La economía uruguaya avanzó cinco posiciones y quedó en el lugar 80 de un total de 148 países.

Luego de dos caídas consecutivas, la economía uruguaya recupero posicionamiento a nivel global en competitividad durante la medición 2014-15, según el informe que realiza el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés). Uruguay avanzó cinco posiciones –del lugar 85 al 80– de un total de 148 países.

A diferencia del indicador de tipo de cambio real, que mide la competitividad en precios del país, el índice que elabora el WEF a partir de encuestas con los empresarios locales, intenta evaluar de manera más abarcativa los factores estructurales que hacen a la competitividad de un país. De manera simplificada, el indicador del WEF permite realizar una mirada de largo plazo a los elementos que distinguen a los países en su capacidad para competir por inversiones.

El indicador pondera de distinta manera los pilares de la competitividad dependiendo del estadio del desarrollo en el que se ubica el país. El WEO distingue entre tres estadios: en el primero, la competitividad se determina principalmente por los factores productivos que tiene el país; en el segundo, por la eficiencia con la cual se combinan; mientras que en el tercero, la innovación es la clave detrás del desarrollo. Según la caracterización que hacen los expertos a cargo del estudio, Uruguay se ubica en la transición entre el segundo y tercer estadio.

Precisamente, dentro del pilar de requerimientos básicos –que pondera con un 21% en el índice global–, Uruguay avanzó cinco lugares en la categoría instituciones respecto a la medición anterior (de 36 a 31). En tanto, en infraestructura mejoró un lugar (55 a 54), al igual que en entorno macroeconómico (85 a 84), al tiempo que mantuvo sin cambios su ranking en educación primaria y salud en el lugar 58. En tanto, en el pilar de potenciadores de eficiencia (pesa 50% en el índice), Uruguay volvió a mostrar una pobre performance en el indicador del mercado laboral ocupando la posición 134 del ranking frente al lugar 139 del año 2013-14. Este es el único subíndice donde Uruguay está por debajo del promedio que obtiene América Latina.

En la composición de este pilar, Uruguay ocupa la posición 139 en relaciones de cooperación entre trabajadores y empleados y la 144 en la flexibilidad en la determinación de salarios, al igual que en remuneraciones y productividad, y la posición 105 en capacidad para atraer talento.

De todas formas, también surgieron avances dentro de esta categoría. En la educación superior y técnica el país avanzó de la posición 52 a la 49, al igual que en eficiencia del mercado de bienes (60 a 57), desarrollo del mercado financiero (90 a 87) y preparación tecnológica (48 a 46). Por último en el pilar titulado factores de innovación y sofisticación (pondera con 29%), Uruguay mostró una leve mejora en la sofisticación de los negocios (91 a 85), mientras que en innovación permaneció estancado en la posición 82.

Los debes

Entre las mayores preocupaciones de los empresarios para realizar negocios, se mantienen en los dos primeros lugares, respecto al reporte del año pasado, las “restrictivas regulaciones laborales” y la “ineficiente burocracia gubernamental”. Entre los cinco puntos más preocupantes para el empresariado que consulta el informe, un 22,8% indicó las regulaciones laborales y un 16,4% apuntó a la burocracia estatal.

La novedad en este ranking se encuentra en que la preocupación por los impuestos superó a la infraestructura en el tercer lugar en comparación al estudio de 2013, que ahora está en la quinta ubicación. En el cuarto lugar se ubica la preocupación por una fuerza laboral con escasa formación. Luego, sucesivamente –muy similar al año pasado–, inquietan el acceso al financiamiento, la inflación, la falta de ética entre los trabajadores, la insuficiente capacidad para innovar y las leyes impositivas. En un porcentaje muy ínfimo, se nombró la regulación de las monedas extranjeras, una pobre salud pública, el crimen y el robo, la corrupción y la inestabilidad política. Nadie nombró como preocupación la inestabilidad gubernamental ni la posibilidad de un golpe de Estado.

Expectativas de industriales en baja

Las expectativas de los empresarios industriales se deterioraron en junio respecto a mayo sobre la marcha de la economía uruguaya pero repuntaron levemente sobre la empresa. De todas formas, en ambos indicadores, las respuestas negativas superan a las positivas, por lo que predomina un escenario de pesimismo dentro de los privados, según la encuesta que divulgó ayer la Cámara de Industrias. Por otro lado, al cierre del primer semestre del año el endeudamiento de la industria –incluyendo el mercado de valores- sumó US$ 2.343, un leve incremento respecto a los US$ 2.339 millones del cierre de 2013. La tasa de morosidad del pasivo financiero de la industria fue de 1,9% al cierre del primer semestre, el porcentaje más alto desde el segundo semestre de 2012 cuando el ratio llegó al 2%, un máximo desde 2007.

Fuente: El Observador