El acuerdo fue uno de los logros del IV Simposio Nacional y I Congreso Latinoamericano, realizado en Salto.

Uruguay y Argentina se unirán para realizar un curso para viveristas para la producción de plantas cítricas, según confirmó a El Observador Agropecuario el asesor citrícola del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Federico Montes.

El acuerdo suscrito con la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Entre Ríos permitirá “dotar a los viveristas de ambos países de tecnología para la producción de plantas bajo cubierta”.

Además de formar parte del Programa Nacional de Saneamiento y Certificación de plantas, el acuerdo permitirá prevenir la presencia en el país de HLB, una bacteria que destruye las plantas, que ya se encuentra en la provincia argentina de Corrientes y cuyo vector llegó al norte del río Negro.

En el país hay disponible material vegetal preparado con base en tecnología que no permite que la bacteria pase a la planta, en tanto los viveros ingresaron en enero pasado al programa de certificación de plantas.

Al inaugurar el IV Simposio Nacional y I Congreso Latinoamericano de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Citrus, el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, anunció el lunes pasado en Salto que Uruguay va a tener que tomar “la decisión heroica” de eliminar 265 mil plantas cítricas que no estaban registradas o “la volvemos a correr de atrás”.

El acuerdo con Argentina fue uno de los frutos del simposio que se desarrolló hasta el miércoles pasado y que continuó ayer con varios cursos que culminan hoy.

Planteo a España

Por otra parte, Montes comentó que los técnicos españoles que participaron en el simposio “se llevaron el planteo de profundizar algunas líneas estratégicas importantes para ambos países”. Un aspecto que abordarán técnicos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) con sus pares del Instituto Valenciano de Investigación Agropecuaria (IVIA) será “la evaluación de materiales genéticos promisorios generados por ambas instituciones”.

Se buscará la colaboración “en tecnologías de poscosecha, aprovechando la experiencia española de unos años en el mercado de EEUU, y también en el manejo de plagas cuarentenarias, como mosca de la fruta”, dijo Montes.

El asesor del MGAP remarcó la presencia esta semana en Salto de “casi 300 investigadores y técnicos” de Argentina, Brasil, Chile y Perú, países competidores de Uruguay, así como de España y locales.

Dos especialistas extranjeros “realizaron aportes en fisiología del cultivo de cítricos, que tiene relación con las variedades, y el manejo integrado de plagas, que a Uruguay le resulta clave –el manejo de los residuos en la fruta– siendo un país exportador de fruta fresca”, remarcó Montes.

“Los programas de mejoramiento genético están avanzando hacia nuevas variedades, híbridos y tetraploides, donde se requiere un muy buen manejo de la fisiología del cultivo, porque siempre nos vamos a enfrentar a cosas distintas a las que nos enfrentábamos 15 años atrás. Porque las variedades son nuevas y para nuevas variedades necesitamos nuevas visiones”, dijo Montes.

El asesor del MGAP reveló que varios visitantes valoraron el proceso de la citricultura uruguaya, que surge del Plan Estratégico puesto en marcha en 2010 y cuyos cuatro pilares son: investigación, innovación y desarrollo; programa nacional de saneamiento y certificación de plantas; inserción internacional y sustentabilidad social. “Todo a partir de un trabajo articulado de todos los actores”, concluyó Montes.

El mensaje

El asesor citrícola del Ministerio de Ganadería, Federico Montes, dijo a El Observador Agropecuario que “el simposio es la expresión de un esfuerzo mancomunado de todo el sector citrícola para poner aportar recursos humanos y saber dónde invertir, adoptar tecnología y obtener resultados. Ese es el mayor logro de estos días y refuerza un pilar básico del Plan Estratégico que es la investigación, la innovación y el desarrollo”. Montes recordó que “toda la temática que abordamos en el simposio estuvo relacionada con los temas del Plan Estratégico de la citricultura”.

Fuente: El Observador