Entrevista con Arnaldo Nardone, integrante del equipo gerencial del Punta del Este Convention & Exhibition Center.

Ubicado a siete minutos del centro de Punta del Este, en los terrenos de la ex pista del aeropuerto El Jaguel, sobre la Av. Pedragosa Sierra, avanzan las obras del que será el Punta del Este Convention & Exhibition Center, un lugar construido con la expresa intención de cambiar la estacionalidad del turismo en la zona y que se estima podría estar operativo en marzo de 2016. En la siguiente entrevista, uno de sus principales impulsores de la obra aporta detalles de la misma y del impacto que tendrá una vez que esté en funcionamiento.

¿Cómo está integrado el grupo de inversores que viene desarrollando el Punta del Este Convention & Exhibition Center?
El grupo gestor está integrado por capitales mixtos uruguayos y argentinos. La parte argentina son los administradores de La Rural de Buenos Aires que tienen más de 120 años realizando ferias en la República Argentina y para este emprendimiento además de al grupo uruguayo decidió unirse al Grupo Fénix de Argentina, que es el más importante en Latinoamérica en la realización de espectáculos musicales y deportivos. Estos dos grupos se sumaron al grupo uruguayo integrado, entre otros, por los restaurantes Boca Chica de Punta del Este y tres hoteles, entre los que se encuentra el Hotel Serena. A este equipo se suma Sergio Puglia en parte gastronómica y yo en la parte de congresos.

Se trata de un grupo heterogéneo. ¿Fue complicada la fusión?
No porque la idea es poder abarcar diferentes segmentos de mercado y para cada uno de los necesitamos gente con conocimiento pleno de esos sectores. Hoy el desafío es posicionar el Centro de Convenciones de Punta del Este como una nueva oferta dentro del Uruguay y de la región del Cono Sur, pero también está el desafío de venderlo en un lugar que por sus características tiene una marca muy fuerte pero con una estacionalidad muy marcada en todo, no solo en el clima, porque el clima repercute sobre los servicios y viceversa.

¿Esta característica fue la que puso a Punta del Este en la mira de la Organización Mundial de Turismo (OMT) para apoyar al lugar con programas específicos?
Seguramente fue y es el motivo por el que la OMT eligió a Punta del Este para implementar el primer programa de descentralización llamado 365, que fue hecho específicamente para romper la estacionalidad. Este programa, que también se está promocionando en Europa tiene como pilar al Centro de Punta del Este.

Desde la OMT se vio claro la falta que hace este Centro. ¿Qué pasa en Uruguay y en la región?
Creo que se está tomando conciencia porque surgen casi coincidentemente el Antel Arenas y el Centro de Convenciones que si bien son dos productos totalmente diferentes están llamados a potenciar la oferta turística del país especialmente en el sector de Reuniones y Eventos. Para Uruguay evidentemente esto va a ser un antes y un después. Estamos todos muy convencidos de que este no es un proyecto aislado dentro de una ciudad, es un proyecto que se debe enmarcar dentro del destino Punta del Este y el destino Maldonado, y en el cual todos los operadores turísticos y todos los proveedores tienen que trabajar en conjunto para lograr posicionar al destino como un lugar de sede de eventos nacionales, regionales e internacionales.

¿La idea es generar una especie de efecto dominó?
Cuando uno empieza a generar círculos concéntricos es evidente que eso tiene que suceder. Esta es una idea impulsada por el departamento de Maldonado pero también cuenta con un gran apoyo del Gobierno central lo cual determina que este equipo se tiene que seguir ampliando hacia el gobierno porque evidentemente también el Estado tiene que convertirse en un captador de eventos, especialmente para las agencias internacionales como la FAO, la ONU, el BID, la OEA, etc. El llamado es a empezar a pensar en una estrategia a mediano y largo plazo de traer mucho más eventos de estas organizaciones que a su vez alimenten la venta del Centro de Convenciones. Esto no es un trabajo únicamente para el equipo de ventas o el equipo gerencial del Centro de Convenciones, es un trabajo de destino ciudad primero y de destino país después. Lo mismo le va a pasar en su momento al Antel Arenas, y es evidente que siguiendo el ejemplo de las grandes ciudades Maldonado tomó el desafío de crear un Centro que forme parte del inventario de la ciudad, tal como se hace en Estados Unidos por ejemplo. Estos centros tienen además una peculiaridad: representan un aporte muy importante para la ciudad porque además del aporte de las Intendencias, están las famosas tasas de visitantes que pagan los hoteles y esa tasa se vuelca en la realización de promociones turísticas, promociones culturales. El Buró de Convenciones que es una entidad dedicada a generar actividades para captar eventos internacionales y un Centro de Convenciones, si lo tiene. Es una forma de solventar porque se piensa en el cuadro grande, se piensa en el bosque: una estructura de estas características beneficia a la sociedad en sí misma.

