Se espera que Uruguay pueda exportar 3,7 millones de toneladas de la oleaginosa en 2014.

Por tercer año consecutivo la Expoactiva muestra a la sociedad uruguaya cuál es el motor principal de la economía. Por tercer año el país está en víspera de una cosecha récord de cultivos de verano, con un empuje que empezando su segunda década está intacto y en la previa de lo que puede ser también la siembra de cultivos de invierno más interesante de los últimos tiempos.

Aunque los precios de los granos han bajado, el dinamismo se mantiene. Y en los cultivos de invierno, a pesar de un mejor abastecimiento internacional por la situación generada en Ucrania y una mejora en las condiciones comerciales para cebada y canola, se puede esperar una persistencia del dinamismo agrícola local por todo 2014.

Otra oleada sojera

A un mes de empezar la cosecha, se perfila otro récord de producción de soja de Uruguay. El área ha aumentado levemente respecto al año anterior y el rendimiento, a pesar de situaciones heterogéneas, va en camino de superar o al menos igualar los muy buenos resultados del año pasado.

Pocos días después que la Expoactiva termine empezará una cosecha que volverá a ser récord. El volumen exportado por Uruguay pasará de los 3,5 millones de toneladas que fueron récord en el 2013 a aproximadamente 3,7 millones en 2014. Tanto el volumen cosechado como la persistencia de precios favorables consolidan a la soja como el motor fundamental del crecimiento de la agricultura uruguaya. Con aproximadamente un millón y medio de hectáreas sembradas, la soja no solo genera dinamismo por sí misma, sino que también es un factor de impulso a la ganadería a través de las pasturas que van sembradas tras el cultivo en zonas donde la agricultura de doble cultivo no es generalizada. Y dará sustento a la nueva siembra de cultivos de invierno, que estará en condiciones de sostener su dinamismo.

Será el tercer año consecutivo de grandes cosechas y posteriores reinversiones. A pesar de que el precio de los granos ha revertido su curso y va en una tendencia a la baja, el mercado tiene la suficiente volatilidad y tantas alternativas comerciales que sigue siendo muy atractivo. El productor que tiene una buena estrategia comercial consolida una actividad con una rentabilidad importante. Y suma tres años sin sequía. Que permiten enfrentar un escenario siempre desafiante desde los costos.

No fue un año sin sobresaltos. Primero fue la ola de calor de diciembre y comienzo de enero. Luego, las lluvias de enero y febrero fueron desafiantes por su abundancia, pero no hicieron descarrilar una cosecha que tendrá buenos rendimientos en los tres cultivos de verano.

El maíz repetirá productividades del orden de 5.000 kilos por hectárea como promedio y cifras similares alcanzará el sorgo.

No es que no haya habido daño. Las sojas de segunda sembradas en diciembre sintieron los calores. Lo mismo los maíces sembrados de primera que florecieron en plena ola de calor. Pero la agricultura va. A pesar de que hay amenazas ciertas en el horizonte agrícola porque las reservas mundiales de granos van en ascenso, y el precio de los combustibles baja en EEUU, la cosecha de verano salva el examen con buena nota, y la de invierno se prepara con muy buenas expectativas.

Será el otoño nuevamente un período exigente para el almacenamiento de granos, porque el trigo de las cosechas pasadas ha salido en forma más lenta de lo previsto, hay cerca de un millón de toneladas de trigo que esperan para salir y a ellas deberán sumarse las casi cuatro millones de toneladas de soja que se empezarán a levantar en unos días.

Afortunadamente, para el manejo de los granos en cosecha también el clima parece dar una mano. Un mes de marzo relativamente poco lluvioso permite que el arroz se coseche ágilmente y que la acrecentada flota de camiones podrá terminar seguramente a tiempo con la cosecha arrocera y quedar plenamente disponible en abril para levantar la soja.
En la conexión entre agricultura y ganadería también el verano lluvioso genera una gran cosecha de maíz y sorgo para silo, por lo que en simultáneo se potencia a la vez la producción de granos, carne y leche.

Fuente: El Observador