Un ranking presentado por KPMG compara la adaptabilidad de los países para hacer frente a situaciones inesperadas. Uruguay ocupa el segundo puesto en América Latina en la edición 2013.

Uruguay ocupa el segundo puesto en América Latina en la edición 2013 del ranking del Índice de Preparación para el Cambio presentado por KPMG y Oxford Economics el pasado mes de setiembre. Si bien bajó posiciones en capacidad empresarial, mejoró su posicionamiento en capacidad gubernamental y social, frente a la medición del año anterior.

La idea de crear el Índice de Preparación para el Cambio (Change Readiness Index ? CRI) surgió en 2010, luego del terremoto en Haití. Esta y otras tragedias naturales, crisis económicas, inestabilidad política “y cambios repentinos, en general”, sacuden al mundo y ponen a prueba la capacidad de respuesta de los países.

Estos hechos han despertado la inquietud de medir el grado de preparación de los países frente a fenómenos inesperados, por parte de sus gobiernos, empresas públicas y privadas y la sociedad en su conjunto. Manejar y mitigar los riesgos del cambio y la habilidad de aprovechar las oportunidades que surgen como consecuencia, son aspectos clave para el crecimiento sostenible de un país.

El CRI apunta a ayudar a gobiernos, ONG, formadores de políticas públicas e incluso a inversores y sector privado, a identificar fortalezas y debilidades, diseñar e implementar estrategias de mitigación del riesgo y evaluar la expansión y el crecimiento de los países.

Uruguay en el ranking

A nivel mundial, Uruguay obtuvo la posición número 22 del ranking, antecedido por España (21), Francia (15), Estados Unidos (12), Chile (11), Alemania (5) y Singapur (1). Su peor desempeño fue en el área de capacidad empresarial, donde ocupó el puesto 52. Dentro de este apartado, el peor puntaje fue para el subíndice flexibilidad del mercado laboral e infraestructura. Se obtuvo una puntuación más aceptable en los subíndices diversificación económica y política de comercio/apertura económica.

Paralelamente, el país logró destacarse en capacidad gubernamental (obteniendo en el subíndice fiscalidad y presupuesto el puntaje más bajo, y el más alto en respeto de las leyes) y también tuvo buenos resultados en el plano social, destacándose los buenos puntajes obtenidos en los subíndices salud y acceso a la información. Como aspecto negativo, resalta el bajo puntaje obtenido en el subíndice demografía.

Por debajo de Uruguay, en el ranking general quedaron Colombia (27), China (28), México (29), Perú (31), Brasil (42), Italia (50), Rusia (62), Argentina (75) y Venezuela (88).

Si se excluyen del análisis las economías de mayor ingreso, Uruguay escala al puesto número 7 (ocupando el puesto 35 en capacidad empresarial, 4 en capacidad gubernamental y 3 en capacidad social), precedido por Kazajistán, Panamá, Filipinas, Lituania, Tailandia y Chile, quien ocupa el primer puesto.

Evolución anual

Si se lo compara con la edición 2012 del CRI, Uruguay pasó de la posición número 8 a la número 22. Sin embargo, no puede realizarse una comparación lineal, ya que la muestra de este año incluyó 30 países más, entre los que se encuentran economías mayores a la de Uruguay, como Nueva Zelanda, Alemania, Israel, Japón, Arabia Saudita, Reino Unido, Estados Unidos, Francia y España.

Asimismo, la edición 2013 tomó en cuenta un mayor número de indicadores. Sin perjuicio de esto, si la lista de países se mantuviera incambiada a la del 2012, Uruguay se mantendría en la misma posición.

El indicador

El CRI se desarrolla en base a tres pilares fundamentales: capacidad empresarial, capacidad gubernamental y capacidad de la gente y sociedad civil. A su vez, se dividen en varios subíndices.

En lo que respecta a los gobiernos, se toman en cuenta aspectos como el marco macroeconómico, fiscalidad y presupuesto, cumplimiento de las leyes, medioambiente y planeamiento estratégico, entre otros. En relación con las empresas, se observa la flexibilidad del mercado laboral, la diversificación económica, infraestructura y ambiente de negocios, etc. A su vez, respecto de la capacidad de la sociedad civil, se analiza el capital humano, el emprendedurismo, la tecnología, inclusión, salud y acceso a la información.

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