Una investigación realizada por el doctor en paleontología Richard Fariña y un equipo de la Facultad de Ciencias en el Arroyo del Vizcaíno en el departamento de Canelones, demostró que el hombre vive en América desde hace al menos 30 mil años, casi el doble de lo que se creía de acuerdo a los estudios aprobados por la comunidad científica. En diálogo con El Espectador, Richard Fariña contó cómo fue el proceso de trabajo y la ardua tarea de logar la validación final.

La noticia, que recorrió el mundo, fue publicada recientemente en la revista británica “Proceedings of Royal Society”. El paleontólogo aclaró que como ocurre en el ámbito de la discusión científica, “el hecho de que uno haya publicado un artículo no quiere decir que lo que antes había propuesto era falso y ahora es verdad, en la ciencia no hay verdades absolutas, sino procedimientos y protocolos exigentes para arribar a conclusiones”.

A pesar de la magnitud del hallazgo, Fariña prefiere mantenerse en “el lago de la prudencia” porque entiende que hay “buenas evidencias” sobre la presencia humana en la región hace 30.000 años.

Sobre la base del trabajo colectivo, el paleontólogo formó parte de un equipo integrado por cinco paleontólogos, dos arqueólogos y un geólogo.

Para el verano de 1997, el arroyo del Vizcaíno se secó más de lo natural, por lo que una de las familias de productores rurales de la zona tuvo que secar por completo el arroyo para regadío de remolachas. Alumnos y funcionarios del liceo de Sauce excavaron y extrajeron 250 piezas. Posteriormente contactaron a Fariña y allí comenzó el asunto.

“Un colega español identificó marcas en algunos de los huesos recolectados y nos comentó que podía tratarse de una intervención por herramientas humanas, por lo que seguimos trabajando”, dijo. En el 2006 el equipo de investigación realizó dataciones por carbono-14 en distintos laboratorios y a través de diferentes técnicas. Los resultados arrojaron “edades inusualmente altas”, explicó. Cinco años más tarde, procedieron a reiterar las excavaciones en el mismo yacimiento, pero en esta ocasión siguiendo el protocolo debido de extracción.

“En total colectamos más de 1.000 piezas y quedan miles por colectar”, expresó. “Es un yacimiento extraordinario”, agregó.

Al referirse a “herramientas humanas”, el paleontólogo expuso que, si bien todavía no está constatado cómo murieron los animales, sí consideran que haya rastros típicos de la intervención de herramientas humanas.

Una vez realizadas las dataciones, Fariña se atrevió a anunciar que la evidencia remonta a 30.000 años atrás. “Esa es la noticia, el hallazgo cobró importancia pública porque la edad más aceptada del ingreso humano en América es de unos 12.000 a 15.000 años”, sentenció.

El fundamento del paleontólogo reside en que no hay asociación más estrecha: “los huesos fueron datados, por lo tanto, el objeto reúne la presencia humana y la edad al mismo tiempo”.

Consultado sobre la identidad de la presencia constatada, Fariña adelantó que “puede que se trate de Homo sapiens”.

El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) organizó un debate sobre los orígenes del doblamiento de América para el próximo martes 10 a las 19 horas. Allí expertos van a exponer sus posturas y Fariña va a exhibir objetos originales hallados durante la investigación.

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Fuente: El Espectador