa absurda guerra, como lo son todas— puedan volver y, aquellos que se quieran quedar, lo hagan y desarrollen una vida digna en este país”.

Efecto contagio

“La crisis humanitaria por la guerra civil en siria es la mayor de la historia”, alertó Miranda.

“Hasta el momento llegan a tres millones las personas registradas por Acnur como refugiadas, igual cantidad prácticamente que los habitantes de Uruguay”, indicó. “Hay que dar una mano”, enfatizó.

Recordó que en América hubo países que tuvieron programas de reasentamiento y de refugio muy fuertes, como es el caso de Brasil, con sistemas de visas humanitarias.

Lo hizo con sirio-libaneses, cuya comunidad en ese país es enorme, y con palestinos, particularmente como acción propia el gobierno del estado de Río Grande do Sul.

También Chile en su momento tuvo un programa de refugio de palestinos importante y hoy lo está reevaluando.

“Uruguay, lo que hace es sumarse a este emprendimiento, buscando en sociedad con Acnur el efecto contagio”, apuntó.

“Esa fue la razón por la que hemos trabajado juntos con Osvaldo Laport, embajador de buena voluntad de Acnur, con quien estuvimos juntos en Líbano hace unos días atrás”, señaló. “Se trata de darle difusión para buscar el efecto contagio”, indicó en referencia a la rebote mayor de difusión que posibilita la figura del actor nacido en Juan Lacaze y radicado en Argentina.

Miranda dijo que todos los países deberían solidarizarse con el drama de los sirios. “Primero deberían condenar la guerra, porque no hay ninguna guerra buena y, además, dada la situación de crisis humanitaria, ser todos lo más solidarios posibles para mitigar la vulnerabilidad que genera la situación de refugio y desplazamiento”, observó.

Fuente: Presidencia