¿Está estimado en cifras concretas cuál va a ser ese beneficio para el caso de Maldonado?
Los estudios indican que cada USD 100 que ingresan, USD 19 quedan en el Centro y USD 81 queda en la ciudad. Es evidente el efecto multiplicador. Con ese concepto y esa visión es que estamos tratando de trabajar con los operadores del destino y con la comunidad. Nos falta mucho todavía por hacer pero es evidente que es la única forma de pensarlo.

¿Cuáles son los aspectos en los que hace más falta trabajar?
La capacitación de los recursos humanos de toda la cadena de servicios vinculada al destino. Para eso se firmó un acuerdo con ANEP, UTU y el ministerio de Trabajo, la intendencia de Maldonado, el Centro de Convenciones y AUDOCA – la Asociación Uruguaya de Organizadores de Congresos-, para justamente potenciar la capacitación de toda esa cadena de servicios. Ya se formó también el Buró de Convenciones y Visitantes de Punta del Este que tiene que empezar a dar sus primeros pasos y generar acciones para captar eventos y visitantes turistas. Son dos cosas separadas que no es necesario mezclar. Son varias acciones las que se están llevando adelante en conjunto pero todavía falta.

¿Cuánto tiempo más se estima que llevarán las obras, o mejor aún, cuándo estiman que se podrá concretar la apertura del Centro de Convenciones?
Estamos a un año de concretar la apertura. La barra está puesta muy arriba porque si bien estamos yendo a ferias internacionales y estamos trabajando con los clientes nacionales activamente, y también tratando de ver con el gobierno como incentivamos estos eventos internacionales que hoy mencionaba, está de por medio la idiosincrasia del uruguayo.

¿Cómo afecta la idiosincrasia en este caso?
El uruguayos de por si es una persona conservadora que siempre trata de no dar pasos en falso. Por eso vender un Centro de Convenciones que está en construcción se convierte en una proeza porque los médicos, los veterinarios, el propio Gobierno, no confían y no hacen fuerza por traer su congreso al país hasta que el Centro no esté terminado. Pero acá hay una particularidad: esto no es una obra pública en la que a medida que se va avanzando aparece la plata, no. Acá la plata está depositada a través de un fideicomiso, la constructora va culminando los puntos tal como está marcado en el contrato y va cobrando, la plata está. Quiere decir que la constructora Teyma va por encima incluso de los tiempos que estaban marcados, acelerando el paso para concretar la obra. Y los operadores están esperando esto para salir a venderlo, pero curiosamente así no funciona la cosa. Hay que confiar y tomar riesgos y en Uruguay todavía no estamos acostumbrados a eso.

¿Qué nos puede decir de la capacidad que tendrá el Centro?
Tendrá 6.000 metros cuadrados cerrados y 6.000 abiertos y la sala mayor tendrá capacidad para albergar a 2.600 personas, la sala de exhibición es de 2.000 metros y con capacidad de dar almuerzo y cena para todas esas personas. Será el Centro de Convenciones y Ferias más grande del país.

¿A cuánto asciende el total del fideicomiso que financia la obra?
Alrededor de USD 32 millones, pero sin contar el valor del terreno de 120.000 metros cuadrados que donó la Intendencia de Maldonado y que yo, a riesgo de equivocarme, puedo estimar en otros USD 65 millones, dado el valor de la tierra hoy en esa zona. Creo que se trata de una de las inversiones más grandes que ha hecho el Estado en el sector de Turismo, desde hace más de 50 años. Es algo a tener muy en cuenta, y de ahí el compromiso que sentimos que el gobierno toma, porque en definitiva al asumir el desafío de esta construcción también se asume el desafío de lograr que el lugar funcione. Esto es un cambio de mentalidad.

¿Y cuál será el impacto indirecto en el departamento en cuanto a puestos de trabajo e inversiones?
El impacto en la cadena de producción de todo el departamento será grande, no hay dudas de eso. Si empezamos a vender banquetes para 3.000 o 4.0000 personas, algo que hasta el momento no se podía hacer en Uruguay, se van a beneficiar desde los mozos hasta aquel que cultiva papas o espárragos. Creemos que todos tienen que pensar en el Centro de Convenciones como una herramienta para llenar sus hoteles, sus restaurantes, para vender servicios de transfer, artesanías, todos tienen que pensar en el uso que pueden darle, en utilizarlo como una herramienta para el beneficio de todos. Por otro lado, un dato que podría ser preocupante pero que por estar en Uruguay y confiar en la fortaleza institucional del país, no nos preocupa, es la perdurabilidad del apoyo estatal hacia el proyecto. De hecho, ahora va a haber un cambio de partido de gobierno en Maldonado, pero el respeto a la estabilidad y las inversiones realizadas son política de Estado y eso nos da tranquilidad. Si esto pasara en otro país no sabemos si sería así. Acá sabemos que la obra va a ser respaldada por las autoridades electas así como estaba 100% comprometido el anterior gobierno departamental. Eso también es importante al momento de construir juntos, como dice la Marca País, al país todo: dar garantías hacia el exterior de que no importan los gobiernos que estén sino que estas son políticas de Estado, porque la donación de la tierra se aprobó en la Junta Departamental de Maldonado con los votos de todos los partidos.