A 50 años de su nauguración, se rindió homenaje en Washington a la sede de la Organización Panamericana de la Salud, obra del arquitecto uruguayo Román Fresnedo Siri, quien en 1961 había sido el ganador de un concurso en el cual participaron 300 profesionales de todo el mundo.

El edificio institucional fue construido entre 1963 y 1965 y desde que abrió sus puertas impresionó a los habitantes del distrito de Columbia y del barrio de Foggy Bottom.

La obra está situada en la calle 23, la Avenida Virginia y la calle E. Se compone de un gran cilindro, con columnas de sostén o pilotes a nivel del suelo y una torre curvada de 10 pisos que casi lo abraza y a la vez resalta su volumen. La superficie construida es de 15.794 metros cuadrados.

Tanto en el edificio circular de tres niveles que alberga la sala de conferencias para 400 personas, como en la torre de la secretaría, de diez niveles y estructura curva, situada en la parte posterior, se puede apreciar decoraciones de mármol, pinturas, esculturas y otros obsequios de los estados integrantes de la OPS.

Los dos cuerpos están unidos a la altura del primer piso y en la torre funcionan oficinas, biblioteca y sala de reuniones. En la planta baja, el edificio se integra a la plaza y el equipamiento de un reducido espacio triangular está compuesto con espejos de agua, fuentes, juegos de luces y esculturas.

Valoraciones

En una publicación del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura, Cecilia Ortiz de Taranco afirma que «la concepción general del conjunto busca una gran preocupación por resolver los aspectos estructurales y de acondicionamiento». Integrando las artes plásticas a la arquitectura, Fresnedo Siri coordina lo funcional, lo técnico y lo formal.

Eso se ve por ejemplo «en la integración del edificio y la plaza, de tal modo que ésta no solamente rodea al edificio sino que ingresa y es parte de él».

Otros historiadores cuentan que esta sede de la OPS de Washington se trata de un homenaje a Le Corbusier, un ejercicio de arquitectura moderna practicado por quien partiera de netas bases académicas.

Distinción

En un informe de la propia Organización Panamericana y la Organización Mundial de la Salud se informa que Carlos Fresnedo, sobrino de Fresnedo Siri, fue quien recibió el reconocimiento el pasado lunes.

Lo acompañó Alix Cantave, de la Fundación Kellogg (con base en Michigan), que diera una subvención de US$ 5 millones para su diseño y construcción. También se hizo presente Karen DeSalvo, subsecretaria de Salud interina de los Estados Unidos, en representación del gobierno de su país, que donara el terreno triangular de 4 hectáreas para la construcción de los dos cuerpos de la edificación.

La subvención en realidad fue concedida en forma de préstamo sin intereses, amortizable en incrementos anuales pagaderos a un fondo especial establecido para promover iniciativas de salud pública en las Américas.

Según informa la OPS, en la inauguración del 27 de septiembre de 1965, Emory Morris, entonces presidente de la Fundación Kellogg, sostuvo que «no podría haber una inversión mejor ni más gratificante de esos fondos». En el momento de trasladarse al edificio diseñado por Fresnedo Siri, la OPS había comenzado a evolucionar. De ser una pequeña oficina creada para combatir la propagación de enfermedades buscaba convertirse en una institución para mejorar todos los aspectos de la salud pública.

En la actualidad, la OPS emplea a más de 2.000 expertos y funcionarios de apoyo en todo el continente, y tiene un papel protagónico en el control y la erradicación de las enfermedades transmisibles, incluidas la malaria, la fiebre amarilla, el sarampión y la tuberculosis.

«Su cooperación técnica con los ministerios de salud de docenas de naciones ha sido indispensable para la prestación de servicios de atención de salud, vacunación, nutrición y atención preventiva a cerca de 991 millones de personas en las Américas».

El éxito motivó una «réplica»

En la foto puede verse los dos cuerpos del edificio de la OPS en Washington, que se construyó entre 1963 y 1965. Román Fresnedo Siri ganó el concurso en 1961 y fue tal el impacto de esa obra que sirvió de modelo para otra sede de la misma institución. En 1971 fue contratado para realizar el proyecto y la dirección del edificio en la flamante Brasilia. El interés de la OPS era establecer una especie de grifa arquitectónica. Y por eso, en la obra final emergen características similares a la de Washington: dos volúmenes con distintas escalas, uno cilíndrico y otro detrás que lo abraza, aunque de menor altura que el construido en EE.UU.

Las claves de la obra

Exposición abierta en Washington

Una exposición sobre el arquitecto Román Fresnedo Siri se está presentando en la sede de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Washington. En 2014, la misma había recorrido Uruguay dentro del marco de un ciclo de exposiciones itinerantes sobre la obra de destacados arquitectos. El ciclo lo inició en 2007 la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República.

Pensar los edificios y ciudades

Para el decano de Arquitectura Gustavo Scheps, Fresnedo es parte de una generación de arquitectos formados en la tradición de la academia que logró recoger y recrear, con extraordinaria pericia, la experiencia de las vanguardias internacionales, y la propuso con naturalidad a una cultura local dispuesta a recibir y adoptar una renovadora manera de pensar los edificios y las ciudades.

Un creador «anónimo» en su tierra

Laura Alemán, del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura, llamó la atención sobre el escaso conocimiento que los montevideanos tienen acerca de Román Fresnedo Siri, su obra singular y la construcción moderna en Uruguay. Para ella, es un problema de una disciplina que reúne arte, ciencia y técnica pero no está inserta en la cultura, como la pintura o la literatura.

Integración de artes plásticas

En el catálogo de la muestra de la obra de Fresnedo, la arquitecta y profesora de la Udelar Yolanda Boronat indica que en sus hospitales, viviendas, hipódromos y edificios «está siempre presente la búsqueda de una espacialidad fluyente que se constituya en una experiencia estética, la que enriqueció incorporando obras de arte de distintos autores y procedencias».

Fuente: El País