Defensora de la moda sostenible y encargada de haber vestido a las mujeres del momento, Gabriela Hearst no es solo la diseñadora más top, es un nombre que dará que hablar.

Meghan Markle o Melania Trump, embajadoras del estilo lady de protocolo, son solo algunas de sus clientas y mejores modelos. Su estilo classy y femenino sin olvidarse de una producción ecológica han hecho que su popularidad se dispare. Cada vez que una de las dos se pone un vestido o un abrigo suyo, miles de usuarias de internet descubren que, de nuevo, Gabriela Hearst es la encargada de haber creado un look de ensueño.

Orígenes naturales
Gabriela se crió en un rancho de Uruguay de miles de hectáreas, rodeada de caballos, ovejas…, en definitiva, de naturaleza. De ahí nació esa sensibilidad hacia el lujo de forma honesta, donde el origen es más importante que el final. Se casó con Austin Hearst (en segundas nupcias), de la conocida saga editorial, y esta modelo reconvertida a diseñadora empezó a reescribir su historia desde su casa en Greenwich Village rodeada de sus tres hijos.

Se formó en moda en Nueva York, pero ha apostado por una corriente más slow, donde la tradición, el detalle y el cuidado están por encima de cualquier tendencia.

Su primer éxito fue un bolso que logró crear listas de espera, el nombre del modelo es Nina Bag, inspirado en la cantante Nina Simone. Pero, antes de este éxito, la creadora ya había hecho sus pinitos en el mundo de la moda con una línea llamada Candela, pero poco a poco se centró en la sostenibilidad y en su segundo proyecto utilizó su nombre. Su idea era elaborar toda la colección a partir de materiales ya existentes y despieces no utilizados de las fábricas.

Fundó su marca en 2015 y lo contaba en una entrevista: «Tenemos integridad en cómo hacemos nuestras cosas, verificamos quién las hace y de dónde vienen», dijo Hearst a ‘MatchesFashion’. En su primer desfile en la Semana de la Moda de Nueva York preguntó a los expertos qué huella dejaba este en el medioambiente. Y nadie supo contestarle. Así que su empeño fue aumentando a medida que observaba un total desconocimiento en su entorno. Los valores en primer plano es el objetivo de esta marca que parece que no solo quiere vestir a las mujeres. Y que en su producción consciente, limitada y sostenible ha generado una demanda inesperada en un principio, y que se ha convertido en un clásico temporada tras temporada.

El lujo honesto es la clave de su firma de moda, construcciones impecables hechas con materiales nobles influenciadas por su Uruguay natal y por su residencia actual, Nueva York.

Sus chaquetas y abrigos tienen un forro especial para prevenir la radiación que emiten los teléfonos móviles y proteger los órganos femeninos. Lino tratado con aloe, una fibra más resistente que el algodón pero que absorbe menos agua. Combina lo utilitario y lo bello, para producir prendas duraderas para mujeres comprometidas con su entorno.

Ha recibido diversos galardones como el Premio Woolmark de Ropa de Mujer en 2016. En 2017, Hearst fue nominada para el Premio CFDA Swarovski al Talento Emergente y en marzo de 2018 recibió una nominación para el Diseñador de Ropa de Mujer CFDA del Año. Hearst también recibió el Premio Visionario de Moda del Instituto Pratt en 2018. La seguiremos porque tiene pinta de imparable.

Fuente: Vanitatis – El Confidencial