Varios países están interesados en aprovechar la experiencia lograda por Uruguay.

Uruguay es el único país en el mundo que puede trazar la historia desde el trozo de carne hasta llegar al vacuno en pie. Varias naciones en el mundo quieren aprovechar esa experiencia y están pidiendo cooperación.

Anticipándose a una experiencia de la Unión Europea, en la primavera de 2006, el gobierno uruguayo puso en marcha la trazabilidad obligatoria de todo el rodeo bovino. La experiencia comenzó primero con los terneros nacidos en cada estación de cría y en los años siguientes se incluyó a los adultos.

La identificación se basa en dos caravanas, una de lectura visual y otra de lectura electrónica, cuyos dados van directamente a la computadora a través de un lector que es acercado a la oreja del animal. Los datos de cada animal son almacenados en el Sistema de Registro e Identificación Animal (SIRA), son confidenciales y los maneja el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

Pero más allá del sistema, lo más novedoso es que esta herramienta incluyó a todos los productores, tengan una vaca o tengan miles y los identificadores los aporta el Estado, aunque son financiados por la cadena cárnica a través de un impuesto en las ventas.

En paralelo a la trazabilidad individual de los bovinos, existe también un sistema conocido como «cajas negras» que son puestos electrónicos que recopilan datos de cada animal que está siendo industrializado y los atan con el número de caravanas. De este modo, Uruguay es el único país en el mundo que puede trazar la historia desde un trozo de carne en el plato hacia atrás, hasta llegar al bovino en pie. Tiempo atrás, Uruguay probó basándose en el ADN del animal que esta herramienta funciona en el 99% de los casos.

Cada animal genera millones de datos que son recabados por los frigoríficos y que llegan directamente al Instituto Nacional de Carnes (INAC). Es información fundamental para la cadena cárnica.

Entre los países interesados están México, Paraguay, Nicaragua y Bolivia. En algunos casos se está pidiendo cooperación para elaborar pliegos que posibiliten comprar identificadores para el ganado. Otros, como es el caso de Bolivia, intenta armar un comité de rastreabilidad, pero en principio sería una rastreabilidad grupal en la que Uruguay también tiene mucha experiencia, pues durante años certificó sus embarques de carne bovina a la Unión Europea usando esa alternativa.

«La rastreabilidad industrial a través de las cajas negras comenzó mucho antes que la del campo y se hizo con la finalidad de controlar la evasión fiscal y para darle cristalinidad y transparencia a la comercialización del ganado», recordó a El País el vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Fernando Pérez Abella. A medida que se fue utilizando esa trazabilidad industrial fueron surgiendo nuevos usos.

«En un mundo donde existen contaminaciones y donde hay infecciones causadas por varios agentes infecciosos, el producto carne está controlado porque el sistema verifica constantemente el origen, cuáles son los predios que lo aportaron, cuándo y cómo se faenó el animal. En caso de cualquier problema, permite hasta saber el lote y sacarlo del mercado», afirmó Pérez Abella.

Ministro chino degustando asado con trazabilidad en Uruguay. Fuente: Observa

Entre otras alternativas, la rastreabilidad industrial le aporta a los productores información fundamental para la toma de decisiones comerciales. Por ejemplo, pueden determinar cuándo rindió su ganado en un frigorífico luego de la faena. Para el Estado, es una herramienta de control fundamental. «El sistema permite, en un mismo momento, saber qué están faenando las plantas frigoríficos. Este es el sueño del pibe y no lo tienen ni siquiera países que son fuertes productores mundiales de carne como es el caso de Estados Unidos», recordó el vicepresidente del INAC. El organismo recibe millones de datos en el momento de todas las plantas frigoríficas que están faenando, y en tiempo real puede verificar si los datos que llegan son precisos.

Pero la trazabilidad es una precisa herramienta en lo sanitario. «Tanto para la prevención, como para la acción en el caso de un foco de una determinada enfermedad, da un concepto exacto de todos los movimientos que ha tenido un animal», explicó el director de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzio. Ya se usa en brucelosis y tuberculosis bovina.

Códigos QR con información de trazabilidad en carnes (INAC)